Hay quienes dicen no interesarles la política, pero esa es la manera más política para demostrar una posición conservadora frente a los procesos que determinan la manera de vivir y sobrevivir de la sociedad, en el plano local y en la instancia universal. Si el ser humano no fuera político pasaría la vida sin un concepto de la historia, enajenado, cual ser viandante sin espacio ni tiempo.
La política no es una opción para nadie, porque ella se refiera a la manera como nos conducimos como sociedad, como lidiamos con los aspectos conflictivos y los requerimientos matemáticos para distribuir los recursos materiales y desarrollar nuestras relaciones y conflictos de intereses que son comunes a cualquier sociedad. Estas leyes se cumplen tanto en el plano local y nacional como en el internacional.
En los 33 años que llevo residiendo en los Estados Unidos nunca había oído una confrontación tan fuerte en el congreso de este país sobre el tope de la deuda que debe permitir el congreso al poder ejecutivo para cumplir con importantes compromisos económicos tanto internos como externos.
Ni tampoco, como ha pasado a mucha gente, había caído en cuenta de la dimensión y de la fragilidad de la deuda del gobierno de los Estados Unidos en relación con las demás economías del mundo. Sobre este criterio podemos llegar a la conclusión de que el imperio tiene una extremidad lastimada, que no le permite caminar sin el apoyo de un bastón que le ofrecen otros países como China, Japón, Brasil, el Reino Unido, Medio Oriente, Rusia, Taiwán, Canadá y los países exportadores de petróleo, estos son sus mejores acreedores.
En el año 1917 fue aprobada una ley que impone la obligación de que el tope (debt ceiling, techo de la deuda) o limite de deuda máxima, debe ser aprobada por el congreso. De manera que el poder ejecutivo tiene que convencer el congreso de la necesidad del país para tomar más dinero prestado. La principal vía del gobierno federal tomar prestado son las emisiones de “bonos del tesoro”.
Lo que sorprende es que Estados Unidos se encuentre en una situación de tal gravedad y que se vea en la obligación de endeudarse para cumplir con obligaciones tan comunes como el medicaid, el seguro social y la defensa. Es mucho más incomprensible el hecho de que un elemento que contribuido el endeudamiento de los Estados Unidos es la costosa guerra contra dos países pequeños como Irak y Afganistán. El gobierno actual con irresponsabilidad frente el pueblo norteamericano cuando entra en guerra o acciones bélicas sin contar con los recursos no solo para ganarla sino para sostenerla, los mismo sucede con las múltiples bases militares en diferentes partes del mundo, incluyendo Columbia.
El tope de la deuda es ahora de 14.294 trillones de dólares, la administración Obama ha dicho que necesita elevar su capacidad de endeudamiento para poder cumplir con sus obligaciones y mantener su calificación crediticia de AAA. Los Republicanos y los Demócratas se han declarado la guerra en un debate sobre la propuesta. Los Republicanos no quieren dar un cheque en blanco al presidente Obama que le resultaría positivo para mantener su imagen con mira a las elecciones del 2012.
Se niegan a facilitar el aumento del límite de crédito necesario el presidente, algo que han hecho en gobiernos anteriores sin mayores dificultades, tanto para gobiernos republicanos como para demócratas.
Ronald Reagan recibió la deuda en 995 billones y la aumentó a 2.8 trillones.
George Bush (padre) recibió la deuda en 2.8 trillones y la aumentó a 4.3 trillones.
Bill Clinton recibió la deuda en 4.3 trillones y la aumentó a 5.7 trillones.
George Bush (hijo) recibió la deuda en 5.7 trillones y la aumentó a 11.8 trillones.
Y Barak Obama recibió la deuda en 11.8 trillones y la aumentó a 14.294 trillones de dólares.
Resulta que Barak Obama ha aumentado la deuda menos que sus cuatro antecesores (Ronald Reagan, Clinton, Bush (Padre) and Bush (hijo). Lo que demuestra que en el ala republicana del congreso se está llevando a cabo un juego político contra Obama dirigido por el Tea Party. Es un error garrafal usar el momento de la aprobación de límite de deuda para tratar el problema de la deuda debido la vulnerabilidad de la situación económica del país y la dependencia de los factores internacionales.
De cualquier manera el problema existe, y es necesario llagar a consenso para arribar a una solución. La sugerencia republicana de lograr ahorros con recortes de dinero a los programas sociales es inaceptable porque haría a los más pobres y a la clase media pagar el costo de una manera desproporcionada.
La propuesta de la administración Obama de hacer que los más ricos se desprendan de un mínimo de sus privilegios para que paguen los impuestos justos según sus altos ingresos, tiene sentido. El temor de que los más ricos limitarían nuevos empleos en un tiempo de recepción práctica no es una justificación frente a una situación tan imperante y grave como la presente.
Las indefiniciones del nuevo sistema económico dirigido por los países más poderosos derivan en incertidumbres que dificultan una política efectiva que permitan la estabilidad macroeconómica inclusive para un país como Estados Unidos. La economía neoliberal no logra escapar de los parámetros del papel de Estado en lo referente al control de las fluctuaciones monetarias de los grandes bloques económicos y sus reservas financieras. No estamos lejos de la necesidad de un giro de 360 grados que podría ser resultado de las leyes de la economía o de la presión de los pueblos menos favorecidos por la desigual distribución de la riqueza.
Alguien dijo que si Estados Unidos importa más de lo que exporta es porque consume más que lo que produce, y esa es una preocupación basada en el habito de consumo de un pueblo acostumbrado al despilfarro y a la abundancia, que se desvincula de los valores éticos a cambio comodidades materiales.
El término utilizado para calificar la incapacidad del gobierno Federal de pagar sus compromisos se denomina “default” una situación peligrosa que puede conducir a un colapso financiero de carácter mundial que hacer recordar le gran depresión de 1929, y que con el carácter megalómano del monto actual de 14.294 trillones de dólares es apto y justo para preocupaciones y hasta temores.