Eramis Cruz
La naturaleza es una maestra, no hay razón por la que tanta gente no
aprende de ella, hay que estar dispuesto a hurgar en la búsqueda de lo que
realmente nos ayuda a realizarnos. Con frecuencia transitamos por la vida yendo
por las rutas equivocadas. Existe un mundo de fantasía creado por los medios y
pagado por intereses bien establecidos con la finalidad de abrumarnos con la
creencia de que la felicidad se obtiene cuando se goza jugando con las fantasías,
cuando se desborda la fortuna material y los gastos excesivos.
Nada puede igualar todas las maravillas que suceden en nueve meses de gestación
de un bebe, la madre se presta a un proceso repletos de eventos
extraordinarios, todo para que al nacer habitemos un cuerpo determinado por una
capacidad funcional que ni la ciencia ha logrado comprender o descubrir a
cabalidad. Nuestros genes son un recurso que nos ayuda a comprender lo que
somos y lo que podemos ser. Nuestro cuerpo combate lo negativo en función de lo
positivo, la verdad.
No importa si vivimos mejor que otros, nuestro interior nos indica que
somos partes de un principio de compactibilidad y que nuestros grandes valores
superan las comodidades y el poder la posición que desempeñamos dentro del
colectivo.
Así nacemos con la capacidad de ser feliz. Durante la niñez todas las
aspiraciones son posibles. Basta con ver a los niños mientras juegan, ríen, saltan
y escuchan, aprenden la mayor base de datos para su cerebro. Lo que se aprende
desde la concepción hasta la pubertad no podrá ser superado por el resto de la
vida. La rectitud de la naturaleza, sus grandes
eventos y su colosal composición del espacio sideral, su manera de tratar todo
y a todos por igual, el equilibrio de la gravitación universal, debería ser
para nosotros la base que sustente nuestro mundo moral, los principios lógicos para
que la vida continúe su proceso evolutivo hacia un estatus positivos de
igualdad para todos los humanos.
Pero lamentablemente luego que crecemos y adoptamos responsabilidades,
cuando adquirimos la capacidad de decidir, de trabajar y producir no solo bienes
y servicios sino todo lo que para la sociedad tiene valor, intervienen
intereses de elites establecidas que determinan o pretenden determinar el modo
de vida, de producción y consumo de la sociedad.
Es en este punto donde tenemos que tener cuidado, y no dejarnos utilizar
como si no tuviéramos la capacidad de pensar, de actuar según nuestros derechos
y nuestras habilidades como ser humano. En los medios y el medio en que vivimos
encontramos toda una maquinaria que tiene como fin la explotación del cerebro
humano, nos crean duendes y fantasmas malos y supuestamente buenos que están dizque
por encima de nuestra naturaleza, que apremian y condenan durante la vida en la
que se sigue un destino o después la muerte con el infierno del sufrimiento o
la gloria de un lugar que nadie conoce.
La mayoría de los seres humanos tenemos un concepto pobre de la
libertada y un peor criterio de la felicidad, especialmente porque no nos proponemos
buscar la verdad por la lógica de la naturaleza que en primer plano esta en
nosotros. Nada puede impedir que nos ocurran accidentes o enfermedades, es
parte de la naturaleza nuestra. Pero lo peor que nos puede ocurrir es obedecer
a sofisma que nos esclavizan la vida entera.
Cualquier video de alta definición nos puede embaucar por quince minutos
presentando como indispensable para ser feliz y realizar un sueño, tener lo
mejor que se vende. Casa grande con piscina diáfana, coches que siempre están nuevos
y transitan por carreteras que nunca se deterioran, playas y estadía en hoteles
de máxima calidad, un medio ambiente de abundancia y sin problemas ni
preocupaciones. Quienes protagonizan tal falsificación siempre son hombres jóvenes
y musculosos acompañados de esbeltas mujeres que ríen y se mueven al compás de
una música de trasfondo agradable al oído del receptor del mensaje. Gente que
no trabaja y de hacerlo viven libre de problemas laborales, heredera de fortuna
acumulada gracias a la vida heroica de sus antepasados o gracias a las peripecias
de cerebros extraordinarios a quienes Dios le brindó el privilegio de ser se
diferentes a los millones de persona que habitan la tierra.
Los personajes casi siempre son
blancos de color de piel y con rasgos físicos de gente procedente del mundo
europeo, es como si en África, los sectores indígenas, las grandes porciones de
los países de América Latina no existiera gente que también tiene un sueño.
Todo está interconectado, un sistema social toma cuerpo a través de
siglos de transformaciones y toma cuerpo en una superestructura que tiene forma
física e intelectual, de ahí la concepción de que el mundo fue creado por Dios
de manera perfecta como él, y que después ha venido pasando por un proceso histórico
de deterioro, especialmente debido a los pecados, el original y los demás, casi
siempre por violar mandamientos y reglas. Este concepto de la creación perfecta
contradice los principios de la evolución de la naturaleza, que como una
espiral busca siempre ser mejor, hasta con aquellos eventos que nos parecen trágicos,
como son los terremotos y los huracanes.
Nos dijeron que Caín mató a su hermanos Abel, el trabajo fue un castigo
cuando el hombre fue echado del Jardín del Edén, que por nuestra culpa fue crucificado
el hijo de Dios, que no solo era su hijo, sino él mismo. Para el colmo la mayoría
de los hombres serán colocados a siniestra del Poderoso y condenados para
siempre.
Esta sociedad cuenta con la composición de cuerpo policiales y militares
armados para imponerse frete a cualquier persona, grupo social, o país que se
anteponga al orden. Estas posibilidades existen debido a que cuando no estamos
apegado la verdad, esta verdad se auto revela según la lógica natural de ser
humano, de ahí las grandes guerras que han dejado millones de seres humanos
muertos.
No solo el sistema educativo es análogo a esas concepciones sino que en la
praxis de la vida diaria no vemos acorralado a obedecer como esclavos del
sistema social impuesta por los imperios. En la última etapa vivimos un mundo
dominado por el consumismo que se empeña en imponer el criterio de que la
historia del pasado fue un error en referencia a los intentos libertarios de
siglos pasados, y que en la actualidad todo gira en el orden personal y que al
menos que la persona escale al cúspide la pirámide no puede llagar a una realización
personal. Pero son las mayorías los que alucinan, no las élites del capitalismo
que componen el uno por ciento de la humanidad y se apropian de los excedentes
del trabajo.