Todo el mundo creía que el avance tecnológico y el incremento de la producción resultarían en mayores beneficios para la comunidad laboral, que como resultado se trabajaría jornadas más cortas de trabajo, trascendiendo inclusive en un aumento en los ingresos de los trabajadores y retiro a edad más temprana, pero no, sucede lo contrario.
Se ha registrado un cambio de sistema económico llamado globalización, pero la globalización no se limita a lo económico, todo sistema económico existe amparado en su correspondiente sistema político. La economía es una fuerza propulsora en la sociedad. Es determinante no solo de la capacidad de progreso sino también de retroceso de grandes sectores de la población de un país.
El neoliberalismo fundamentado en una economía globalizada ha venido a ser posible gracia a los avances tecnológicos, especialmente en lo referente al trasporte a y las comunicaciones. Productos y servicios son promovidos y desplazados a cualquier lugar del planeta y a cualquier hora del día o de la noche con rapidez y eficiencia. El impulso neoliberal comienza con la presidencia de Ronald Reagan en los 80’s a la par con Margaret Thatcher en Inglaterra.
El eje central de este sistema esta monopolizado por los países componentes del G8, los ocho grandes que son Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia. Estas potencias se reúnen cada año y la agenda de sus reuniones cubre los temas para proteger sus intereses, pasando por alto muchos indicadores prioritarios y sensibles a los países menos desarrollados del planeta. Claro que estas potencias cuentan con sus organismos internacionales como la Naciones Unidas, FMI y el Banco Mundial entres otros instrumentos serviles a los grandes intereses privados del mundo de la economía. No puede descartarse que al final cuenten con los medios militares para imponer sus reglas a las demás naciones excluidas, como es el caso de Libia ultrajada por la OTAN.
El neoliberalismo es la ideología del sistema económico llamado globalización, o sea que mientras el sistema arrastras a las masas a vivir sin ideología, imponiendo el pensamiento único, que todo el mundo piense de la misma manera (el consumismo y el individualismo), ellos si cuentan con una ideología basada en el monopolio y el control. No tiene sentido una sociedad sin ideología, es un absurdo.
Volviendo al inicio, las victimas número uno y que son fatalidades de esta guerra de control del mercado son los trabajadores. En primer lugar, si los trabajadores no tienen conciencia de que ellos son una clase en la sociedad, sin un instrumentos de negociación y representación, sin líderes responsables, y lo peor, sin una motivación ideológica, los trabajadores quedan en manos de los empleadores quienes de manera sofisticada negaran grandes beneficios y tiraran el zafacón de la basura las conquistas que habían obtenido con grandes sacrificios.
Lo que la historia demuestra es que con el agudizamiento de la crisis se produce una serie de reacciones sociales como antítesis de su causa. Pero mientras esos fenómenos se producen los pueblos pasaran por grandes vicisitudes a consecuencia de la agresividad de quienes pretenden sacar el mayor capital a la capacidad productiva de las maquinarias y en estas están incluidos los trabajadores del sector público y privado.
El neoliberalismo no es otra cosa que el resultado del ajuste de subsistencia del capitalismo en una fase avanzada en el uso de la ciencia y la tecnología como medios prácticos. Utilizando una plataforma política para el dominio del estado como un patrimonio útil para establecer leyes, convenios y contratos favorables. Los factores económicos de los 70’s propulsaron las reformas del estado, limitando su papel y abriendo las puertas a las inversiones privadas.
El problema principal es que los trabajadores son desconocidos como clase social y agente de cambio en los medios de producción, el estado no parece hacer uso del aparato represivo como en los tiempos de la guerra fría, pero utiliza medios más sofisticado para negarles sus derechos y su participación como elemento determinante de la sociedad. Se ha legislado en España para extender la edad de retiro de los trabajadores y también aumentar los años de trabajo requeridos para tener derecho una pensión. Lo mismo ha estado tomando lugar en los Estados Unidos. En el estado de Wisconsin se ha negado legalmente el derecho de negociación colectiva a los trabajadores.
Estos cambios se han manifestado con la desaparición de grandes centrales sindicales con la CLAT y la compra de líderes sindicales de alta capacidad quienes han pasado a disfrutar el pan y la mantequilla que tanto criticaron durante años a los trabajadores de los Estados unidos.
La tecnología viene a ser un elemento del proceso productivo, es una conquista que alcanzada con la contribución científica de centros universitarios financiados por el estado, luego se independiza de su plataforma experimental y pasa a ser patentizada por grandes monopolios mundiales como Microsoft e Intel.
Con la política de reducir el tamaño del Estado pasando parte de su servicio al sector privado a través de contractos fáciles, se logra el despido de miles de trabajadores públicos cuyas familias pierden beneficios médicos entre otros como es la capacidad de cumplir con los términos de sus viviendas.
El hecho de grandes compañías del sector privado, como las petroleras y la automotriz, estén recibiendo montos millonarios en subsidios del Estado, mientras estas corporaciones obtienen grandes ganancias de sus ventas, es simplemente una burla inaceptable.
Pero lo peor de de lo peor es que sea el Estado quien pague por los fraudes cometidos contra las cuentas de los consumidores como fue la crisis de viviendas en los Estados Unidos y el caso Baninter de la Republica Dominicana.
Estamos confrontando una situación crítica para los trabajadores debido el empeño de los capitalistas en establecer monopolios en el área de servicios y de manufacturación con el único propósito de explotar para disfrutar de la plusvalía al precio que sea necesario.
El neoliberalismo es un sistema sofisticado que con su expansión en los medios de comunicación logra someter las mentes de los seres humanos a una nueva presentación de una esclavitud de la globalización. El papel del estado está al servicio de los dictámenes del G8 quienes implementan sus acuerdos a través de las superestructuras internacionales que imponen compromisos a los gobiernos locales.
La única esperanza de los pueblos estará demarcada por la incapacidad de este sistema para solucionar sus problemas fundamentales, tan básico como la salud, la vivienda, la educación y las fuentes de empleo, especialmente en los países de mayor vulnerabilidad.
