jueves, 31 de diciembre de 2015

Dios ni te da ni te quita sino tu

Eramis Cruz

Un regalo con motivo de la navidad parece un gesto muy inocente. Un cosa es compartir y otra muy distinta es regalar. Es extraordinario cuando ayudamos a vivir a alguien, a salir adelante sin humillarle y mucho menos inutilizarle. Yo no pido porque lo considero mediocre. Pero sobre todo, porque me he dado cuenta la satisfacción que deja ser capaz de obtener lo que se necesita. La otra razón es que es humillante tener que pedirle a quien de sobra sabe que se necesita. No entiendo porque en nuestra cultura caribeña a la gente le gusta tanto pedir o implorar que le den.
Es obvio que se le pide al más fuerte, o lo que es lo mismo, al que más tiene, y yo me pregunto ¿si todos somos iguales ante los ojos de Dios por qué alguien ha de ser ser más fuerte que yo o tener lo que miles carecen? La repuesta puede encontrarse en la naturaleza humana, aquella directamente vinculada a las supersticiones o creencias que han venido a ser piedra angular durante muchos siglos para hacer posible la dominación del más fuerte que le permite implementar los sofismas para la opresión de los más débiles. Pero como dice un dicho, “el valiente vive hasta que el cobarde quiere”.

Pero la gente suele pedir o esperar los milagros que le permita beneficiarse de manera gratuita. La experiencia enseña que los milagros no suceden, y si sucedieran sería cuestión de rarezas tan poco frecuente que se hace un mito que pocos viven. Por qué no mejor preguntarse si tiene sentido pedirle a Dios que te ha dado tanto, incluyendo la vida y los medios para ser lo que tu quieras.

Pero mucha gente es tan ingenua que hasta lo que obtiene por su propio esfuerzo lo atañe a que Dios se lo dio para luego no tener excuso por no compartir lo que le fue milagrosamente cedido. Yo estoy convencido de que si Dios fuera como la gente lo define, sería el Dios más estúpido de la existencia universal. En gran manera, me responsabilizo por mi propia opinión y puedo decir que para mi no hay nada más ridículo que un Dios completamente absurdo.

De ser cierto que Dios creó el mundo, creó al hombre y a la mujer, creó la ciencia, y hasta al mismo diablo, para decir que tanto lo malo como lo bueno, entonces para que pedirle y para que exigirle que permita los milagros. Que uno no tenga la habilidad para hacer lo que satisface sus necesidades teniendo los materiales, es algo muy diferente.

Al contrario, creamos las condiciones psicológica y las estructuras sociales que abren las puertas al oportunismo y al abuso. Es increíble que algo tan perverso tenga relación con cosas tan divinas. Pero ya sabemos que el perro ladra más para intimidar que para morder. Por eso la verdad es tan poderosa que la mayoría de la gente tiene miedo da rebatirla o defenderla.

Las personas más felices no son las que más resuenan sus carcajadas, sino los que son auténticas y se deben a su propio esfuerzo. Ese fenómeno de la felicidad se concretiza a pesar de tener éxitos o fracasos. El éxitos no tiene el mismo significado para todos, ni el fracasos la misma connotación. Hoy por hoy, predominan las apariencias como producto de los medios que hacen posible la disimulación. Y cuando ésta no funciona el recurso con más sentido es el de la alucinación.

En otras palabras, no tengo que pedir porque todo lo tengo, y si no lo tengo,  solo necesito confirmar la regla. Eso puede ser dicho con seguridad, porque por haber sido creado a imagen y semejanza de Dios contamos con el potencial para ser como él.
Todo lo pecaminoso que nos ocurre, toda la fatalidad que nos hace sombra no son más que el producto de nuestras propias limitaciones, especialmente porque permitimos que los intereses propios o ajenos determinen nuestro comportamiento y los senderos de nuestras vidas.
Decir que el que “nada tiene nada vale” es despreciar que nuestra naturaleza no tiene precio y que la razón de nuestra existencia se fundamenta en lo que somos y no necesariamente por lo que tenemos que fácilmente podemos perder con un solo tropiezo o con la llegada del ultimo día.
Frase sabia es aquella que dicta que “vivir con dignidad es no tener que pedir lo que uno se merece”.  

