jueves, 28 de noviembre de 2019

Tres quintos de vida


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Eramis Cruz


A propósito del día de “Acción de Gracias”, parece que fue ayer, pero hace 41 años, en esa misma semana, llegué a esta gran nación. Forzado por la situación económica traje conmigo una lista de deudas por pagar, la melancolía de la ausencia, un regreso encuadernado por un mago dramático y un sueño porfiado por la utopía. ¡Ah! y no se me pueden olvidar los 18 dólares en el bolsillo.
Si fue cierto que no me pude escapar a los impactos del infortunio, tampoco puedo negar el apremio del amor y la aventura. No vine aquí a aprender, al llegar traje conmigo mi equipaje de sobreviviente, una juventud que todo lo subestimaba y una maestría humana de la universidad de los recovecos.
Como si la muerte y la ausencia fuera cómplice para el mismo fin, en mi camino he dejado tanta gente de noble corazón, una que me dio la vida, otra que hizo la diferencia, alguna que quiso robarme los sueños y finalmente la chusma para quien nada que haces está bien. Siempre he huido de la mediocridad humana y mis confrontaciones por asuntos morales me dejaron la convicción de que nada se gana con ello.
Mi mayor logro ha sido pasar la prueba de que casi todo es posible, sin permitir humillaciones de nadie, ignorando el prejuicio del narcisismo, seguí siempre adelante. Mis hermanos fueron mi preocupación primera y para ayudarlos opté por una manera que tal vez no entendieron. Como no fui magnate ni mafioso, no podía soñar sus sueños y mucho menos prevenir sus pesadillas, los dejé a todos a su suerte sin nada que no fuera mi ejemplo, uno que no superaba la acción de un cuadro que se mira en la pared, en el uno ve lo que quiere, no necesariamente la intención del artista.
Hay una cosa en la que la gente es muy buena, que es en adjudicarse los créditos, olvidar a quien le dio la mano o le sirvió de inspiración en aspectos tan importantes como es la realización personal.
Hoy me siento satisfecho de mis logros, ningunos difieren de mis expectativas. La familia fue siempre mi gran preocupación. Aunque no la comparto me llamó la atención una afirmación de un actor en una película. Decía que el hombre tiene dos familias, una mala y otra buena, la mala es en la que nace, y la buena es la que hace. Parece ser cierto porque según la Biblia el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, pero como repetía mi madre, lo que es igual no es ventaja.
Yo era un joven ecuánime de 21 años, con un complejo de padre sin hijos, cuando arrastré a mi madre con sus siete hijos a la ciudad de Santiago en busca de mejor suerte, y de regreso al punto original, todo nos salió bien porque no perecimos en el intento, al contrario, quedamos convencidos de que verdaderamente la tierra es redonda. Pero esa familia paternal, en nuestro caso maternal, no permanece estática, crece como el árbol, se agregan nuevas ramas con otros valores, y que por falta de la convivencia no sopesaran nuestra historia, especialmente los más jóvenes.
El mundo ha cambiado radicalmente en los último 40 años y nada será igual para bien o para mal. He sabido cambiar con el, dominé la computadora desde que salió para el hogar en 1982. Mi conocimiento tecnológico fue para mí una especie de varita mágica cuando poca gente conocía las computadoras. Me permitió un sitial privilegiado entre gente con mejores perfiles laborales que yo. Mi peor enemigo fue mi acento, me combatió, pero no logró vencerme, eso lo veía cada vez que recibía el deposito directo en mi cuenta bancaria por mi trabajo.
Hoy, retirado con lo necesario para vivir con dignidad, tres hijos y cinco nietos pienso que no puedo pedir más. Como dice la canción “la vida continúa”. Yo no creo en los milagros ni en la repetición monótona de las oraciones, por eso creo que es mejor darse las gracias por la inversión en el esfuerzo. Dios me ayuda en la justa medida en que me ayudo a mí mismo. Me considero un humanista, y nunca estaré del lado de los que practican la opresión de sus semejantes. No tengo carro de lujo ni casa grande, aunque no lo reprocho, pero me gustan las imágenes de los caseríos cuando el rocío riega lo campos.
























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La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...