sábado, 29 de abril de 2023

Dios no es bueno

 

Preliminar

Buscando en Google cuántos periódicos habían publicado mi artículo titulado “Dios no es bueno”, me topé con la sorpresa de que hay un libro muy famoso con ese título de la autoría del inglés Christopher Hitchens.

De ese libro, en Wikipedia se escribe lo siguiente: su autor realiza una pormenorizada y documentada crítica a la religión. En él, Hitchens sostiene que la religión es «violenta, irracional e intolerante, aliada del racismo y al tribalismo, investida de ignorancia y hostil hacia la libre indagación, despectiva hacia las mujeres y coactiva con los niños».

Sus comentarios y críticas se centran principalmente en las llamadas religiones abrahámicas, aunque pasa por otras tales como el hinduismo y el budismo, a las que igualmente censura.

Este ensayo en su edición inglesa fue publicado el 1 de mayo de 2007. En una semana alcanzó el segundo puesto de los libros mejor vendidos de Amazon.com. (detrás de Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte) y alcanzó el primer puesto de los libros mejor vendidos del New York Times en su tercera semana.

Este libro de Christopher Hitchens consta de 19 capítulos. En seguida presentamos la sinopsis de algunos de ellos.

Capítulo 5. «Las aseveraciones metafísicas de la religión son falsas»
5a- Esta sección se abre con las siguientes citas clásicas: «Soy hombre de un solo libro.» (Tomás de Aquino). «Sacrificamos el intelecto a Dios.» (San Ignacio de Loyola). «La razón es la ramera del Diablo, que no sabe hacer más que calumniar y perjudicar cualquier cosa que Dios diga o haga.» (Martín Lutero) «Contemplando las estrellas, sé muy bien que, por ellas, me puedo ir al infierno.» (W. H. Auden).

5b – El sentido del capítulo parece resumirse en este pasaje:
Debemos afirmarlo con rotundidad. La religión proviene de un período de la prehistoria de la humanidad en el que nadie […] tenía la menor idea de lo que sucedía. Proviene de la vociferante y atemorizada infancia de nuestra especie, y es una tentativa pueril de hacer frente a nuestra ineludible exigencia de conocimiento (así como de comodidad, tranquilidad y demás necesidades). Hoy en día, el menos culto de mis hijos sabe mucho más sobre la naturaleza que cualquiera de los fundadores de la religión. […] Todos los intentos de reconciliar la fe con la ciencia y la razón están llamados a fracasar (p. 80-81). Seguidamente se mencionan los casos de Darwin, Laplace, Ockham y otros científicos e intelectuales que han meditado sobre cuestiones metafísicas en controversia con la religión.

Capítulo 6. «El argumento del diseño»
Se refuta el argumento del diseño inteligente (la existencia de un plan divino benefactor que rige el cosmos) mediante pruebas intelectuales y científicas relacionadas con la evolución, como la ineptitud de ciertos diseños naturales y la constatación de que el diseño inteligente se basa en simples «tautologías pueriles» y peticiones de principio.

Capítulo 7. «Revelación: la pesadilla del ‘Antiguo’ Testamento»
Se critican las falacias y esquemas negativos que llenan el Antiguo Testamento, como los que se desprenden del Dios vengativo que lo preside: «[…] las despiadadas enseñanzas del dios de Moisés, que jamás menciona en absoluto la solidaridad ni la compasión entre seres humanos» (p. 117). O «Es absurdo desear prohibir la envidia de las posesiones o riquezas de los demás. […] Si Dios quisiera realmente que las personas quedarán libres de estos pensamientos, debería haberse preocupado de inventar una especie distinta» (p. 118). El autor acaba confrontando las ordenanzas de Dios a Moisés y a otros profetas.

Para ilustrar las ordenanzas del Dios judío a Moisés y a otros profetas y discernir sobre otras actitudes de ese Dios con los terráqueos, traigo una serie de esas ordenanzas y decisiones.

A – Dios ordena a Moisés, destruir los amalecitas hasta el fin: 1 Samuel 15,2-3.
Dios ordena matar a todos los moabitas y empalar sus cabezas de cara al sol. Previamente ya había matado a veinte y cuatro mil israelitas con una plaga, porque se habían entregado a fornicar con moabitas y por adorar al dios de ellos: Números 25, 1-18.

Dios contra los madianitas:
B- Yavé dijo a Moisés, ataca a los madianitas, y acaba con ellos. Que los hijos de Israel sean mi instrumento de venganza. Los Israelitas pelearon contra Madián como Yavé le había ordenado. Los generales mataron a la mayoría de los varones de esa nación. Vencidos los madianitas trajeron cautivos a los hombres vencidos, a las mujeres y a sus niños. Recogieron sus animales, sus rebaños, y todas sus pertenencias. Prendieron fuego a todos los pueblos que invadían y a todos sus campamentos. Al ver Moisés que los jefes de tropa, habían dejado con vida a las mujeres, enojándose con ellos, les ordenó: “Maten a todos los niños, hombres y mujeres que hayan tenido relaciones con un hombre, y tomen para ustedes todas las niñas que todavía no han tenido relaciones (Números 31,1-18).

