jueves, 30 de julio de 2015

El Plan de Trabajo



Una herramienta para la eficacia

Eramis Cruz

En un país democrático, que requiera la participación de la ciudadanía ha de existir una alta motivación para que se crean organizaciones de diferente tipología como sindicatos, cooperativas de diferentes propósitos, partidos políticos, instituciones religiosas, juntas de vecinos y ligas agrarias de productores campesinos, entre otras. Estas son las organizaciones de base de un país, forman parte de la infraestructura, son las que deben ser motivadas y apoyadas por el estado y sus organismos para que cumplan con sus propósitos de bienestar y progreso general de la población.
Una organización de membrecía debería estar afiliada a una federación o confederación que según sus principios, categorías, y los objetivos que se quieren corresponda a la necesidad por la cual la organización fue fundada. Existen organizaciones pequeñas que son independientes, pero tienen como desventaja que sus limitados recursos no les permiten una mayor orientación y formación técnica ni se enmarcan en una línea ideológica que defina su fundamento, no obedecen una estrategia general,  tampoco su programa le permite obedecer a una táctica definida frente a otras fuerzas que contradicen sus intereses, en el caso de los sindicatos seria la empresa o su administración, y para las demás se podría citar el gobierno y sus instituciones.  

La mayoría de las organizaciones en nuestra sociedad no siguen los indicadores del plan de trabajo. El plan de trabajo debe ser mandatorio según los estatus de la organización. Pero eso no basta, sino que la directiva debe de empeñarse para que todos sus miembros e inclusive los de la organización conozcan a cabalidad que es un plan de trabajo, como se planifica y como se ejecuta y como deber ser evaluado. Partiendo del criterio de que el plan de trabajo debe ser planificado, ejecutado, y evaluado.
La planificación se hace a partir de los objetivos de la organización y esto objetivos posiblemente serán logrados a corto, mediano y largo plazo. Para ser posible la ejecución del Plan de Trabajo hay que tomar en cuenta los objetivos que se quieren, y los recursos con que se cuenta. Los recursos pueden ser económicos, materiales, técnicos y humanos. En nuestros países la mayoría de las organizaciones están estructuradas  según los mandatos de los estatutos. Estos estatutos son aprobados por la mayoría de los miembros en la primera asamblea que es la que se llama asamblea constitutiva. En estos estatus quedan planteados los objetivos de la organización.

Los mismos establecen una directiva con los cargos más importantes para hacer posible el funcionamiento y la eficacia o el éxito de la entidad, como es natural ha de haber un presidente, un secretario de organización, un secretario de finanzas, un secretario de educación, uno de prensa y propaganda, y un secretario de relaciones públicas. Es fácil deducir que algunos aspectos del plan del trabajo están estrechamente relacionados con su correspondiente secretaria, como son los objetivos de finanzas a la secretaría de finanzas, los de organización con la secretaria de organización y sucesivamente.
También los estatus de la organización estableen los organismos necesarios para la vida de la institución como son la asamblea general, asamblea eleccionaria y asamblea  extraordinaria. Las federaciones y las confederaciones tienen los mismos organismos, pero con diferentes nombres, como el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Consejo y Congreso.

Dependiendo del tipo de organización, sindical, cooperativa, junta de vecino, partido político, organizaciones para la cultura y el arte, o bien de tipo religiosa, los objetivos a cortos, medianos y largos plazos serán diferentes, pero la metodología de Plan de Trabajo y el proceso al que conlleva es el mismo, planificación, ejecución y evaluación.  Esto también incluye a la Fundaciones o instituciones sin fines de lucro, también deberían contar con un plan de trabajo, no solamente la propuesta por las que fueron establecidas o las que se ajustan a ciertos programas o necesidades de la sociedad o grupos de personas determinadas.
La complejidad del Plan de Trabajo es la razón por la que muchas organizaciones no tienen uno. Un Plan de Trabajo es la vida de la organización, debe ser parte de un proceso continuo, de manera que el Plan de Trabajo de este año será la base para la sucesión del plan de trabajo del año próximo.

