Siempre admiré la sabiduría de los abuelos. Hasta puedo decir que para muchos de nosotros fueron nuestros primeros maestros, de esos que perduran en la memoria larga. La mayoría de esos tipos de abuelos ya no viven sino en nuestros recuerdos. Ellos si sabían lo que significaba ser un analfabeto. Era estar excluido, y en muchos casos discriminados del único medio disponible, la escritura y la lectura.
El analfabetismo no ha desaparecido, al contrario se ha incrementado, la diferencia es que en nuestra época de la virtualidad, muchos de los analfabetos virtuales son personas educadas y hasta con títulos universitarios, los que no los son no se pueden distinguir cuando escriben usando incorrectamente las reglas gramaticales y los principios de la composición. Lo que no hace mucho tiempo concebíamos como una falta de delicadeza, se ha vuelto un patrón de la informalidad social cibernética.
Debemos dar reconocimiento a todos aquellos que saltan la barrera de sus propias limitaciones y se lanzan desafiando lo que sea para no quedar fuera de la interactividad entre vecinos, amigos, familiares en las ya famosas páginas sociales. Esto es muy distinto a los que con dejadez y a pesar de su capacidad actúan y crean un perfil cuestionable y perjudicial al entorno de la sociedad.
Nadie se sorprende de recibir un mensaje de texto en su celular que apenas pueda entender, pero descubre la misma situación cuando recibe una carta electrónica en el ordenador. Esto pasa en el mundo informal, no es lo mismo cuanto se trata de la vida empresarial.
Se predice que para los próximos años habrá más empleos de baja remuneración, actualmente en los Estados Unidos las empresas privadas están pagando salarios más bajos que las entidades públicas, mientras muchos estados intentan modificar las leyes para disminuir la capacidad de los trabajadores para negociar contractos colectivos conteniendo cláusulas sobre salarios, condiciones de trabajo y planes de pensiones, sin las restricciones que imponen las leyes estatales, el mejor ejemplo es el Estado de Wisconsin.
Nos referimos a un conjunto de elementos que hará más difícil la competencia por el empleo. El dicho de “comes en tu casa como en la casa del rey para que cuando comas en la casa del rey comas como en tu casa” adquiere sentido en este referente. Si se hace un mal habito de lo incorrecto luego será más difícil corregirse. No andes como “Vicente que va para donde va la gente”.
No se trata solamente de saber leer y escribir, se trata de poder expresarse por escrito de un modo que pueda ser entendido. Yo creo que en los tiempos en que la escritura era el medio predominante, la gente escribía para la eternidad, como dice la biblia “lo escrito, escrito esta”. En el contemporáneo se ha hecho popular la tecla “delete” o borrar, que en el teclado se abrevia DEL, o como sucede en lo virtual, parece que desaparece, pero todavía está allí. La transformación del lenguaje escrito es una cosa, su destrucción es algo muy diferente y desastroso.
Aunque nadie quería leer un periódico de ayer, podía hacerlo si quería, en las páginas virtuales los periódicos no se borran, están disponibles para largo tiempo, aunque el analfabeto virtual no lo comprenda. Las vacuencias que se escribe allí, no se reciclan, te las guardan para conocerte mejor si llegas a ser persona de poder o influencia contra definidos intereses.
Cuando uno se dedica a perder un poco de su tiempo explorando las páginas sociales, se da cuenta de una realidad que te pega fuerte en la cara, como una bofetada de alguien que realmente tiene miedo. Lo importante es que cuando tu andas en busca de algo sustancial, porque tienes inquietudes de superación, termina sacando provecho de cualquier cosa de este mundo. Sucedió que después de acumular tanta basura nos dimos cuenta que la basura no es tal, lo que pasó fue que no teníamos cómo invertirla o revertirla.
Simplemente hay verdades que no importa cuántas veces se nieguen, no dejan de ser verdaderas. La materia no desaparece sino que se transforma. Fue por eso que se inventaron programas para el reciclaje de los desperdicios y desechos humanos.
El problema ahora es cómo reciclar la basura que abunda en el internet, pues nada, esa es una basura de propiedades diferentes, terminará auto-reciclándose como consecuencia de la desvergüenza. En la ciudad de Nueva York no se puede recoger basura de las calles, esta es propiedad de la ciudad y te pueden multar por tomar algo que crea pueda servir para algo.
Dicen que lo que “está a la moda no incomoda”, pero no se trata de una moda, se trata de un facilitador que permite a cada cual expresarse con destreza y de mantener algún control de la banda que utiliza. Tenemos respeto por la gente, y uno se siente motivado con el poder que brinda la tecnología.
Eva Ekvall –28 años, Miss Venezuela 2000, es ejemplo de una mujer de gran valor, es mucho lo que ha hecho aun después de su cáncer. Hoy se enfatiza tanto en las vanidades y se dejan de lado tantas cosas importantes. Pero es bueno que por doquier hay gente que se esfuerza por un mundo algo mejor aun sea exponiendo su propio dolor o amargas experiencias.
Muchas veces he borrado mis propios párrafos en referencia a aquellos que gastan tanto tiempo en nimiedades, mostrando una falta de empeño por ofrecer algo a tantos que esperan por una razón que les ayuden a aprender y a comprenderse. Evito no ofender la sensibilidad de alguien que no sabe de otra cosa, sino de una “bachata o un pasito duranguense”, no importan las letras, suena bien y la canta un famoso. Pero siento que de alguna manera amo a la gente para quien escribo por razones muy humanas.
Es una situación compleja especialmente en cuanto el respeto que nos merece todos y cada una de las personas con quienes nos relacionamos. Un principio importante es que nadie está obligado a leer o a opinar sobre determinado tema, pero tampoco podemos pensar que es moral exponer a los demás a los que nosotros mismos sabemos premeditadamente que son vacuencias, peores que las novelas de la televisión.
Espero que ningunos de nosotros sea material de reciclaje, nuestros hombres y mujeres están supuestos a poseer el oro y el diamante, no al revés. No llegaremos a ser como el diamante sin un esfuerzo por ser cada vez mejor, comencemos por no ser analfabetos virtuales ni ridiculizados por el protocolo de las monarquías de los maestros del reciclaje del intelecto.