C – Al final, destruidos los madianitas, se reunieron para repartirse el botín. Yavé dijo a Moisés. “Saca tu cuenta, tú, el sacerdote Eleazar, y los jefes de las familias de la comunidad. De lo que fue traído como botín, hombres y ganado, lo partirás en dos; la mitad, para toda la comunidad. Reserva como ofrenda para Yahveh, de la parte de los combatientes que fueron a la guerra. Uno por cada quinientos, sean burros, bueyes, y ovejas”. El botín a repartir consistía en seiscientas setenta y cinco mil cabezas de ganado menor, setenta y dos mil de vacuno y sesenta y un mil burros. En cuanto a las personas, las mujeres que todavía no habían tenido relaciones (que eran vírgenes) eran en total treinta dos mil. El botín de oro apartado para Yahvé por los jefes militares, fue de dieciséis mil setecientos cincuenta siclos, el cual, fue llevado ante Yahvé, para que se acordara de los hijos de Israel (Números 31,25-54).

D – Del dato del apresamiento, de las treinta y dos mil vírgenes, podemos deducir el gran degüello, realizado por las huestes al mando de Moisés, bajo la dirección de Yahvé. Todos los familiares de estas niñas fueron degollados. Suponiendo la unidad familiar compuesta por seis miembros (cálculo conservador, por qué en aquellos tiempos la familia era más numerosa), si multiplicamos treinta y dos mil por cinco, tendremos que los asesinados a sangre fría por orden de Yahvé, fueron ciento sesenta mil personas. Pero si elevamos el número de la unidad familiar a diez, que era lo más probable para aquellos tiempos, entonces, los degollados serían trescientos veinte mil personas.

E – Moisés, “por mandato de Yavé”, siguió exterminando pueblos enteros, según establece el Viejo Testamento. Desde Sijón, y desde Aroer hasta Galaad, fue arrasada toda aldea al estilo Atila, rey de los Hunos (434-453d.C.). Todo habitante, sin importar sexo ni edad, fueron degollados, y sus casas incendiadas. Sólo dejaban con vida los animales que ingresaban al botín de guerra, el cual pertenecía al diezmo que Yahvé reclamaba con gran celo para sí. “Vayan y pasen por cuchillo a los habitantes de Yabés en Galaad, como también a las mujeres y a los niños; todo varón y toda mujer que haya tenido relaciones con un hombre serán condenadas al anatema (al asesinato), pero dejarán con vida a las que son vírgenes (Jueces 21,10-12).

F – Dios, ordena a Zacarías atacar a Jerusalén, saqueando sus casas y violando a sus mujeres: Zacarías 14,2.

Dios, ordena a Saúl por intermedio de Samuel, destruir el pueblo de Amalec. “No tendrás piedad de nadie” le dijo, “darás muerte a los hombres, a las mujeres, a los niños, a los bueyes y corderos, y a los burros”: 1 Samuel 15,1-33.

Dios, mata con la peste a setenta mil israelitas, enojado por el censo que hizo David en Israel: 2 Samuel 24,1-25.

Dios, mata un profeta por medio de un león, porque este no quiso darle una golpiza a otro profeta: 2 Samuel 24,1-25.

Jehová, mata a Nabal para que David se haga de su esposa Abigail:
1 Samuel 25,1-43.

G – Jehú, por orden de Dios, pasó por cuchillo a todos los profetas de Baal. Por otro mandato de Dios, mató a traición al rey de Judá y a centenares de sus familiares. También degolló a los setenta hijos de Ajab, y a cuarenta y dos hermanos de Ocozias, y ordenó tirar a Jesabel por una ventana, porque esta le reprochó la muerte de su Señor: 2 Reyes 10,1-28 y 9,1-37.

Asá, con la ayuda de Dios, pasa por cuchillo a un millón de hombres del ejército enemigo: 2 de Crónicas 14, 7-8.

H – David, asesina a doscientos filisteos, le corta los prepucios (los penes),
Para con esos miembros, presentados al rey Saúl, tomar por esposa a la hija de éste: 1 Samuel 18, 25-17.

David, manda a matar a Urías, para quedarse con Betsabé, esposa del difunto, con la que luego, el rey engendró a Salomón: 2 Samuel 11-27. Además, David tenía un harén de mil mujeres.

I – Ezequiel, por mandato divino, mata a todo el que no tenía una cruz en su frente. “No tengan piedad. Viejos, jóvenes, muchachas, niños y mujeres, matenlos hasta acabar con ellos”, les ordenaba Jehová. “Llenen los patios de cadáveres, luego salgan y maten en la ciudad”:
Ezequiel 9,1-7.

J – Macabeo, con la asistencia de Yavé, degolló a veinte mil Idumeos. Y en una segunda guerra contra Timoteo, degolló veinte mil hombres y seiscientos de caballería. Cuando terminaron la masacre, bendijeron al Señor con himnos y cantos de acción de gracias, porque acababa de concederle a Israel, un gran favor al otorgarle la victoria: 2 Macabeo 10,15-38.