Todo indica que al planificar el Plan de Trabajo se debe de partir de lo que se quiere que son los objetivos que se persiguen, pero la planificación tampoco es estática, debido que puede ser ajustada en la marcha, lo más importante al planificar el Plan de Trabajo es determinarlo según los recursos que se tienen  y los recursos que se pueden lograr como parte del mismo plan.  El recurso más importante de una organización es el recurso humano, no solamente la cantidad sino también la calidad. Por eso la educación de los directivos y los miembros es tan importante para elevar la calidad del recurso humano con el cuenta la organización.
Una buena planificación hará más fácil la ejecución del Plan de Trabajo. La ejecución es la acción, llevar a cabo las actividades del Plan de Trabajo con la participación de todos los miembros. A veces es necesario hacer equipos con los directivos y los miembros. La acción es la que da vida a las organizaciones. A la gente le gusta participar especialmente cuando ven que existe una organización eficiente en la que las cosas no se dejan al azar.
Para ser más práctico el plan de trabajo puede incluir un programa o calendario de actividades, con el tipo de trabajo que se va a realizar, la persona o personas responsables, el lugar la fecha y la hora especifica.

Al finalizar una ejecutoria debe ser evaluada de manera crítica. Esto permite conocer cuales errores se cometieron durante la ejecutoria, que hizo falta, cuáles fueron los puntos débiles y los puntos fuertes. Pero aparte de ese tipo de evaluación para un aspecto determinado también debe de evaluarse, cada tiempo establecido, el Plan de Trabajo en general. Esto permite saber si la organización está creciendo o está estancada, o en que aspecto hay que enfatizar más. 
Cuando no existe un plan de trabajo se carece de una metodología para la ejecutoria, no se sabe con cuales recursos se cuenta ni tampoco cuales son las metas a diferentes plazos para hacer posible el éxito de la institución. Sin un Plan de Trabajo cada secretaria trabaja por su cuenta y no hay coordinación bajo un programa del conjunto.

Todo líder debe ser un experto en lo relacionado al Plan de Trabajo y debe tener experiencia en la ejecución del mismo. Tener unos estatutos no es suficiente, ya que estos establecen reglas y principios, contienen la estructura de la organización en término de organismos y procesos, pero no establecen los aspectos prácticos de la ejecutoria de un plan de trabajo de acuerdo con un programa o un calendario.
Pocas organizaciones, cuentan con un Plan de Trabajo cabal, en muchas los miembros no tienen idea de lo que es ni de cómo se ejecuta, pero aquellas organizaciones que lo hacen o lo hagan verán en poco tiempo los resultados y la eficacia del trabajo tanto dentro de la organización como con la comunidad.

