domingo, 17 de enero de 2016

El cuerpo de las mujeres


Las mujeres reales, están desapareciendo de la televisión y que son reemplazadas por una representación grotesca, vulgar y humillante”.

El documental titulado El cuerpo de las mujeres sobre la presencia de la mujer en la televisión italiana muestra como se va reduciendo y degradando a las mujeres a un mero objeto decorativo. Viéndolo me vienen a la mente una vez más las palabras de Casilda Rodrigañez: tenemos la violencia tan interiorizada que ni siquiera somos conscientes de ella.


(Nora: resumen de la extracción hecha por Eramis Cruz de la narrativa del video del mismo artículo)


He entendido también que los espejos sirven más para esconder que para revelar. Recuerdo cuando Marco me decía que la televisión tiene un poder increíble. A pesar de que hable de la realidad y represente la realidad, puede disimularla. La televisión hoy roba, afea, mina el paisajes de la conciencia de todos, nos quita la railes y los fundamentos.

Rostros reducidos a máscaras por la cirugía estética. Cuerpos inflados en exceso como fenómenos de circo. Por eso estoy segura de que puedes ver la televisión, puedes también soportarla pero solo aceptando que es un grande circo que nos envían una idea de mujer falsificada e irreal. ¿Quiénes somos? ¿Qué queremos? ¿Porque todas las mujeres de Italia no nos bajamos a la calle prosternado por la manera en que nos representan? 

Las caras y los cuerpos de las mujeres reales han sido escondidos; en su lugar, la proposición obsesiva, vulgar y manipuladores de bocas, muslos, senos; una remoción y una sustitución con máscaras y otros materiales. ¿Donde están las calidades del femenino en las imágenes que hoy dominan? No podemos divisar en la televisión una naturaleza peculiar del ser femenino, una nueva identidad, original y genuina que no exista en oposición a la identidad masculina, excepto en raros casos de algunos canales televisivos o en horarios de baja audiencia.

La presencia de la mujer en la televisión es una presencia de cantidad, raramente de calidad. La mujer propuesta parece contentar y secundar cada presunto deseo masculino, renunciando completamente a la posibilidad de ser el Otro. Está reducida y se reduce ser un objeto sexual, ocupada en una lucha contra el tiempo que la obliga a deformaciones monstruosas, forzada a estar en un marco, completamente muda, que presenta espectáculos televisivos que no requieren algunas competencia. 

Es como si la mujer no pudiera más mirarse al espejo, no pudiera aceptarse a si mismo y aceptar su cara tal como es. La autenticidad probablemente es uno de los derechos fundamentales del ser humano. Pero ser auténtico requiere saber reconocer nuestros deseos y nuestras más profundas necesidades.

En mi opinión, creo que el verdadero problema de las mujeres es que ya no somos capaces reconocer nuestras necesidades, por esto, Cómo es posible ser autenticas? Estamos tan acostumbradas a vernos a través de los ojos de los hombres, que ya no sabemos qué queremos realmente y qué nos hace felices. 

Quiero decir que las mujeres nos miramos unas a las otras con ojos masculinos, miramos nuestros nuestros senos, nuestras arrugas como pensamos que un hombre nos miraría… El modelo corriente de belleza no nos representa y es como mínimo curioso que la publicidad utilice imágenes con referencias sexuales atractivas para los hombres, pero con la finalidad de atraer un público femenino… Estoy segura de que, sin presión, continua del “tener que ser guapa” siguiendo cánones que no hemos elegido, nos aceptaríamos más como tal y como somos.

Y si es verdad que los cuerpos hablan más que las palabras, ¿qué nos están comunicando estos cuerpos?
¿Necesitábamos realmente de la azafata televisivas sádica? Necesitábamos de una figura cargada de erotismo así poco solar, ¿que probablemente induce a los hombres que vuelvan del trabajo en aquel momento a no querer cambiar de canal? Porqué ha pasado todo esto? Quizás porque es así que funciona el sistema. Estos son nuestros modelos de referencia. Ai funciona desde la moda hasta la política, desde el deporte y la música pop hasta la medicina. Hacer parte de todo esto te hace una mujer fuerte, de da poder. 