K – Jefté, pasa por cuchillo, por orden de Yahvé, en el vado del Jordán a cuarenta y dos mil amonitas dirigidos por Efraín. También este profeta asesinó a su única hija, para cumplir un pacto con Yahvé:
Jueces 12, 1-6.

Por orden de Jehová, Josué cercó a Jericó y pasó por cuchillo a todos sus habitantes. También este profeta embistió contra la ciudad de Hai, donde degolló a doce mil de sus habitantes y ahorcó a su rey. Sólo dejó con vida a las vírgenes. A ambas ciudades saqueó y tomó el botín de guerra: Josué 6,1-27.

L – El profeta Ehú, con ayuda de Yahvé, cerca y mata despiadadamente a diez mil moabitas: Jueces 3,14-29.

El profeta Elías, degolló con sus propias manos, a cuatro ciento cincuenta profetas de Baal: 1 Reyes 18, 19-40.

El profeta Eliseo, se incomoda con unos niños que le vocean calvo, los maldijo en nombre de Yavé; salieron del bosque dos osas, y desgarraron a cuarenta y dos de esos niños: 2 Reyes 2, 23-24.

El profeta Lot, entrega sus dos hijas a unos vándalos, para que las violen, para proteger a dos varones que albergaba en su casa. Lo mismo hizo Levita con su concubina: Génesis 19,1-11.

Sansón, mata a treinta inocentes, para robarles sus ropas, y también con la ayuda de Dios mató a mil filisteos con una quijada fresca de un burro:
Jueces 15,12-15.

La biblia y la mujer
M- La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 1 Timoteo 2:11-12
Porque Dios no es Dios de confusión, sino de paz, como en todas las iglesias de los santos. Las mujeres guarden silencio en las iglesias, porque no les es permitido hablar, antes bien, que se sujeten como dice también la ley. Y si quieren aprender algo, que pregunten a sus propios maridos en casa; porque no es correcto que la mujer hable en la iglesia. 1 Corintios 14:34
Y Dios a la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores en tus embarazos; con dolor darás a luz los hijos; y tú deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Génesis 3:16

N – Dios, hace abortar a la mujer adúltera en el rito de los celos.

A la mujer acusada, o sospechosa de adulterio, se le hacía tomar un agua amarga (un abortivo), con lo que la ella podría tener una fuerte diarrea, u otro efecto cualquiera, lo que era signo de su culpabilidad, o tener un aborto, o la interrupción de un no deseado embarazo. En caso de presentarse un efecto, delator de adulterio, la mujer era condenada a ser lapidada.

Ñ – El sacerdote encargado de este juicio divino, hacía repetir a la mujer esta maldición: “Si nadie más que tú se ha acostado contigo, y no te has descarriado con otro hombre, esta agua amarga te traerá la manifestación de tu inocencia. Pero si te has ido con otro, que no es tu marido, y te has manchado, teniendo relaciones con otro hombre, caiga sobre ti la maldición”: Que Yahvé te convierta en maldición y abominación en medio de tu pueblo; que se marchiten tus senos y que se te hinche el vientre. Entren en tus entrañas las aguas que traen la maldición, haciendo que se pudran tus muslos y reviente tu vientre” y la mujer respondía: “! ¡Así sea, así sea!”. Finalmente, el sacerdote le daba de beber el agua amarga a la mujer. “Este es el rito de los celos, que se hará en presencia de Yahvé, con el cual el marido quedará exento de culpa y ella pagará la pena de su pecado” (Números 5,11-31).

La intolerancia religiosa de Dios
O – Dios es un intolerante religioso: “si no me escuchan, si no cumplen todo eso; si desprecian mis normas y rechazan mis leyes; si no hacen caso de mis mandamientos y rompen mi alianza, entonces miren lo que haré con ustedes. Mandaré sobre ustedes el terror, la peste, y la fiebre; sus ojos se debilitarán y su salud irá en desmedro. Me volveré contra ustedes y serán derrotados ante el enemigo” (Levítico 26, 14-17), (lea más amenazas, en Levítico 26,46).

Dios maldice a su pueblo por sécula seculorum (¡esto sí que es potente!). (Levítico 26, 14-38 y Deuteronomio 28,15-59).

P – Yahvé, manda a matar al hijo rebelde: “si un hombre tiene un hijo rebelde, y desvergonzado, que no atiende a lo que manda su padre o su madre, ni lo escucha cuando lo corrigen, sus padres lo agarran y lo llevaran ante los jefes de la ciudad, a la puerta donde se juzga, y les dirán: “Este hijo nuestro es rebelde y desvergonzado, no nos hace caso, es un vicioso y un borracho” Entonces todo el pueblo le tirará piedras hasta que muera. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti, y todo Israel, al saberlo, temerá” (Deuteronomio 21,18-21).

Dios aprueba la esclavitud
Q – En el Antiguo Testamento, se establece en varios de sus libros, que Dios, aprueba la esclavitud. David y Salomón, tenían esclavos, y volvían eunucos a los hombres castrándolos. “Si un golpea a su esclavo o esclava con un palo, si mueren en sus manos, será reo de crimen. Más si sobreviven uno o dos días, no se le culpará, porque le pertenecían”. (Éxodo 21,20-21).

