miércoles, 26 de octubre de 2016

Los incordios de Gabino


Eramis Cruz

Conocí  a un señor llamado Gabino que se la pasaba maldiciendo. Alegaba que tanto bien que había hecho en la vida y estaba rodeado de malos agradecidos. Según él, el ser humano es el animal más depredador de todas las especies. Me dijo un día, después del almuerzo, que se sintió muy decepcionado con la congelación de la Guerra Fría, que tuvo la esperanza de que las grandes potencias mundiales apretaran los botones al mismo tiempo para que se acabara de una vez por todas las ñoñerías de los que lo tienen todo.
Lamentaba que después que el pobre se mata trabajando para quien ni siquiera conoce, le andan con ese relajo de una maldita tercera guerra mundial como si no hubiesen tenido bastante con dos guerras en a las que a tanta gente mataron.
Dice Gabino que el mundo fuera mejor si no existieran las religiones y sus malditas mentiras que desde que uno nace dizque lo mancha el pecado y viene al mundo condenado, y para salvarlo le echan por la frente el agua contaminada o le sumergen en el río, para que sepa, de una vez por todas, lo que es vivir asfixiado.

Gabino no cree en cuento de camino ni en cuántos “echaron a Pedro al pozo”, a él hay que traerle las cuentas claras, porque según él, aquí él que no cojea de un pie cojea del otro. Gabino es simpático con las mujeres y amable con los hombres, ha viajado por medio mundo dándose la buena vida cuando le ha sido posible y jugando casino por diversión porque no cree en la suerte, dice que la suerte es la que uno se procura, el que no se educa se queda bruto para trabajar como burro  -solía decir con frecuencia. 
Fue ese día, mientras conversábamos que una patrulla policial allanó la casa de su vecino, se rumoraba que buscan armas de fuego. Después del allanamiento Gabino me confeso:
-En mi casa guardo un arma ilegal, que mantengo cargada, pero solo te lo digo a ti, odio el crimen pero no me corro el riesgo.
-Como quien dice dizque por si las moscas, ¿no lo considera peligro? -le pregunté. 
-La mía es ilegal pero dispara como cualquier otra -me dijo. 
-Pero lo pueden asaltar, no más para quitársela, Gabino -insistí. 
-No se preocupe amigo, déjelos para que lo intenten, a ver como les va, a ojo de buen cubero, no más le digo.

La primera vez que hablamos de política me sorprendió su conocimiento en la materia. 
-Para ser político solo hay que estar vivo, pero para hacer política es necesario conocer sus intrincados vericuetos, claro, hay políticos de compraventa.
Me dijo que moriría siendo izquierdista y me repitió que los de la derecha no sirven para los cambios que necesitan los pueblos. Y agregó:
-El mundo nunca será estático, eso lo sabemos pero muchos pecan de oportunistas.
Fue enfático al decir que no tenía nada que envidiarle al vecino de al lado.
-A ese traficante de armas y estupefacientes que se endiosa diciendo que es como dice el dicho: “el papá de todos los hombres, el marido de todas las mujeres y que el más guapo que él nació trabado”; le deseo que caiga pronto. 
Para contrarrestar cualquier ventaja a favor de su vecino, me miró fijamente y me dijo: ese pendejo no peleó en la Revolución de Abril, y concluyó con tres palabras de una canción de Sandro de America: Como lo hice yo.

Pero mi amigo Gabino se equivocó, su vecino no era traficante, sino un revolucionario cabal, él mismo me lo dijo cuando lo visité a la cárcel donde ambos estaban detenidos después de haber sido arrestado mientras apoyaban una huelga de trabajadores de los hospitales públicos. Yo lo miré y no más le dije por la boca se coge el pez, compadre.



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La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...