Puesto que hemos decidido que las mujeres emancipadas tienen que proponerse públicamente como objetos de deseo, también cuando nos interpelan para nuestra profesionalidad y cuando en la pantalla hay mujeres adultas y preparadas que quizá tendrían algo que decir. Puesto que el único signo de atracción que conseguimos reconocer es una explicita alusión sexual, hemos orientado toda nuestra cultura hacia la estética de un club de Striptease.

Para filmar estas imágenes es necesario disponer las telecámaras antes del espectáculo de manera que puedan filmar senos, vaginas y muslos como en una película de porno, pero estamos mirando televisión pública.


Entre los 45 músculos de la cara, excepto los que necesitamos para masticar, besar, olfatear, y soplar, todos los otros sirven para expresar emociones. Cuanto más articulado y complejo es el carácter, y como carácter quiero decir nuestra profunda esencia, mas individual es la expresión de nuestra cara. ¿Qué están ocultando estas caras?

¿Porque las mujeres ya no pueden aparecer en la pantalla con su verdadera cara? ¿Porque esta humillación? ¿Tenemos que avergonzarnos de nuestras caras? Tener que esconder nuestras arrugas. ¿Es una vergüenza el paso del tiempo que deja huellas sobre nuestro rostro? Esto es el enésimo abuso que los hombres nunca sufren.

Anna Magnani decía al maquillador que antes del rodaje quería cubrir sus arrugas: “Déjamelas todas, no me quites ni una, he tardado una vida para procurármelas”. 

¿Cuando escondemos nuestra cara renunciamos a nuestra unicidad y entonces a nuestra alma? La cara expresa nuestras autenticidad. En primer lugar consideremos su exposición directa, sin defensas, en la cual aparece su digna desnudez. Es la cara que empieza y hace posible cada discurso y también es el fundamento de las relaciones humanas. ¿Estas caras hacen que la conversación sea posible?

La cara del Otro, entonces, nos envuelve, nos pregunta algo, nos hace responsables. La cara lleva un mensaje consigo: vulnerabilidad absoluta. Y es por eso que la camuflamos, la escondemos, la decoramos y hasta la modificamos con la cirugía. Esto explica porqué es tan difícil aceptar nuestra cara: es como mirar fijamente su vulnerabilidad absoluta.

Entonces ¿cómo podemos permanecer vulnerables, como podemos permanecer iguales a nosotras mismas en un mundo donde eres vencedor. Solo si eres invulnerables y feroz. ¡Qué difícil elección! ¿Invulnerables entre los vencedores o vulnerables y olvidadas? Sin embargo la vulnerabilidad es lo mas fascinante de la cara. 

Pier Paolo Pasolini había entendido hacía ya tiempo que la televisión estaba a punto de destruir la poética potencialmente expresada por el rostro humano. Pasolini tenía un sentido agudo de la realidad del rostro humano, como un lugar donde se encuentran las energías vitales que explotan en la expresión, es decir en algo que es asimétrico, individual, impuro, compuesto, en el contrario típico. 

¿Que ha pasado con las caras de las mujeres? ¿Y al femenino expresado por cada rostro en su unicidad?

Mientras envejezco, yo revelo mi carácter, y por carácter entiendo decir todo lo que he vivido y que ha plasmado mi cara, y la cara la creo yo misma, con mis costumbres, con las amistades que he tenido, con mi peculiaridad, con mis ambiciones, con los amores que he encontrado y que he soñado, con los hijos que he criado.

“Ahora el rostro del anciano” está escrito en el Levítico (19,32)

De hecho es un deber del ciudadano mostrar su rostro en público, sin esconderlo como hoy es permitido por la cirugía estética. No es poca cosa el daño que se produce cuando las caras que envejecen tienen escasas visibilidad, cuando se exponen en público solo las caras depiladas, maquilladas y convertidas en telegénicas para vender un producto, mercantil o político.