R – Cuando la esclavitud de los negros y los indios en la Antillas; los curas (con excepción del Padre de las Casas), les sugerían a estos aceptar su estado de esclavitud con sumisión y resignación. Y lo hacían junto a los señores esclavistas, apoyándose en San Pablo: “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo” (Efesios 6:5).
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste, y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos (Romanos 13:1:2).
Siervos (esclavos), obedeced en todo a vuestros amos terrenales, con corazón sincero, temiendo a Dios: Colosenses 4.22

A Dios le contenta, la sangre vertida en holocaustos.
S – El Viejo Testamento, se encuentran numerosos episodios, donde Dios pide a sus profetas, lo contenten con sacrificarle un macho cabrío de los más gordos y hermosos (una vez le pidió al profeta Abraham, que le ofreciera a su único hijo, en sacrificio de holocausto). La muerte y crucifixión de Cristo, su único hijo, se inscribe dentro de esa patología, sufrida por ese Dios judío, que se goza con ver correr sangre, y con observar el sufrimiento que padecen sus siervos aquí en la tierra.
Historias como estás, me llevan a pensar, que los que dicen, que esas narraciones inocuas, son palabras de Dios, profanan al verdadero Dios. ¿Como es posible creer, que al creador del universo, le agrade ver la sangre vertida en holocausto, o en degollamientos masivos de personas y animales como ya hemos visto?

Dios se equivocó
T – “Y se arrepintió Jehová de haber hecho el hombre en la tierra, y le dolió en su corazón”. Y dijo Jehová: “Raeré de la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos creado”. Por este disgusto, Dios decidió el diluvio universal, para los fines de exterminio, expresados por él. (Génesis 6,67).

Dios detiene el sol y para la luna (Josué 10, 12-13).
U – Entonces, Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que la gente se había vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.

V- El sol no pudo detenerse, porque está inmóvil, en dado caso, sería la tierra la llamada a detenerse, porque es la que está en movimiento de giro y traslación. Y no puede ser, que la tierra se pare de repente, porque a la velocidad con que se mueve (traslación, 107,000 Km./h, y rotación, 1,600 Km./h) de pararse de repente, hasta los océanos se saldrían de su lecho; por lo tanto, en la faz de la tierra no quedaría piedra sobre piedra ni nada de lo que existe en su cimiento: casas, seres humanos, plantas, animales, aguas, etc., serian arrancados de raíz, y volarían por el aire.

El Dios de Israel en Apocalipsis 6:13, dice cómo será el fin de mundo
W – Vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto, y el sol se puso negro como cilicio hecho de cerda, y toda la luna se volvió como sangre, y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como la higuera deja caer sus higos verdes al ser sacudida por un fuerte viento. Y el cielo desapareció como un pergamino que se enrolla, y todo monte e isla fueron removidos de su lugar.…

El amor del Dios de Israel es caprichoso.
X – Dios comunica a Moisés su modo de amar (Éxodo, 33,19). Tengo piedad de quien quiero, y doy mi preferencia a quien quiero darle.

El capítulo 19 (que es el último del libro “Dios no es bueno” de Christopher Hitchens concluye con la necesidad de una nueva ‘Ilustración’»
Sobre todo, necesitamos una Ilustración renovada que se fundamente en la proposición de que hay que estudiar de forma adecuada a la mujer y al hombre. Esta Ilustración no necesitará depender, como en sus etapas predecesoras, de los heroicos avances de unas pocas personas con mucho talento y excepcionalmente valientes, puesto que hoy en día, el conocimiento está al alcance de todas las personas que quieran instruirse.
https://es.wikipedia.org/wiki/Dios_no_es_bueno

Albert Einstein y la Biblia
De la Biblia y sus relatos Einstein plantea lo siguiente: “La Biblia, no es más que una colección de honorables leyendas primitivas, tan carentes de sustancia y lógica, de las cuales podemos decir que son bastante pueriles. Para mí – subraya Einstein – la religión judía, como las demás, es una encarnación de supersticiones de las más infantiles. Y el pueblo judío, al que estoy contento de pertenecer y con el que tengo una profunda afinidad, no es diferente del resto»

A modo de conclusión
1 – He elaborado una síntesis apretada de las muchas sinopsis que aparecen en varios portales del libro “Dios no es bueno” del periodista inglés Christopher Hitchens. He enriquecido esos resúmenes con vaciados literales de la Biblia, con el objetivo de presentar los hechos a discutir en un debate civilizado de las ideas.

2 – Estudiando las narrativas bíblicas expuesta en los párrafos anteriores, como el hombre de ciencia que soy, usando mi raciocinio, tengo que llegar a la misma conclusión que de ellas llegó Einstein: “La Biblia, no es más que una colección de honorables leyendas primitivas, bastantes pueriles, plagadas de supersticiones, violencia extrema e irracional, y con doctrinas y dogmas de un Dios bárbaro y caprichoso.

3 – Dada mi posición frente a la Biblia y a la interpretación que de ella tiene el conglomerado del cristianismo católico y evangélico, solo espero, que los que por mis criterios a este respecto ya me tacharon de loco, maldito ateo comunista, blasfemo, etc., que en esta ocasión, en vez de contestarme con insultos se dignen a integrarse al debate civilizado de las ideas, tal como corresponde a la gente pensante de este siglo XXI, para que usando el raciocinio, puedan responder a las preguntas existencialistas que planteamos los escépticos y los existencialistas.

