Eramis Cruz
Por cada año que se celebra este magno evento,
queda mejor confirmada la urgente necesidad de su realización. Otra vez la
actividad se realiza en la escuela George Washington, y para nadie es secreto
que detrás del local está la persona de Juan Villar. Fue él también el facilitador
del local del otro centro educativo que honra el nombre de Gregorio Luperón.
Estamos comprendiendo la importancia que tiene que nuestra gente aprenda
español igual que ingles para trabajar en puestos administrativos.
Para los que tenemos experiencia en la
organización de actividades grandes, sabemos lo que significa organizarla y
sostenerla por tres días consecutivos con la finalidad de lograr determinados
objetivos. La Feria del Libro Dominicano es un evento de la comunidad, igual
que el Desfile Dominicano, por lo que la comunidad debe velar para que funcione
según sus mejores intereses.
Es prácticamente
imposible desarrollar una actividad como La Feria del Libro Dominicano sin
reflejar en ella los fines que se persiguen. Es un trabajo arduo especialmente
cuando no se tienen los recursos de antemano para saber cada aspecto a tiempo y
evitar el corre, corre. Ha sido notable el trabajo de Benjamín García, a pesar
de que necesitó a su lado el equipo, el trabajo de equipo, no soterrado sino
visible.
Por esta razón, persisten algunos problemas, que
no tienen nada qué ver con el local, ni con la hora, nada que ver con las fechas,
ni con los invitados. Con lo que si tienen qué ver es con el fondo y con el
método.
El miedo que pone a temblar a cualquier exponente
en la Feria del Libro Dominicano es verse en la triste realidad de hacer su
exposición en un salón solitario, con dos o tres participantes. En otras
palabras, es completamente ridículo que año tras año se repita la misma
tragedia que afecta tanto a escritores como a charlistas. No debería ser mandatorio
brindar a políticos y funcionarios del gobierno una ventana de figureo
politiquero en una actividad que debe estar consagrada a la promoción del libro,
o mejor dicho, de escritores y lectores. Pero ¿quien puede ser tan ingenuo que
pueda creerse que los políticos del partido van a dejar escapar esta
oportunidad, sea en la persona del Ministerio de Cultura, o de cualquier otro
influyente?
De aquí se deduce que la única manera para
corregir estos inconvenientes, que están la vista de todo el mundo, es que este
gran evento debe ser desarrollado por una entidad autónoma e independiente del
gobierno dominicano. Un organismo que actué utilizando el consenso de los
escritores y promotores sociales, los mismos que educadores y personas
entregada a la cultura.
De esa manera podríamos evitar los disgustos que
se generan debido a los intereses encontrados. Cuando las cosas se imponen a la
fuerza traen malas consecuencias, y cuando siendo así, aún se ignoran, resultan
peor.
Hablando de libros, ¿quién no conoce al señor
Cesar Gonzales? O sea ¿que un profesional de la literatura es quien vive de
escribir, pero no quien promociona y se esfuerza para que el libro se venda y
sea leído por los comunitarios, es un absurdo? Por favor. Nadie se merece un
primer lugar en el espacio de la Feria del Libro Dominicano, donde mejor se le
vea, que una persona como Cesar González que fue echado de su negocio por los
contratos abusivos del proletario del edificio donde estaba Librería Calíope, y
aun así, él continua vendiendo libros en las aceras de al Avenida Dickman. Lo
mismo podemos decir del señor Lara Flores, aunque con una situación distinta.
Debemos ser
más cuidadoso para no herir de muerte nuestro legado. No importa si la solución
es a largo plazo, pero si es importante que la solución se una perspectiva y
que hagamos el esfuerzo para cambiar, pero no ha de ser así, si los afectadas
no se siente referidos seremos como el cantor que no se calla.
El problema
del estado es que tiene demasiado poder en un país que aún se dirige con
criterios dictatoriales. Por eso se facilita dedicar la Feria al Profesor Juan Bosch
sin hacer mención del problema número uno de la actual administración, el de la
corrupción, claro eso no es un problema, porque según parece, aún no hay un culpable.
En un país en que la constitución ha sido definida como un pedazo de papel y
con frecuencia se tiene como postulado que al poder no se renuncia y que el
mismo se ejerce.
Otra vez, es una situación del gobierno que no
tiene que embarrar la Feria del Libro Dominicano, ya que la misión del escritor
es exponer lo que su arte le permite, pero no necesariamente ser juez acusador
de nadie, eso será parte de la acción y la reacción de lectores consecuentes
con esa realidad.
¿Con que criterio se puede decir que una güira sea
tan gran que no quepa por la puerta de una escuela, si se le puede dar cabida
en las páginas del libro de record Guinness? Por favor. No se trata de
berrinches baratos de la gente, se trata de dejar la improvisación y trabajar
de un año a otro con la gente que esta envuelta en la cultura, no importa si es
un santo es un diablo.
La cultura no se elige cada cuatro años, y tomar
control administrativo de los entes culturales de los pueblos es propio de
gobiernos anti democráticos, no es un dicho, es un pragmatismo.
Personalmente dudo que el Comisionado de Cultura
tenga una base de dato respetable que contenga los nombres de los escritores y
cuantas publicaciones tienen cada uno, de tal manera que cuando hay que
dirigirse a ellos, sepan quienes son y donde viven. Seguramente que mejor lo
sepa Amazon que sabe como generar ganancias imprimiendo libros como nadie la
había hecho antes. Vivimos una época en que estar presente no es lo mismo que
hacer presencia, por eso estamos mas y mejor informado que lo que muchos
piensan.