Hoy hay muchas mujeres que han conseguido poder y fama en la tele, pero ¿qué tipo de verdad nos proponen sus caras? ¿Qué modelo de femenino pueden proponer a las más jóvenes con la que parecen competir cuando se trata de estética? ¿No hay una mujer que proponga una alternativa a la dictadura de los cuerpos perfectos?

Las escasas imágenes de mujeres adultas no artificiales son feroces: hienas que se ensañan con mujeres jóvenes, cuando la comparación estética es desigual, asistimos al escarnio, a la humillación de la joven por la mas anciana.

Si las caras no muestran mas su vulnerabilidad, ¿dónde podemos encontrar las razones de la compresión, la exigencia de sinceridad, la necesidad de repuestas sobre las cuales se funda la cohesión social? Entonces no hagamos el lifting a nuestra cara, sino nuestras ideas, y así descubriremos que muchas ideas, que han madurado en nosotros mientras veíamos cada día en la televisión el espectáculo de la belleza, de la juventud, de la sexualidad y de la perfección corpóreas, en realidad sirven para esconder a nosotras y a los otros la calidad de nuestra personalidad. Tal vez esta es la parte de nosotras porque desde la infancia nos han enseñado que aparecer es más importante que ser, corriendo así el riesgo de morir desconocidos por nosotras mismas y por los demás.

En la escuela primaria para separar un texto escrito de otro, la maestra nos aconsejaba que dibujara unas “preguntitas”, elemento decorativos, marcos para mi trabajo. Latee pulula de mujeres”grechine”, algunas proponen el leitmotiv erotico, de figurillas, de marcos…

LoredanaLipperini, autora del libro “Ancora della parte delle batine”, nos rocuerda que, escondidos debajo del sostén y delos labios inflados que también la más inteligente de las huéspedes de un debate se siente obligada a mostrar, a diferencia de los colegas varones, hay el malentendido concepto según el cual una persona de los estereotipos pueda así utilizar estos mismos para divertirse.  
   
Pero jugar con los símbolos, y con los estereotipos, requiere un conocimiento tan potente y tan granítica del mismo juego que es muy difícil no quemarse. ¿Se puede permitir que nos introduzcan debajo de una mesa de plexiglas? ¿Se puede hacer de patas de mesa, pasar el tiempo acurrucada ahí debajo, manteniendo la superficialidad de un juego, sin que algunas recóndita parte de nuestros cuerpos se produzca una herida?

Y nosotros que estamos al otro lado de la pantalla qué sentimos?… en la tele hay un hombre que está poniendo una mujer debajo de una mesa… En aquella época alguien intentó protestar, pero los autores y el presentador Mammuccari se indignaron porque “la chica es una escultura viviente y en la jaula tiene también los agujeros para respirar. 

Un número infinito de mujeres HUMILLADAS.

Muchas de las mujeres adulas de latee italiana son tan potente como los hombres y por eso parece sentirse obligadas a adoptar el mismo modo brusco como haría un prevaricador, pero con diferentes modalidades. Siempre he creído que la tele no me interesaba, que no interesaba a los millones de mujeres que trabajaban, que se esfuerzan, que tiene una finalidad en la vida. Pero estas imágenes saltan fuera de la televisión y entran en nuestras casas,  alimentan las fantasías, ocupan los ojos de nuestros hijos, invaden el mundo.

Entra en juego así la supervivencia de nuestra identidad. ¿Porqué no reaccionamos? ¿Porqué no nos presentamos en nuestra verdad? ¿Porqué aceptamos esta humillación continúa? ¿Porqué no nos ocupamos de nuestros derechos? ¿Qué tenemos? 


IL CORPO DELLE DONNE


http://canalcultura.org/2012/06/05/el-cuerpo-de-las-mujeres-2/

La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...