4 – En este debate le recuerdo a mis detractores, que ser dominicano, chino, japones, norteamericano, ruso, francés, etc., y por ende hablar español, chino, japones, inglés, ruso, francés, etc., haber nacido en un tiempo o país x, ser blanco, negro, o mestizo, católico, evangélico, musulmán, hindú, etc., son eventualidades; puesto que, como nadie elige donde nacer, ni la época ni la familia, razones por las cuales pudimos haber nacido en un país y familia cualquiera distinto al que hemos nacido, y por ende hablar el idioma y tener la religión que corresponde al gentilicio de donde hayamos nacido. Es decir, si hubiésemos nacido en la India, fuéramos indios y habláramos en uno de los más de 800 dialectos que se hablan en aquel país, y fuéramos practicantes de una de las religiones de aquellas tierras. Igual, si fuéramos árabes, hablaríamos árabe y lo más seguro es que fuéramos musulmanes fundamentalistas. Y así sucesivamente si hubiésemos nacido en China, Rusia, Alemania, o en una selva del Brasil o en el colapsado Haití. Por estas razones, discutir de religión o política, resulta un sin sentido. En estas eventualidades, y en semejante plataforma cósmica, la verdad absoluta, no existe. La cosa se complica cuando los israelíes sostienen que ellos son el pueblo elegido por Dios. Si en verdad es así, entonces, los habitantes de las demás naciones, no tenemos nada que ver con ese Dios.
El que tenga oídos, que oiga…

Enlace: Einstein opinaba que la religión es producto de la debilidad humana
https://www.elpais.com/articulo/sociedad/Einstein/opinaba/religion/producto/debilidad/humana/elpepisoc/20080514elpepisoc_8/Tes

Referencia: ¡Dios no es Bueno!

domingo, 16 de abril de 2023

SEMBLANZA DE ERAMIS CRUZ




Primero sindicalista y educador, luego empleado público y simultáneamente conferencista, escritor de libros y artículos para periódicos y revistas, actualmente editor y gerente de Editora Pie de Amigo (EPALIBROS)

Eramis Cruz Nació en San Francisco de Macorís, República Dominicana. 
Siendo muy joven se integró al trabajo sindical, como educador, en su país natal. En el año 1975 fue electo responsable Nacional de la Seccional Juvenil de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC), pasando a ser miembro del Comité Ejecutivo Nacional. En este mismo año fue nombrado Sub-director Académico del Instituto Nacional de Formación Agraria y Sindical (INFAS), posición que le dio la oportunidad de participar en varios cursos de educación sindical en Caracas, Venezuela. Participó en un simposio de la UNESCO sobre los jóvenes trabajadores, en París, Francia en 1977.
En 1978 emigró a los Estados Unidos, donde también se dedicó a la labor comunitaria con diversos grupos. Cruz trabajó para el Departamento de Sanidad de la Ciudad de Nueva York en el 1990 y para el Departamento de Policía en el 1991.

En el 2003 fue seleccionado por la prestigiosa asociación de reconocimiento Isaac Liberman por sus sobresalientes logros como servidor público de la Ciudad de Nueva York. 
En el 2002 escribió su primer libro “Tras la Paz Perdida” (narrativa), en el 2003 “Por un Mejor Mañana” (novela), y en el 2004 “El Final del Silencio” (cuentos), en el 2013 publicó su segunda obra de cuentos titulada “La Fortuna Ignorada”. En el año, 2014, publicó la novela “Sin la Sombra del Temor” que lleva como subtitulo “Como Luminiscentes en la Noche”.

Eramis Cruz se retiró después de laborar por 23 años para la Ciudad de Nueva York, específicamente con La Autoridad de la Vivienda de la Ciudad de Nueva York, mejor conocida como NYCHA. Para esta agencia trabajó como asistente de vivienda asignado al Departamento de Igualdad de Oportunidades.
Eramis Cruz fue secretario de Relaciones Públicas del Instituto Duartiano de los Estados Unidos.
Actualmente se mantiene activo como persona independiente, escribe y dicta conferencias para diferentes ámbitos comunitarios. Fue juez suplente de la Junta Central Electoral de Ultra Mar.

Actualmente dirige junto a otros escritores una nueva identidad sin fines de lucro en la rama de la publicación de libros, es una empresa que lleva por nombre” Editora Pie de Amigo”. En el 2020 cambia su residencia cuando se muda a New London, Connecticut, y aquí se integra a la Asociación de Dominicanos de New London como asesor y luego fue electro Secretario General.



