Eramis Cruz
Así es como funciona la historia como ciencia social y proyección universal, la crisis trae los cambios y las necesidades obliga a la gente a reaccionar, en las actuales coyunturas nacionales y el control internacional, por mucho tiempo los buenos han vivido predicándoles a los malos sobre lo sagrado, y el malo no cree en la misma cosa que cree el bueno, queremos convencer utilizando el fatalismo del infierno y la gloria reservada para unos cuantos, si es que rechazan el mundo en el que viven. Es saludable expresar esas preocupaciones pero también tenemos la necesidad de que la sociedad funcione de otra manera, conscientes de que el mundo nunca está peor que ayer cuando sus perspectivas apuntan a cambios positivos.
El crimen, la corrupción estatal y el trafico de drogas está de moda entre otros problemas propios de gobiernos y administraciones, y ya usted sabe por qué Dios no interviene, simplemente él quiere que el hombre y la mujer resuelvan sus propios problemas en este mundo, que desempeñemos nuestras responsabilidades.
Las cosas cambiaran aun sea a fuerza de grandes enfrentamientos entre las partes, ya lo veremos cuando lo bueno que algunos disfrutan ahora deje de darle resultado porque los muchos reclamaran su parte correspondiente, esto va mucho más lejos que la palabra que no hace eco en el oído de quien no entiende el idioma de los fenómenos sociales. Usted tiene razón para preocuparse por ser persona de gran sensatez, tenemos que agradecértelo.
Invertimos millones de pesos, recursos y material humano creando las estructuras patrimonio de la colectividad, y aun así tenemos graves problemas, ni la educación, ni el estado con sus fuerzas armadas, ni las iglesias con sus biblias y las más grandes de las verdades que predican y a pesar de que dicen contar con el poder de Dios, ni los medios más eficientes de comunicación (incluyendo el Internet), no aparentan ser suficientes para cambiar la sociedad ni a la gran mayorías nacionales.
Todo esto a pesar de que los humanos hemos logrados avances científicos increíbles y desafiantes para los que creen en los milagros, pero esas conquistas que nos han permitido dominar muchas enfermedades, desarrollar mejores aplicaciones digitales, utilización de la química, la física y otras ciencias han venido a ponerse al servicio del inversionista, el accionista en las grandes empresas, no existe una justa distribución de sus beneficios, y las religiones nunca han demandado acciones concretas de sus fieles para que reclamen su dignidad y no permitan que se le hurte lo que les pertenece.
Pero el peor de todos los males, es cuando el ser humano pierde la sensibilidad, y el 20% que está bien no les incumbe como vive el 80% que necesita mejorar su condición de vida. Eso es producto de un sistema que hace del bienestar material el principal eje giratorio, ¡el individualismo otra vez!
El problema es institucional, la consolidación de los monopolios y la reducción del papel del Estado, no son la solución ni están trabajando en esa dirección para educar y crear integridad entre los jóvenes. Hay que despertar y cambiar el modo de ver el mundo, la visualización del futuro. Tenemos que saber que sin ideas fundamentales, haciendo lo que nos digan los oportunistas por la televisión y desde los pulpitos nos llegaremos a ningún lado.
No esperemos los milagros, lo que tenemos que hacer se hace con acción efectiva y confrontación eficaz de los pueblos, esas cosas no son milagros, y no es con milagros que nos tienen de esta manera. Dios no nos ayudará porque él sabe que esto lo podemos hacer nosotros, como lo hemos hecho en el pasado, y esta vez quizás no exista la necesidad de una catástrofe, sino la responsabilidad de la colectividad.
La historia es una ciencia, la religión puede usar la ciencia pero no es una ciencia, ni pretende ser considerada como tal, la teología solo se encarga de acomodarla a esa historia. La ciencia de la historia nos enseña la razón del pasado, sea esta expresión turbulenta o en su fase de paz y concordia.
Esta es una etapa nueva en el mundo, determinada por lo que se conoce como el Pensamiento Único, no porque el pensamiento único sea posible, sino porque eso es lo se pretende hacer creer a la gente, que todas las ideologías que nos precedieron, y aquellas que el imperio del naciente capital combatió después la primera y la segunda guerras mundiales pues eran falsas, erróneas, equivocadas infundadas, y que no tenían razón.
Pero el problema actual es que la vida material, los procesos productivos en todos sus ámbitos han son adoptados por los monopolios, y esos monopolios dominan con su pensamiento único las grandes riquezas de la humanidad. El diez por ciento más ricos es dueño del 90% de las riquezas.
El principio que conocemos es que la humanidad nunca permitirá su propia desaparición, luego surgen las polarizaciones, pero no podemos permitir que eso ocurra por milagro, o por la llamada “destrucción del mundo” o “el final del mundo”, los que nos enseña el principio del amor, inclusive instituido en el primero de los mandamientos, es que este mundo tiene que ser redimido, aquí y ahora, no como nos mienten los fanáticos religiosos, que eso no puede ser posible, porque las profecías predican el cataclismo, ellos son mentirosos satánicos, fatalistas despiadados, que predican sus propias biblias y distorsionan la verdad, porque usan metáforas mal aplicadas y luego dicen que eso es palabra de Dios. Con eso solamente se logra la desmoralización de los hombres y mujeres, el enanismo espiritual, el anquilosamiento de los grandes visionarios para que la gente renuncie y se resigne a su miseria infernal en esta tierra bajo la transfiguración de Dante en su Divina Comedia.
Los humildes creyentes y seguidores de falsos profetas, esos los católicos y los de otras religiones que predican por dondequiera, y a quienes les respetamos su derecho a estar equivocados, esos son los mejores utilizados, el mejor terreno para sembrar en la tierra fértil que en el corriente disfrutan los que sustentan el poder económico y político y el mismo tiempo controlan y declaran guerras y matando llaman terroristas a los que metan o sino como dice una canción “que venga Dios y lo vea”.
Ya veremos que sí.
La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile
Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...
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