miércoles, 29 de julio de 2015

Castigando a la población

Las ocupaciones estadounidenses de Haití y la República Dominicana

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Una breve mirada a la temprana ocupación estadounidense del siglo 20 de Haití y la República Dominicana nos dice mucho sobre el papel de Estados Unidos en el mundo de hoy. La República Dominicana es el país occidental de la isla que se llamaba La Española por Cristóbal Colón, y más tarde se dividió entre el español y el francés: Santo Domingo, en el oeste y Saint Domingue, en el este. La revolución haitiana de 1791-1804 tuvo lugar en Santo Domingo, donde los esclavos negros se rebelaron contra los franceses blancos propietarios de esclavos y establecieron la primera república del negro en la historia. El país fue gobernado por una dictadura militar que anexó Santo Domingo en 1822.
 En 1844, los residentes de Santo Domingo expulsaron a los haitianos, que proclamaban la independencia como la República Dominicana. A partir de entonces, la República Dominicana se convirtió en un importante productor de azúcar en el mundo, y en la segunda mitad del siglo 19, los intereses financieros y de negocios de América establecieron grandes inversiones en las plantaciones de azúcar dominicanos.
En este momento, los intereses corporativos y financieros de Morgan y Rockefeller habían establecido una posición dominante en Cuba, tras la guerra española cubana-americana  de 1898, en la que Estados Unidos logró sus tres objetivos principales: expulsar a los imperialistas españoles, aplastar el movimiento de liberación de Cuba, y establecer el dominio económico absoluto de la nación. Esto se logró sobre todo durante los años 1920 y 1950, con una transición de una Cuba dominada por la familia Morgan a una Cuba dominada por los Rockefeller, lo que lleva hasta la Revolución Cubana en 1959. (Véase, Rémy Herrera, “Cuando los nombres de los emperadores eran Morgan y Rockefeller … de dependencia de la Cuba prerrevolucionaria Con respecto a EE.UU. altas finanzas”, Revista internacional de la economía política (Vol. 34, No. 4,  2004-05), páginas 29-37, 46.)

Theodore Roosevelt primero intervino en la República Dominicana en el año 1900, a raíz de la insistencia de una corporación estadounidense que quería su deuda pagada por el gobierno dominicano; una corporación que pasó de tener extensos vínculos con el Departamento de Estado de EE.UU.. Roosevelt anunció finalmente el Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe de 1823, que estipulaba que el hemisferio occidental “pertenecía” a los Estados Unidos, y que era el deber de los Estados Unidos  evitar que cualquier otro poder (presumiblemente europeos) se estableciera su hegemonía sobre América su “patio trasero”. (Véase, Ciro Veeser, “Dollar Inventar Diplomacia: Los Orígenes Dorado-Edad del Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe,” Historia Diplomática (Vol. 27, No. 3,  2003), páginas 309-314.

 Con el tiempo, la intervención de Estados Unidos en la República Dominicana entregó el control de las finanzas de la nación en manos del National City Bank de Nueva York, que más tarde sería controlada por el Grupo Rockefeller, así como otras poderosas casas bancarias en Nueva York. Esta iba a ser la doctrina geopolítica y económica de los Estados Unidos en la región: una que aseguraba la hegemonía estadounidense en todo el hemisferio, la represión de las luchas de liberación, y la garantía de la dominación económica y financiera de las principales casas bancarias en los Estados Unidos.

El presidente Woodrow Wilson, el famoso baluarte del idealismo democrático y los derechos de la  libre determinación, trató de aplastar cualquier esperanza de la democracia y la autodeterminación en Haití y la República Dominicana. Aquí, el Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe fue implementado: los intereses económicos europeos, y sobre todo alemanes tenían el control casi en la totalidad de la economía haitiana, mientras que los intereses económicos estadounidenses tenían una gran parte de las plantaciones de azúcar muy rentables en la República Dominicana.
Además, hubo las condiciones sociales en cada país que amenazaban la hegemonía de Estados Unidos, con regímenes inestables inmensamente en Haití, que tenían, desde el final de su revolución a principios de 1800, escrito en su constitución que ningún extranjero puede ser dueño de la tierra haitiana; y en la República Dominicana, donde un gobierno central débil era incapaz de aplacar a las naciones dominicanas que habían sido dejados de lado por las plantaciones de azúcar que buscaban socavar el movimiento de mano de obra dominicana y su negativa a aceptar reducciones salariales mediante la importación de mano de obra afrocaribeña barata, más especialmente de Haití. (Véase, Samuel Maritnez, “De Mano Oculta a Mano Dura: Sugar, el Estado, y el trabajo migratorio en Haití y la RepúblicaDominicana,” Review Latinoamericano de Investigación (Vol. 34, No. 1, 1999), páginas 60-66 .)