1978 Emigra a los Estados Unidos, 11/78

1979 Obtiene el diploma de equivalencia de high school

1985 Entra a la universidad (Colegio Eugenio María de Hostos (CUNY)

1989 Se gradúa en Ciencia Aplicada (Procesamiento de datos), Eugenio María de Hostos CUNY, 06/89

1989 Graduado en Word Processing Specialist de Betty Owen Secretarial System, 04/90.

1990 Es empleado por Washington Heights Inwood Coalition como Mediador Assistance

1991 Es empleado por el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York

1991 Recibe entrenamiento como Police Administrative Aid (PAA), Police Academy, August 1992


1991 Es empleado por el Departamento de Sanidad de la Ciudad de Nueva York, May 1991

1992 Obtiene la ciudadanía de los Estados Unidos.

2001 Recibe reconocimiento de Isaac Liberman Public Services Award for career Civil Service employees



Eramis Cruz, es charlista, promotor social, y escritor dominicano que reside en los Estados Unidos desde 1978. Ha publicado ocho obras literarias y múltiples artículos en periódicos y revistas. Fungió como secretarios general del Instituto Duartiano de los Estados Unidos. Actualmente está retirado del servicio público, es administrador de la Editorial Pie de Amigo y se desempeña como secretario general de la Asociación de Dominicanos de New London, Inc., Connecticut. 
eramiscruz@gmail.com

De Tin Marín de Do Pingüe’ narra el extraño asesinato de una familia

En un primer momento, el creador de contenido dio a entender que esta melodía infantil habla de un crimen en el que están involucrados cuatro personajes: Martín Marín; Reinaldo Pingüé; Cúcara Mácara y María Esther Marín, mejor conocida como Teté.

Martín Marín, Reinaldo Pingüé, y María Esther Marín habrían tratado de inculpar a la señorita Cúcara Mácara de un crimen que ella no cometió. Esta es una primera lectura, pero en realidad hay algo más terrible al analizar el verso con detenimiento. 

Alejandro Liendo. 

Según esta narración, Martín Marín es ‘Tín Marín’, Reynaldo Pingüé es ‘Do Pingüé’ y María Esther es ‘Teté’; en todo esto hay un títere al que poco se le pone atención, además, es la palabra que se usa para hacer referencia al ente maligno. 

“El personaje incógnito es un animal y está representado donde dice títere: es un mono. Etimológicamente, la palabra títere viene de mono. Cúcara es la acción de guiñar el ojo. Mácara es dar un golpe fuerte sin dejar heridas”, insistió el YouTuber. 

Posteriormente, Alejandro Liendo procedió a desarrollar la leyenda que dio origen al cántico infantil que tanto usamos en México para ‘elegir’ entre dos opciones. 

“Esta es la historia de la familia Marín: Martín Marín y María Esther Marín. Ellos no podían tener hijos, así que tomaron la decisión de adoptar uno. El que adoptaron era un niño bastante extraño: Reynaldo Pingüe”, dijo. 

“Martín accedió a los deseos de su esposa; sin embargo, para María Esther la noche fue bastante larga y casi sin poder dormir. Al día siguiente, cuando fue a la habitación, se encontró con la sorpresa de dos cadáveres: el de su esposo y el de su nuevo hijo”, indicó el influencer. ]”, sentenció. 

En este sentido, la melodía ‘De Tin Marín de Do Pingüe’ narra el asesinato de un padre y su hijo adoptivo a manos de un mono poseído. Además, refiere el momento en el que el animal la culpó a ella ante los elementos de la justicia. 

Tin marín de dos pingüé

Rima de sorteo

De tin marín de dos pingüé*,
Cúcara, mácara, títere fue,
Yo no fui, fue Teté,
Pégale, pégale, al quien fue.




viernes, 14 de abril de 2023

Esequibo: la verdad nos asis

 English

    Venezuela continúa trabajando para hacer valer la verdad histórica y su derecho sobre la Guayana Esequiba.

    Venezuela continúa trabajando para hacer valer la verdad histórica y su derecho sobre la Guayana Esequiba. | Foto: Cancillería de Venezuela

    Publicado 6 abril 2023 

    El Esequibo, desde la formación misma de nuestro territorio con sus asedios coloniales e imperiales, es un territorio histórico y jurídicamente venezolano, verdad que quieren negar y han negado nuestros vecinos de la República Cooperativa de Guyana, hoy subordinada a oscuros intereses trasnacionales de centros de poderes mundiales.

    Venezuela desde su fundación ha sido víctima de intereses coloniales e imperiales? ¿Después de nuestra Independencia y a lo largo del siglo XIX saltamos del salten para caer en la candela: salimos del coloniaje español para caer en el imperialismo británico y en las ansias expansionistas estadounidenses? ¿Un chanchullo de los países poderosos en 1899 nos despojó de casi 160.000 kilómetros cuadrados? ¿La confesión de un hombre antes de morir desenmascaró una componenda contra Venezuela? ¿Cuál es nuestro instrumento jurídico por excelencia para tratar la disputa territorial con la vecina República Cooperativa de Guyana?