viernes, 25 de diciembre de 2015

La piel para el camuflaje


Eramis Cruz

Jesus llorando de impotencia en una foto a todo color. Esta es la parte más odiosa de la religión y el concepto de la fe, de por sí muy contradictoria, la celebración del nacimiento de Jesus con una imagen ya adulto que llora por la humanidad, por esa humanidad que lo llevó al cruz. Se pretended hacer creer que estamos destinados a ser sufridos y esclavos de nuestras propias circunstancias. Esta es una manipulación inaceptable, específicamente porque hace más de dos mil años que esta historia o leyenda se esparce entre nosotros.

Pasamos de la esclavitud, como sistema social al feudal monárquico y de ahí al capitalismo que se han definido eterno, luego de éste estamos supuestos a pesar un sistema más avanzado, llámese como se llame y a pesar del tiempo la historia persiste. Es la gran mentira de la humanidad establecida por las elites sociales en combinación con un clero servicial que se dedica a programas paliativos y caritativos para maquillar la miseria y la ignorancia de millones de seres humanos. Estos son los que como ganado se lanzar a malgastar lo poco que consiguen con el esfuerzo de su salario para comprar porquerías de la gran industria que a la vez niega las fundamentales condiciones de trabajo a millones de empleados y trabajadores. Quien puede creer que un Dios perfecto haya creado algo tan imperfecto. Habrán los ojos mis gente.

Ahora bien, al final la mayoría de la gente no cree el cuento, pero por un asunto de conciencia pretenden seguir el juego, y por eso hoy tenemos las páginas sociales para presentar a todos color nuestras propias hipocresías. Votamos por gobiernos corruptos, vivimos pagando altas rentas con la impotencia no poder negociar un contrato, ya que no hay suficiente viviendas, un deficit que los mismo dueños o propietarios crean. El crimen nos arropas por las calles y en nuestros propios hogares, mientras la violencia de género es un flagelo que desgarras la vida de mucha mujeres y su familia, no solo cuando se mata sino también por la situación familiar que precede a cada asesinato de una madre de familia, y en algunos casos, padre de familia.

Por eso esa hipocresía en las páginas sociales que nos hace nos ver como payasos en el circo.  Como en un teatro de la antigüedad es el personaje detrás de la mascara.

Le doy seguimiento a una joven en Facebook que en varias ocasiones ha escrito párrafos muy bien editados en inglés porque ella nunca escribe en español a a pesar de que sus padres que la criaron no hablan el idioma, pues en ocasiones he buscado sus escritos en Google y he encontrado el avergonzante plagio. Pero esa es la manera en que nos exponemos públicamente cubriéndonos de una piel que nos es nuestra, ignorando que es más gratificante ser auténtico, aun cuando se escriba con falta de ortografía. Lo peor es que esta situaciones se dan hasta “en las mejores familias” a pesar de un Jesus que llora por una humanidad que al final su Padre Todo Poderosos destruirá y que inclusive el mismo Jesus dijo que son muchos los llamados pero pocos los escogidos.

Nada de lo antes dicho desmiente los avances de los últimos tiempos, pero las primicias de esos avances vienen de generaciones anteriores a la actual. El mundo está repleto de payasos y sus risas a carcajadas complementan la piel camuflada de una mayoría incapaz de liberarse de los lazos invisibles que la tan a condiciones indignas. No diga usted que no, que un procedimiento médico en este país puede costar de 20,000 a 40,000 dólares, y una buena universidad hasta más de 40 mil, el salario anual de muchas familias en USA y no hablar de los países del llamado desarrollo sostenido. No es que Dios no nos ayuda, es que nosotros todo se lo queremos dejar a él que prefiere llorar por los menos afortunados.