Así, en 1915, Estados Unidos invadió y ocupó Haití hasta 1934, con una ocupación por los Marines que resulta en la tortura y asesinato de miles de haitianos. Woodrow Wilson y su secretario de Estado, William Jennings Bryan, construyeron un “nuevo orden” para Haití. William Jennings Bryan había dicho tres años anteriores, cuando se habla de Haití, “Dios mío, piensa en ellos! Los negros de habla francesa “. (Véase, Scott H. Olsen, “reverendo L. Ton Evans y Estados Unidos Ocupación de Haití,” Estudios del Caribe (Vol. 26, No. 1/2, 1993), páginas 34-35.)

Los estadounidenses escribieron una nueva constitución para Haití en 1918, mientras que durante el régimen militar, que eliminó la ley que prohibía a los extranjeros poseer tierras de Haití. (Véase, Magdaline W. Shannon, “La Comisión de EE.UU. para el Estudio y Revisión de las condiciones en Haití y su relación con la política latinoamericana del presidente Hoover,” Estudios del Caribe (Vol. 15, No. 4, 1976), página 56.)

El subsecretario de la Marina en ese momento, un joven llamado Franklin D. Roosevelt, tomó el crédito para escribir la Constitución de Haití, que daba preferencia a las empresas estadounidenses a comprar y poseer tierras de Haití, así como diciendo que había “ejecutado varias repúblicas del Caribe”. (Véase, Scott H. Olsen, “reverendo L. Ton Evans y Estados Unidos Ocupación de Haití,” Estudios del Caribe (Vol. 26, No. 1/2, 1993), páginas 40-41.)

Más tarde, en 1928, cuatro años tras el fin de la ocupación estadounidense de la República Dominicana, Franklin Roosevelt declaró: “Hemos logrado una excelente pieza de trabajo constructivo, y el mundo debe darnos las gracias”. Franklin Roosevelt,  aclamado como uno de los más grandes presidentes de Estados Unidos en la historia, una vez se había referido a los latinoamericanos, diciendo: “Hay que tratarlos como niños”. (Véase, Max Paul Friedman: “El retirarse los Títeres, Bringing Latinoamérica Back In: Estudios recientes en Estados Unidos-Latin American Relations, la” Historia Diplomática (Vol. 27, No. 5,  2003), página 623.)
Los medios de comunicación estadounidenses aplaudieron en gran medida la ocupación de Haití entre 1915-1934 y la República Dominicana, 1916-1924. Varias publicaciones incluso pidieron la anexión pura y simple de estos países a “añadir otra estrella a la bandera.” Como el New York Times había explicado en el año 1900, al comentar sobre la estrategia de Teddy Roosevelt para la región, que era realmente para proteger los latinoamericanos ” en contra de las últimas consecuencias de su propia mala conducta. “Entre 1904 y 1919, la prensa estadounidense se refirió a los haitianos y dominicanos que al igual que los niños” mapaches “,” mestizos “, perezosos, ignorantes, salvajes, supersticiosa, y una horda de negros desnudos , “como un diario de Nueva York se refirió específicamente a los dominicanos”. Los papeles reclamados, como un corresponsal hizo, “el negro es como una carreta, cuando se le deja solo, es incapaz de auto-avance”. (Véase, John W. Blassingame, “La prensa y la intervención estadounidense en Haití y la República Dominicana, 1904-1920″, Estudios del Caribe (Vol. 9, No. 2, julio de 1969), páginas 28-30.)

Así que, naturalmente, los Estados Unidos tuvieron que intervenir. Justo después de la ocupación de Haití en 1915, un periódico declaró: “Todo lo que hay que hacer en Haití se debe hacer para el bienestar permanente de los habitantes”, pero a lo largo de esas líneas, se debe en primer lugar, “ignorar una posición teórica de la soberanía que el pueblo de la pequeña república son totalmente incapaces de mantener “.  En virtud de cada ocupación, intereses financieros y corporativos de los Estados Unidos llegaron a dominar los dos países en una escala sin precedentes.Los europeos no estaban muy contentos con ello, ya que estaban ocupados con la Primera Guerra Mundial. (Véase, Michiel Baud, “Los orígenes de la agricultura capitalista en la República Dominicana,” Latin American Research Review (Vol. 22, No. 2, 1987), páginas 148-149.)