    Más allá de lo que tradicionalmente se cree, la problemática limítrofe de Venezuela con Guyana es tan antigua como nuestra conformación propiamente dicha. Con la invasión española arrancaba un interesantísimo expediente de ocupaciones y reclamos de un lugar que históricamente ha sido venezolano. Desde 1499 la corona española hacía valer su dominio desde Cabo de la Vela en el occidente, hasta el río Esequibo al oriente. Con muy pocas variaciones, prevaleció este acuerdo limítrofe. Sería mucho más tarde, en 1626, que llegarían por primera vez los holandeses dispuestos a hacerse de los recursos del llamado Nuevo Mundo, situándose en la margen derecha del río Esequibo. Pero producto de la dinámica hegemónica de los imperios emergentes en búsqueda de materias primas, Gran Bretaña entraba en el forcejeo contra España y Holanda por estos apetecibles territorios. Tanto así que, en su arrollador desarrollo económico y bélico Gran Bretaña para 1797 se había apoderado de la Isla Trinidad y Tobago, antes posesión española; y para 1814, menos de dos décadas, ya había saqueado a los holandeses de Berbice, Demerara y Esequibo. Si bien este “traspaso” de Holanda a Gran Bretaña estuvo sujeto a un Tratado, en ningún momento se establecieron los límites de la región.

    Si en 1814 los británicos se apoderaban de parte del Esequibo con mayor determinación, tres años antes ya Venezuela había declarado su Independencia, el 5 de julio de 1811. Desde el principio de nuestro acto fundacional se estipuló que el territorio de la República de Venezuela era el mismo que el de la Capitanía General de Venezuela de 1777, división político-administrativa que comprendía la provincia de Guayana. Es aquí que se aplica por primera vez el llamado “Utis possidetis juris” (Como has poseído, así poseerás). Por cierto, ha sido este principio “Utis possidetis juris” que ha determinado la fijación de nuestras fronteras nacionales a largo de nuestra historia republicana.

    No obstante, la embestida británica no se dejó esperar. Un discurso cortés contrastaba con irrupciones al margen de la ley e inclusive en la época de la República de Colombia, pese al reconocimiento británico de nuestra emancipación. Era el comienzo de una carreta expansionista de un imperio hambriento del río Orinoco debido a su importancia estratégica, afán de dominio que aumentaría una vez que se descubriera, al poco tiempo, los ricos yacimientos auríferos del Yaruari venezolano.

    Todo nuestro siglo XIX -paréntesis de luchas sociales, caudillos, oligarquías y personalismos-, pese al esfuerzo respetable de algunos políticos, académicos y diplomáticos, lo podríamos resumir como una centuria del criminal arrebato de nuestro Esequibo.

    Desde 1834, la frontera oriental venezolana empezó a experimentar alteraciones cuando el naturalista prusiano Robert Hermann Schomburgk, tarifado de la Real Sociedad Geográfica de Londres, ejecutó una improcedente demarcación, llamada línea Schomburgk, que iba desde el río Moruca hasta el río Esequibo, esto era, 4.290 km² menos de territorio venezolano. Cinco años más tarde, el mismo Schomburgk bosquejó una segunda línea llamada Norte-Sur, avanzando 141.930 km² hacia territorio venezolano, al fijar un nuevo límite desde la desembocadura del río Amacuro hasta el monte Roraima y desde aquí hasta el nacimiento del río Esequibo.

    Con gran cinismo, el explorador Schomburgk calibró a las bocas del Orinoco y sobre todo Punta Barima como “las llaves de Colombia”. El Gobierno venezolano refutó vigorosamente ante las autoridades inglesas la presencia de este naturista, exigiendo al Gobierno británico ordenar al explorador desbaratar una cantidad de postes que había levantado arbitrariamente en nuestro territorio. En 1850 se firmaba un acuerdo en el cual ambos Gobiernos se comprometían a no ocupar el territorio en disputa que comprendía desde la línea trazada por Schomburgk hasta el río Esequibo. Este acuerdo se mantuvo vigente con sus altibajos hasta que 1897 cuando se materializó el Tratado Arbitral de Washington DC, preámbulo del Tratado Arbitral de París de 1899. No obstante, los británicos no cejaban en su intento de apoderarse de los recursos auríferos de la Cuenca del Yuruari, asimismo, no escondían su avaricia sobre el Orinoco y los recursos ganaderos apureños.

    Para 1887 Gran Bretaña publicó un mapa con fronteras que abarcaban 168.000 km² al oeste del Esequibo. Sus apetencias se extendían a Villa de Upata, con el objetivo de englobar las minas del Callao, Nueva Providencia y otras ciudades. La mira seguía siendo el Orinoco.

    El Gobierno de Antonio Guzmán Blanco rompió relaciones diplomáticas con Gran Bretaña en un ambiente de posible invasión. No olvidemos que hablamos de una potencia militar e industrial que amedrentaba a una nación aquejada por guerras intestinas e incesantes crisis económicas. Fue en este contexto que, ante el estancamiento de los acuerdos y las acciones violentas de los británicos, el Gobierno venezolano de turno decidió unilateralmente recurrir a su par estadounidense a fin de que tratara de intimar a Gran Bretaña en la búsqueda de una solución a la controversia.

    1895 es el año de desempolvar la Doctrina Monroe, aquella instituida por el presidente de Estados Unidos James Monroe en 1823, que reza “América para los americanos”. De esta manera, el secretario de Estado Richard Olney -siguiendo las directrices duras del Presidente Grover Cleveland- obligaba a Gran Bretaña a un arbitraje por el caso de la Guayana Esequiba. Los norteños decían no tolerar la usurpación de territorio venezolano. Era el modo como el “Águila Americana” le latía en la cueva al “León Británico”. Toda una lucha interimperialista.

