jueves, 12 de marzo de 2020

El lado político de esta pandemia


 Crecer es un proceso que necesita de un estado de conciencia, cada etapa de la vida se identifica por nuevos desafíos. Nuestro mundo no es perfecto, aunque esa característica no niega que es hermoso, del mismo modo su historia es un libro mal escrito donde la lógica se debate entre la verdad y la mentira.
La democracia es una ilusión, mientras el pueblo cree en ella, los grandes capitalistas se buscan fórmulas para extender su dominio. Después de la Segunda Guerra mundial los esfuerzos estuvieron dirigidos a la implementación del modelo económico neoliberal que implicaba desarticular el pensamiento ideológico, la destrucción de las organizaciones sindicales, la privatización de las empresas públicas y una modificación sustancial del papel del estado como medio para garantizar el bienestar general de la ciudadanía.  
Arribamos al Siglo 21 con la falsa percepción de que el éxito nos ha sido acreditado, la gente no sueña sus ideales, sino que alucina sus desaciertos confundidos con falsas imágenes. De repente despertamos en medio de un puente desequilibrado, en un lado apoyado en la ligereza del pasado y en el otro el pesado efecto de una pandemia que amenaza con el colapso total.
Hace mucho tiempo que las voces críticas se dejan oír de noche y de día, llamando la atención de todos, que el mundo que sostiene nuestros pies se tambalea por el mal uso de los recursos, por el daño ecológico a causa de la explotación mineral y petrolífera, por los desperdicios industriales y la expedición de gases tóxicos a la atmósfera, la injusta distribución de la riqueza que excluye a la mayoría de la humanidad del derecho a la digna sobre vivencia.
Estamos justo a tiempo para levantar la frente con el propósito de mirar lejos, para cambiar de actitud frente al abuso del poder. No más indiferencia, no más ignorancia, no más voto ni defensa a gobiernos corrompidos. Solo así podremos ser libres de las amenazas de las pandemias a la salud y de aquellas que llegan paralelas para aniquilar a quienes son considerados por los poderosos como estorbo político.
De repente con un solo virus, llámese Influenza H1N1 o Coronavirus, un continente se siente vulnerable, no hay una iglesia capaz de hacer un milagro, Ni un gobierno con un plan efectivo para presentar una solución a una situación que nos toma a todos desprevenidos. Entonces caemos en cuenta que en realidad somos seres, no sólo controvertidos sino demasiado distraídos, de que ha sido demasiado el tiempo perdido en Facebook o Instagram.
Una vez más queda ilustrada la vulnerabilidad de los pueblos para hacer frente a una pandemia como Coronavirus que por su naturaleza de inducida no es previsible como los virus naturales en contraposición a los elaborados en laboratorios. Las potencias mundiales invierten billones de dólares armándose una contra la otra, a la vez que desarrollan programas en el espacio en busca de fortunas que puedan explotar para hacer más ricos a los multimillonarios.
Nuestros corrompidos gobiernos se pasan el tiempo ocupados en la próxima reelección de su presidente, distorsionando la realidad mientras en muchos laboratorios se desarrollan virus para la guerra biológica entre las potencias.
Luego de los desastres de dos guerras mundiales deberíamos tener suficiente evidencia de que la gente no puede ni debe confiar el planeta a los sin escrúpulos falsos profetas. Hay que educarse más allá de los parámetros universitarios y crear conciencia del papel que desempeñan políticos y funcionarios comprometidos con la falsa democracia de un capitalismo descarnado, neoliberal y excluyente, de lo contrario no cerrarán los laboratorios médicos y políticos para el terror de impredecible pandemia.


La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...