En cada país, los Estados Unidos dejó el legado no sólo de establecer el dominio económico, sino de crear estados centrales fuertes como policía nacional, grupo de despiadados entrenados por Estados Unidos y las fuerzas militares. Cuando los Estados Unidos salió de la República Dominicana en 1924, dejaron un régimen democráticáticamente débil y pobre, y el comandante del ejército entrenado por Estados Unidos el poderoso y cruel, Rafael Trujillo, “uno de los favoritos del personal de Marina” amañadas las elecciones de 1930 y asumió el poder, inauguró el establecimiento de una de las más despiadada y brutal dictaduras del siglo XX. Tras ganar las elecciones amañadas, Trujillo fue felicitado de inmediato por el presidente Hoover de EE.UU. por su victoria “auspicioso”, que extendió sus “deseos” para la “felicidad de la gente de la República”. (Véase, Raymond H. polea, “Los Estados Unidos y la dictadura de Trujillo, 1933-1940: el alto precio de la estabilidad del Caribe,” Estudios del Caribe (Vol. 5, No. 3,  1965), páginas 22-23.)

La ocupación estadounidense de Haití entre 1915-1934, al tiempo que ha sido elogiada hoy por algunos estudiosos como la era de la Haití de la “modernización”, fue una ocupación militar verdaderamente brutal, lo que resulta en la muerte de entre 15-30,000 haitianos. Los Estados Unidos incluso llevó a cabo un plebiscito para “validar” su ocupación (al igual que Napoleón había sido un gran fan de los plebiscitos), en la que los EE.UU. salió con el 99,2% de los votos. La institución más fuerte que los Estados Unidos construyó era, por supuesto, los militares haitianos. En 1957, François Duvalier tomó el poder en unas elecciones amañadas y estableció para sí mismo una dictadura militar que duró hasta que su hijo llegó al poder en 1971 – ambos conocidos eufemísticamente como “Papa Doc” y “Baby Doc” – este último gobernó una dictadura militar hasta 1986. Antes de la ocupación de EE.UU. de Haití en 1915, no existían las empresas estadounidenses en el país. En 1986, había más de 300. (Véase, Peter Hallward, Damming del diluvio: Haití y la política de contención (Verso, Nueva York: 2007), páginas 14-15.)

Cuando Franklin Roosevelt se convirtió en presidente en 1933, puso en práctica su política de “buen vecino” de la región, después de lo cual extendió inmensa ayuda económica y militar a las dictaduras de la región, y en concreto a Trujillo. Como un hombre de negocios estadounidense declaró: “Tenemos un amigo fiel en la República Dominicana”. (Véase, Raymond H. polea, “Los Estados Unidos y la dictadura de Trujillo, 1933-1940: el alto precio de la estabilidad del Caribe,” Estudios del Caribe (Vol. 5, No. 3,  1965), páginas 23-24.)

