miércoles, 9 de noviembre de 2022

El señor Miedo

Eramis Cruz



El Diablo anda por aquí pretendiendo de buena gente, pero en el infierno es mejor conocido como señor Miedo. No se le llama con tal seudónimo porque provoque temor a los niños sino por las afinidades que tiene con ese calificativo.

En realidad, el señor Miedo es un demonio bastante solicitado, tanto, que no le falta empleo a pesar de su alta tarifa y exigencias. Cuando el Miedo se topa con una persona, especialmente si anda en malos pasos, la deja inhabilitada para actuar con normalidad, su mente se nubla impidiéndole pensar. Ser presa del señor Miedo provoca el instinto conocido como “fight or flight response” (reacción pelea o huye). 

Pero el señor Miedo no sólo es sádico con los culpables de actos pecaminosos, también se la pasa haciéndole la vida imposible a personas sanas e inocentes. Nadie sabe cómo el Miedo se las arregla para estar en tantos lugares al mismo tiempo.

Al señor Miedo se le encuentra en las iglesias, porque es un demonio que no le teme a Dios, ya que no es posible que se tenga miedo a sí mismo. Prácticamente vive en los hospitales porque sabe que el humano le tiene miedo a la muerte como el diablo a la cruz. El Miedo es aliado de los gobiernos, de todos los gobiernos, específicamente porque entiende que el miedo es un método eficiente para gobernar a los pueblos, específicamente bajo las observancias de El príncipe de Nicolás Maquiavelo.  

El señor Miedo es un demonio inteligente, un estratega más viejo que el conde Drácula, y aunque no cree en la leyenda escrita por Bram Stoker en 1897, sabe que la gente es tan tonta como estúpida y al final termina creyendo en cuentos de camino, si es que le hechiza el alma.

No hay lugares más favoritos para el señor Miedo que las escuelas y las universidades, también le gusta pasar tiempo en los talleres y dondequiera que la gente trata de tener éxitos. El Miedo sabe por experiencia propia que no hay peor miedo que el miedo al fracaso. Él es un maestro experimentado en el área, no le cabe la menor duda al respecto, aquel que no pierde el miedo a fracasar, fracasará en las mayoría de sus intentos. La ley de la probabilidad es un juego que le fascina tanto como la ruleta rusa.

Que nadie se pierda pesando que el señor Miedo es un fracasado, todo lo contrario, es muy exitoso por el logro de sus objetivos. Tan exitoso que le ganó al Diablo el día que Dios lo echó a patadas del reino del cielo. Para el señor Miedo fue su día más feliz, llevaba muchos siglos esperando que Lucifer fracasara para poder acreditarse ese evento que sólo ha ocurrido una vez entre dos gigantes del espacio y el tiempo. Desde entonces nadie ha logrado más suicidios en el mundo, incluyendo los cometidos por príncipes, presidentes, y hasta varios papas. Su fórmula es simple: primero espera con paciencia, sabe que nada desespera más al humano que la espera, especialmente si no tiene claro lo que busca.

Ahora, hablemos de una debilidad de este demonio, y fíjese que aunque parezca contraproducente, el señor Miedo es muy valiente a decir por las cosas en las que se inmiscuye. Sin embargo, no hay nada que lo aterre tanto como el abandono, dejarlo en la soledad para que pruebe su propia medicina.

Como humanos que somos, nos resulta traumático el abandono. Sabemos que es cierto y está demostrado que luego que el miedo es abandonado la vida le cambia a todo el mundo. Especialmente el miedo al fracaso. 

El antídoto de este demonio implacable, conocido en el infierno como el señor Miedo, es la valentía o el arrojo. Todo se transforma cuando se descubre que el miedo es un fantasma hecho de la penumbra, sobre todo, que el miedo es un fenómeno normal, que tiene como objetivo la advertencia, es una alarma que previene del riesgo o el peligro. 

Muchas personas tienen miedo a cosas que ni saben existen o a experiencias que nunca han tenido. Porque el miedo de otras personas puede ser transferido a la demás. Este fenómeno es conocido en psicología como “vicario”, una manera en la que el miedo que siente una persona pasa a la imaginación de la victima o sea vicariamente. Por ejemplo el miedo a una serpiente sin nunca haber sufrido daño o haber tenido contacto con una. Para vencer el miedo es un buen consejo hacer lo que da miedo, siempre usando el sentido común o sin poner en riesgo la integridad física o mental. Hay casos en los que el instinto aconseja huir no luchar. En otras circunstancias hay que buscar ayuda profesional para vencer este demonio. 

 


Eramis Cruz, es charlista, promotor social, editor y escritor dominicano que reside en los Estados Unidos desde 1978. Ha publicado siete obras literarias y múltiples artículos en periódicos y revistas, ha impartido clase de computadoras para la comunidad y fue secretarios general del Instituto Duartiano de los Estados Unidos. Ha ejercido diferentes funciones institucionales y trabajó como asistente   de viviendas para la Ciudad de Nueva York. Actualmente está retirado del servicio público, aunque trabaja independiente como administrador de la Editorial Pie de Amigo. Actualmente es secretario general de la Asociación de Dominicanos de New London, Inc., Connecticut. 

eramiscruz@gmail.com



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