    Sin embargo, no todo para nuestro país fue a pedir de boca. La protección estadounidense tenía su agenda oculta. Para 1897, en el Tratado Arbitral de Washington D.C, las dos potencias más importantes de la hora, EE.UU. y Gran Bretaña, convinieron aplicar a Venezuela un Tratado de Arbitraje por el caso de Guayana Británica “bastante singular”. Participaron dos jueces británicos representando a Gran Bretaña -Richard Henn Collin y Charles Russel-, dos estadounidenses representando a Venezuela -Melville Weston Fuller y David Brewer- y como presidente del Tribunal Arbitral estaba el canciller ruso Federico Martens. Como uno de los abogados de la defensa de la parte por Venezuela se hallaba el abogado estadounidense Severo Mallet Prevost.

    La ausencia de venezolanos en este tribunal tenía un trasfondo racista, era el explícito cumplimiento de un compromiso anglonorteamericano: tras la obstinación de Gran Bretaña de que ningún funcionario suyo se sentaría al lado de “indios bananeros con olor a trópico y hombres de color semibárbaros”, insólitamente no participaron venezolanos en las discusiones, siendo nuestro país parte principal de la disputa.

    Ocurrió lo predecible. El escenario definitivo sería Francia, allí se trasladaba el jurado para dar la sentencia final. El 3 de octubre de 1899 el tribunal, por decisión unánime, falló a favor del Reino Unido luego de sesionar durante escasos seis días continuos de los tres meses que disponían según lo contemplaba el Tratado de Washington D.C. El dictamen fue favorable a Reino Unido al conceder el territorio denominado por Venezuela como Guayana Esequiba de 159.500 km², al oeste del río Esequibo, a despecho todavía de los ingleses que ambicionaban las bocas del río Orinoco.

    Desde el principio el rechazo de una Venezuela encendida por las querellas civiles fue total. El arbitraje desnaturalizaba el derecho internacional. Al ser una decisión que desconocía una de las partes fundamentales, entonces el “veredicto” quedaba viciado de nulidad. Igualmente, los jueces Brewer (estadounidense) y Martens (ruso) revelaron ante un testigo presencial, el funcionario británico Charles A. Harris, que la decisión había obedecido a “compromisos”.

    Varias décadas del siglo XX le costó a Venezuela para hacer valer la verdad histórica. Distintos momentos y lugares sirvieron de escenarios para la denuncia y el justo reclamo. En este largo camino de hacer justicia son emblemáticos dos acontecimiento: el Memorando de Severo Mallet Prevost de 1949 y la denuncia de Venezuela ante la ONU en 1962, respectivamente.

    En 1949, medio siglo después, salió a la luz pública el escrito que objetaba la validez del Laudo Arbitral de París de 1899. Con carácter post mortem, Severo Mallet Prevost hizo publicar un documento escrito por su puño y letra cinco años atrás, en el cual desnudaba toda una componenda política. Mallet Prevost dio testimonios valiosísimos con detalles -para el momento inéditos- de personajes, diálogos y situaciones que invalidaban un medida sesgada desde su origen. Este documento valdría a Venezuela como una de las diferentes fuentes para elevar una acusación formal contra el Laudo Arbitral de París de 1899 ante el mundo.

    En este marco es que Venezuela denunciaba la decisión del Tribunal Arbitral de París de 1899 ante la ONU, en 1962. En esa contundente imputación Venezuela ponía los puntos sobre las íes -acusaba el exceso de poder por decretar libertad de navegación sobre los ríos Amacuro y Barima; la presentación de mapas adulterados por parte de Gran Bretaña; la ausencia de Motivación en la decisión arbitral; la línea fronteriza impuesta a los jueces por el Gobierno británico; la coerción a los jueces para aceptar la demarcación británica, etc.- demostrando lo amañado del proceso.

    Los argumentos a favor de Venezuela fueron tan irrefutables que la ONU declaró que los Gobiernos de Venezuela, Reino Unido y el de su colonia de Guayana Británica -que se independizaría cuatro años después, en mayo de 1966, llamando ulteriormente República Cooperativa de Guyana- debían iniciar prontamente un examen de la documentación de cada una de las partes concernientes al asunto.

    Encuentros con delegaciones e intercambios de expertos demostró lo obvio: la nulidad del Laudo Arbitral de París de 1899 y la necesidad de replantear el entuerto. El careo de especialistas trajo como consecuencia el Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966, instrumento aún vigente en el que ambas partes deben hallar un camino práctico para una solución satisfactoria del litigio.

    Sin lugar a dudas, el Acuerdo de Ginebra de 1966 es el documento único e inestimable para la negociación del Territorio Esequibo. El Esequibo, desde la formación misma de nuestro territorio con sus asedios coloniales e imperiales, es un territorio histórico y jurídicamente venezolano, verdad que quieren negar y han negado nuestros vecinos de la República Cooperativa de Guyana, hoy subordinada a oscuros intereses transnacionales de centros de poderes mundiales.


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