Este “fiel amigo” de Estados Unidos luego emprendió una horrible masacre contra los haitianos en la República Dominicana, causando la muerte de hasta 25.000 hombres haitianos, mujeres y niños en un par de semanas. Esto se llama la campaña “derribando”, en la que Trujillo quiso erradicar los haitianos racialmente inferiores de la República Dominicana por miedo a sus acciones la reducción de la pureza de la población dominicana.
Después de la masacre, Trujillo recibió la atención y la comparación internacional negativa que se hizo  otra dictadura despiadada de la época que fue la erradicación de una población étnica específica, la Alemania nazi. Dado que los Estados Unidos trataron de mantener a Trujillo como un “buen vecino” y “fiel amigo,” el gobierno estadounidense llevó a cabo un “esfuerzo masivo de relaciones públicas” en nombre del régimen de Trujillo, que incluye la subvención de la escritura de biografías del tirano ensalzando sus virtudes “democráticas” “humanitarias” en “términos resplandecientes.”
La campaña también se llevaba a cabo en el interior de la República Dominicana, donde hubo un intento de nominar a Trujillo  para el Premio Nobel de la Paz. Sin embargo, Estados Unidos desalentó a Trujillo, y en 1940, dio sus frutos: el dominado por Rockefeller National City Bank “hubiese sido designado como el único depositario de todos los ingresos y los fondos públicos del Gobierno dominicano.” Esto fue, por supuesto, aclamado como una victoria maravillosa para Rep. Dominicana.
Así que el 24 de Septiembre de 1940 Trujillo firma el Tratado Trujillo-Hull. En este tratado se eliminaron todas las disposiciones de la Convención Dominico Americana de 1924, permitiendo el control de las aduanas y el dominio de la deuda.
En 1941 Trujillo compra el National City Bank, que controlaba todas las operaciones económicas del país, y crea el Banco del Reservas.
En 1947, crea el Banco Central y encargó imprimir el peso como moneda nacional para sustituir el dólar que era la moneda de circulación en el país. Ese mismo año cancela el total de la deuda externa valorada en 9 millones de dólares!
Desde ese entonces Trujillo pasó a ser de un “fiel amigo” a un dictador sanguinario! La mano derecha de Rockefellers en Venezuela, Rómulo Betancourt, empezó una serie de ataques contra el régimen de Trujillo, que produjo una serie atentados en su contra por parte del régimen de Trujillo.

Fuente: https://samildaniel.wordpress.com/2014/05/30/castigando-a-la-poblacion-las-ocupaciones-estadounidenses-de-haiti-y-la-republica-dominicana/
 

