Viernes 16 de Octubre de 2009 22:56 Eramis Cruz
¿Realmente lo ha pensado usted? ¿Hay alguien con quien debería dialogar? Tal vez su hijo o hija necesita dialogar con usted o alguna otra persona allegada o relacionada, y lo peor del caso, es que usted ni siquiera lo sabe. Seguro piensa usted que es un experto o experta en eso del dialogo especialmente tratándose de un hijo, hija o subalterno. Y dónde aprendió usted a dialogar (la técnica), el diálogo en sí (definición). Dialogar no es hablar, no es echar un discurso ni sostener una conversación menuza.
Para sostener un dialogo es necesario estar enmarcado en un punto común con el interlocutor o interlocutores y se tiene propósito de llegar a un consenso o acuerdo con un final feliz para las partes, que se supone que no serán persuadidos si no auto convencidos. Se concurre y se discurre, se concierne y se discierne de una manera que pone al descubierto los factores de forma y de fondo que causan las diferencias, o complican las relaciones.
En el área académica se puede aprender mucho con el uso del diálogo, pero esta técnica es poco usada en el salón de cátedra debido a que el sistema que educa en nuestra sociedad ofrece una educación de embudo en la que se impone el conocimiento según demanda la élite social predominante.
En el mundo empresarial está de moda las llamadas presentaciones en Power Point (Slideshow). Este llega finalizado de manera que tal vez algún participante tenga una simple pregunta que casi siempre queda contestada en la página número tal. Estos avances tecnológicos no parecen motivar al diálogo en el contexto utilizado comúnmente.
En el ámbito familiar cada miembro parece estar más ocupado atendiendo su celular, explorando el internet o viendo un programa televisivo. Los jóvenes se auto consideran adultos a más temprana edad y con derecho a vida propia aunque económicamente encuentren ciertos desafíos en termino de empleo, experiencia y expectativas. En las grandes ciudades uno escucha a personas hablando por un celular o contestando un mensaje de texto que conversando con otra persona. De la gente en los medios de transportación masiva ni hablar.
Está aceptado que en los Estados Unidos existe miedo al diálogo referente a los problemas raciales que también tienen incidencia en grandes diferencias económicas entre los blancos y las minorías, sin dejar de entender que estos términos étnicos suelen ser no específicos, sin embargo no hay dudas de que existe una problemática interracial que no se soluciona con la elección del primer presidente negro en esta nación.
El diálogo es un método para llagar a la verdad, a la esencia que lo motiva, es por eso que el opresor nunca dialoga, no, éste grita, da órdenes, demanda, enseña, humilla. El oprimido puede aprender a dialogar, el opresor nunca, al menos que renuncie a su condición de tal. La no violencia activa implementada por Gandhi en la India fue un llamado al diálogo entre una isla y un continente. Aunque el método de Mahatma Gandhi no descartaba la desobediencia civil, al final era el diálogo entre las partes lo esperado.
El diálogo es el método ideal para la familia, independientemente del número de miembros que la compongan, por eso es importante estar consciente de las condiciones necesaria para dialogar, especialmente el respeto a la persona del otro, sin importar la edad, ni la relación de parentesco. Para los padres provenientes de familias de progenitores machistas el diálogo es una técnica comunicativa sin espacio ni posibilidades al menos que se den cambios significativos en los incluyentes.
El diálogo es muy poco usado nuestras empresas, debido a que el sistema de comunicación de la administración no contempla esta técnica como medio de comunicación entre trabajadores y ejecutivos o supervisores. Esta técnica del diálogo no es nueva, existe desde la antigüedad, pero pocas personas han sentido la necesidad de aprenderla. Los presidentes ejecutan decretos, los militares dan órdenes, los curas predican, los profesores enseñan y los vocalistas cantan a su público, los periodistas leen o escriben noticias. ¿A quienes va esta comunicación de una vía? Para las masas inertes del sistema piramidal que oprime al de abajo, haciéndole creer que está para escuchar el buen mensaje de los oportunistas. El que está arriba no permite que el debajo suba, al menos que este le garantice que subiendo fortalece la seguridad y el estatus quo.