martes, 15 de diciembre de 2015

Actitud contra Intimidación

Eramis Cruz

Me creo preparado para lo peor de ser necesario porque como dice una canción “solo se vive una vez”, agrego que también solo se muere una vez. A pesar de que tomo mis medidas como los demás,

Es lamentable tener que reconocerlo, pero hoy por hoy, el crimen forma parte de la oferta y la demanda. Más allá de la criminalidad están las coyunturas que lo permiten. A parte de eso, el miedo de la población es fomentado porque le conviene al Estado en lo que respecta a los sectores interesados, al verlo como fin y como medio para mantener las fuentes de sus ingresos u operaciones económicas, al igual que el mantenimiento de ciertos privilegios y dominios de carácter oligárquico.

En mis años de adolescencia nuestro país era una maravilla y no lo sabíamos. Todas las casas de nuestros barrios permanecían abiertas y no había un desconocido que penetrara un hogar sin ser cuestionado por los vecinos. Varias veces vimos criminales que fueron apresados por los lugareños y conducidos al cuartel policial de la ciudad. Pero ahora es peor, porque también son policías o agentes del orden los que asaltan y sirven como sicarios. El problema del miedo demanda de una solución y el primer paso es cambiar de actitud frente al crimen, tanto el callejero como el de cuello blanco. Demanda de la intervención firme del Estado y de la ciudadanía.

Una de las tantas muertes que están sucediendo en nuestro países ocurrió en la República Dominicana cuando un ejecutivo de la compañía Claro fue apuñalado por un desconocido en el parque Mirador Sur. Se trata de Rubén Daniel Núñez Piña, de 64 años, un ciudadano de México que trabajaba en nuestro país. Aun no se sabe la razón del crimen contra este señor.

Recuerdo una noche en ese mismo parque, el verano de 1978 mientras cómodamente tirado sobre la grama conversaba con mi novia, hoy la madre de mi primer hijo, se nos acercaron dos fulanos y nos dijeron si no sabíamos lo que había ocurrido en ese lugar. Los tipos pidieron mi identificación pero cuando insistimos en quiénes eran se marcharon, quisimos localizar a la policía, pero ellos desaparecieron con rapidez.

Anteriormente yo había tenido una experiencia peor cuando invité a una chica de Padre la Casas a una caminata orillando el mar en los alrededores del kilometro 12 de la Autopista 30 de Mayo. Dos fulanos estaban parados a cada lado del camino, tenían en las manos  dos largos y afilados cuchillos. De momento no supe qué hacer, pero mi instinto no me sugirió correr, con la muchacha detrás de mi pasamos la encrucijada, menos mal que al parecer solo se trataba de intimidar. Es duro pasar por algo similar, uno se siente que la vida se le escapa sin tener nada a su favor, excepto lo que el azar le repara.

Es urgente que la ciudadanía se pondere para que tomemos acciones contundentes contra este flagelo de la criminalidad. ¿Para qué tenemos las iglesias, los partidos políticos, las instituciones públicas y privadas, incluyendo los recursos del Estado y las leyes que rigen la vida constitucional? La respuesta es que tiene que establecerse una política con planes concretos para acabar con el crimen y los criminales. Tenemos el recurso intelectual para hacerlo, pero primero es necesario tapar las brechas por donde muchos se enriquecen aprovechando los canales de la criminalidad. Por ahí transitan las transacciones comerciales para lavar dinero sucio por medio de nuestras instituciones bancarias y otros negocios pintados con la decencia.


no le tengo temor a los alcances de mi celular. Le activo la localización para que todo el mundo sepa donde diablo me encuentro. Pienso que no soy un terrorista para que se me persiga. No subestimo a los criminales callejeros, esa es una maldita plaga que se alimenta del miedo de la gente, pero sobre todo, porque saben que la gente a veces actúa peor que los animales cuando se trata de defenderse una a la otra. No veo una razón lógica para que en un residencial los muchos les tengan miedo a unos cuantos desgraciados.

La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...