lunes, 27 de julio de 2015

Gente sin control



Eramis Cruz
Mucha gente quiere vivir la vida, aun sea la vida loca. Reír y ser feliz, las familias quieren cumplir con su metas de ofrecer a los suyos lo que por derecho les corresponde. Pero esas metas de repente se ven obstruidas, hay quienes tienen lo necesario para vivir pero son víctimas del temor que inyecta la inseguridad ciudadana. ¿Y este gobierno que le importa?, es que este gobierno no tiene madre, como tampoco la tuvo el gobierno anterior. Lo que hace falta es entender que el sistema democrático solamente funciona con ciudadanos que asuman su responsabilidad. Cuando la mayoría esta apoderada es imposible que la minoría le doblegue.
No importa cuál sea el cuento, la moraleja es la misma, son los intereses los que importan. Este sistema en el ámbito social, económico y político no ha cambiado radicalmente, y los cambios superficiales han sido más bien una necesidad de los opresores. Por ejemplo ceder la liberta que permita el contrabando. La humanidad ha pagado un alto precio para mantener la liberta y el derecho, pero los dueños del mundo les han hecho el juego a los pueblos. Dos guerras mundiales con millones de muertos, otros conflictos entre naciones y guerras civiles. El opresor no quiere que le quiten el poder económico, para eso empuñan el poder político. ¿Qué poder tiene el pueblo dominicano al menos que esté dispuesto a pedir cuenta a los políticos y no votar por ellos al menos que sus acciones los hagan merecedores del puesto?
Los poderosos tienen nombres y apellidos en todos los países. Para poner solo tres ejemplos: en Nueva York la  familia Rockefeller, en Inglaterra la familia Rothschild, en México la familia Slim, y en República Dominicana la familia Vicini. Los poderosos que dominan el mundo son una minoría en todas partes, pero en todos los países cuidan de tener el control del Estado. El Estado representa para ellos su mejor inversión, porque sin la garantía de este nos es posible hacer fortuna ni hacer trampas.
Lo primero que debemos comprender es que los grandes millonarios viven detrás de la cortina, haciendo creer que han trabajado honestamente para hacer fortuna o que su fortuna es una herencia de su linaje. Así no importa qué tipo de gobierno este en el poder siempre y cuando le garantice el control de su inversiones nacionales e internacionales.  Durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina, fueron muchos los que bajo su sombra se hicieron millonarios y han continuado siendo millonarios durante los gobiernos subsiguientes. El Estado ha sido y sigue siendo un nido de ladrones.
Pero los poderosos no se hacen solo, aparte del control del gobierno cuentan con instituciones que le garantizan la materia prima que necesitan para prosperar. Necesitan de ciudadanos ignorantes que ofrezcan su mano de obra barata y que  trabajan sin exigir condiciones de trabajo y de vida digna.
Necesitan de las iglesias que son las que convierten en miopes a la ciudadanía rebajando al ser humano al pecado y perdido en medio de la bruma de un infierno que le sigue toda la vida. Ellos predican a un Dios inmisericorde que tiene un infierno listo para condenar a los desobedientes, a los que se revelan y se apegan a la verdad. Un invento del poder para sugestionar a los tontos. Por eso pasan los siglos y el Dios que ellos se inventan nunca llega ni hace nada por sus favoritos que son los pobres de su rebaño.
Dios nos ayuda a entender el concepto de la creación y el concepto de la eternidad porque Dios es eterno y lo que él ha creado ha de ser perdurable. De esta manera todo parece hecho a la perfección. Tanto es de esa manera que hay gente que no cree en Dios pero dicen que si creen en la naturaleza. Por eso hablar de ideología pasó de moda, el modelo económico en proceso de hacerse eterno, impone que el hombre de hoy solo necesita de la información que se le proporciona en los medios.
Pero si el ser humano piensa o entra palabras analiza, puede darse cuenta que se le trata como un objeto, que es una cosa en un medio de consumo en el que no tiene control de su fuerza de trabajo. Por eso vemos que mientras se aumenta el salario por un lado, la inflación monetaria supera es aumento, de manera que lo que el ingreso que entra por un lado se le escapa por el otro.
No importa si el ciudadano es una persona educada o no, ser educado bajo el imperio del dominio y la opresión es ser domesticado para obedecer a principios y reglas que ocultan la verdad para obedecer a una superestructura que tiene como fin garantizar el éxito económico de una minoría criminal. El fracaso del comunismo no le da la razón al capitalismo, como muchos creen. Por el contrario, estos procesos están previstos bajo la ciencia del materialismo dialectico.
Los milagros no existen, aunque si es posible la ingenuidad y la alucinación. El Papa, aparte de su investidura como jefe de estado y el poder le confiere su posición es un hombre como cualquier otro, como la fue Jesucristo, Buda y Mahoma. Lo único que supera e iguala al hombre es la naturaleza. De ella somos parte y la naturaleza obedece a principios, reglas y fenómenos que nos son conocidos, no conocemos o podemos conocer. Esa relación hombre/naturaleza es coherente y no tiene nada de dogmatica ni domestica.
Tu creencia en Dios no tiene nada en contradicción con lo que decimos, pero no en el Dios impuesto por los conspiradores contra los pueblos. Nadie puede negar que amar es bueno, y Dios dice “amaos los unos a los otros”. Sabemos que Dios lo dice ¿pero donde están los que la practican? Quien cree para bien y es fiel a lo justo nada tiene que temer, pero de nada vale decirlo si luego en la práctica se vive en un mundo que nos educa para competir para sobrevivir en un lugar donde se hace realidad que “el que nada tiene nada vale”.
Todo esto puede cambiar, porque es resultado de los hombres, y si los hombres cambian también cambiara lo que controlan y la circunstancia. Para cambiar debemos cuestionar, tomar una actitud frente a las injusticias que vive en medio de tantos cristianos que creen en la vida eterna, pero se someten a la opresión de los malvados de la vida temporal.

La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...