Pero lo más complicado no es aprender la técnica del diálogo, sino que se den las condiciones para que este se desarrolle y se aplique. Es que esta técnica del diálogo es un método de comunicación para seres humanos, para los cuales sus valores fundamentales de persona no son cuestionados. Inmediatamente usted se considere un ente superior o de algún modo desigual se produce una rotura del diálogo efectivo. Si usted no respeta a sus trabajadores entonces no podrá dialogar con ellos. Si el esposo no respecta a la esposa y viceversa entonces no pueden dialogar. Un líder político que se cree dueño de la verdad no puede dialogar con su pueblo.
Existen los casos en que una de las partes no quiere el diálogo, porque no quiere compartir el motín que está en juego, sea en el sentido objetivo o subjetivo. A pesar de lo básico que nos parezca este asunto, en realidad trasciende. Grandes líderes de las naciones de este mundo dirigido por una alta tecnología tienen grandes dificultades para establecer un diálogo. Les parece más fácil hacer una guerra que tener un diálogo, no porque no saben, sino porque los intereses en juego parecen estar en peligro en el uso de esa técnica. Un ejemplo claro puede ser imaginarse un dialogo entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro o el presidente Manuel Zelaya y el golpista Roberto Micheletti en Honduras.
Dos personas o más dialogan con un propósito, existe una necesidad de comprender lo intrincado de algo que les es común. Pero no es lo mismo cuando una persona quiere imponerse sobre los demás motivado por interese o beneficios que de algún modo hiere a segundos o terceros.
No se trata de sensibilidades, este asunto llega mucho más lejos. Pregúntense la razón de la violencia, de los insultos, de las enemistades, de los conflictos familiares, de los divorcios, de los hijos que abandonan el hogar. Los estudiantes que abandonan las escuelas, y los que fracasan en la carrera o en los negocios. El diálogo podría resolver muchos problemas antes de declararse la guerra. Los caseros no quieren dialogar con los dueños de los pequeños negocios en la Ciudad de Nueva York.
Una persona experta en la técnica del dialogo se dará cuenta cuando la segunda parte no tiene la capacidad para desarrollarla, o sea no tiene educación para dialogar, con eso no se nace, eso del dialogo se aprende.
Hay gente que habla bonito, o tal vez cierta persona sea buena conferencista, o buena para dirigir un plenario, un equipo de trabajo, otra para dirigir una mesa directiva, hasta podría ser muy buen parlamentario, sin embargo no necesariamente es alguien que domine la técnica del diálogo, simplemente porque para que el dialogo se desarrollo los envueltos deben existir un función del objetivo sobre el que convergen o divergen.
La causa número uno del fracaso del diálogo es la falta de respeto a la dignidad y la integridad a la persona. Uno puede estar en desacuerdo sobre cualquier punto y usar el dialogo para resolver la diferencia, eso no implica recurrir al insulto o elementos denigrantes. Para dialogar es necesario estar en la capacidad de exponer los criterios con sinceridad y sin subterfugio, de otra manera no se obtendrán buenos resultados.
Un ejemplo: Existen padres que aman a sus hijos pero con la condición de que hagan los que ellos dicen y sean como ellos demandan, o sea, los aman por lo que hacen y no por lo que son. Esa no es una condición para un diálogo eficaz entre ellos, los hijos terminaran inseguros de la integridad del amor de sus padres, como demuestra un reciente estudio. Son padres que no permiten que sus hijos sean ellos, sino se ajustan a condiciones pre establecidas, logran hacer de los hijos lo que quieren al precio de la verdadera felicidad. De esta manera hay muchos padres felices porque sus hijos fueron obedientes, porque no exponían su punto de vista y luego resulta que pueden ser potenciales víctimas de violencia domestica, cuando no, tímidos para diferir en la sociedad, no aprendieron a dialogar.
Para un diálogo exitoso escuchar es los mas importante, uno quiere saber que dice el interlocutor, cuando la persona quiere imponer su criterio no muestra interés en escuchar. El diálogo es un método de comunicación que se desarrolla en línea horizontal, nunca vertical, el mensaje es codificado y descodificado entre elementos situados en el mismo nivel.
¡Eso del dialogo es bueno para aplicarlo!
jueves, 11 de marzo de 2010
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