Radhamés Pérez
A días de las elecciones de medio término en E.U., el panorama luce desalentador para el Partido Demócrata y para el propio presidente Barack Obama, aun y cuando su posición no está sometida a escrutinio ciudadano.
Los distintos estudios que miden la intención del voto de la ciudadanía, registran un elevado nivel de insatisfacción y, lamentablemente, una respuesta positiva de los votantes hacia los republicanos y hacia las posiciones derechistas mas extremas dentro y fuera de dicho partido.
De hecho en su más reciente encuesta, la firma Gallup registra una insatisfacción cercana al 80% de la población, así como una intención del voto favorable a los republicanos de un 58%, mientras que hacia los demócratas esta intención de voto queda en un pobre 33%.
Este creciente descontento se siente también entre sectores que tradicionalmente votan Demócrata, como es el caso de los afroamericanos y los latinos, entre los cuales se siente con más fuerza el desempleo como la crisis inmobiliaria.
El descontento en grupos sociales como los indicados, la inclinación del voto hacia la derecha y el avivamiento de grupos extremistas del litoral derechista, ejemplo el Tea Party, está muy asociado a la aguda crisis financiera y económica que ha vivido la sociedad. También, tiene que ver con una no cumplida expectativa de cambio que creó el triunfo electoral de Obama en las elecciones presidenciales del 2008.
Estando en juego las 435 posiciones de la Cámara de Representantes y 36 de los 100 curules de la Cámara Alta, 37 de las 50 gobernaciones, los 3 niveles con mayoría demócrata, y otras posiciones menores estatales y locales, se cree que lo ocurra el 2 de noviembre pudiera ser un preámbulo de lo que pudiera ocurrir en dos años para las elecciones presidenciales. Hay una sólida tendencia a un cambio en la correlación de fuerzas entre demócratas y republicanos de los poderes en juego.
De ahí el interés puesto por el presidente Obama en contiendas que toman curso en lugares claves, donde sus resultados pudieran estar sugiriendo el rumbo electoral de la mayoría ciudadana. Su presencia en estados como California y Nevada, ambos ganados por él en el 2008, evidencia lo difícil que se ha tornado el panorama para los demócratas.
El voto Latino puede decidir las elecciones en 12 estados. Se estima en casi 20 millones los Latinos con derecho a votar en EE.UU., aunque algunos estudios colocan solo en 50% el porcentaje de latino con intención de votar el 2 de noviembre. Conociendo su tradicional inclinación hacia los demócratas, sectores vinculados a los republicanos han desatado una campaña invitándoles a no votar, a partir del no cumplimiento por parte del Presidente de su oferta de campaña de realizar una justa reforma migratoria.
Aun con todo lo que está en juego de cara al presente y al futuro inmediato y del avance político que registra la extrema derecha, esa derecha irresponsable, anti-inmigrantes, racista, homofóbica y antipobres, todavía muchos se preguntan si hay razones para salir a votar en las elecciones del 2 de noviembre.
(Comentario hecho en el Programa de TV Propuestas. Este programa se transmite los jueves, a las 9:30 p.m. por Time Warner Cable y www.dbsmedia.net.)