lunes, 7 de octubre de 2013

República Dominicana al borde de una nueva dictadura


Eramis Cruz

Yo sé que muchos buenos dominicanos se están cuestionando, especialmente ahora con el problema que representa el PLD que aliado al PRD y otras inorgánicas organizaciones políticas aliadas, están proyectando implantar otra dictadura en el país. Existe un gran desafío y este es el momento más crítico, porque es cuando se consolidan las instancias para dar comienzo al monopolio del poder.
No hay dudas, y todo el mundo sabe, que el arquitecto de esa dictadura es el ex presidente Leonel Fernández Reyna, con el apoyo de Miguel Vargas Maldonado, Vincho Castillo, Hipólito Mejía y el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, amparado en una gran corporación con estatuto de partido político con el nombre de Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Cada uno de estos siniestros personajes, actúa burlando sus supuestos principios, y el proceso democrático de sus instituciones. En el caso de la Iglesia Católica, está violando los parámetros cristianos en los que la gente sustenta su fe, aprovechándose del silencio de las otras religiones que pescan en río revuelto.
Nadie niega, que como en todos los países, en la República Dominicana existe una minoría con un alto nivel  de vida, pero inclusive esa minoría vive en estado de zozobra por la inseguridad y la incertidumbre que vive el país, la falta de seriedad de las instituciones y los altos riesgo de salud de la población en la capital y en el interior. Con el nuevo gobierno de Danilo Medina, no se esperan soluciones por ser un presidente títere.
Frente a esta alta peligrosidad para la integridad de la República Dominicana, existe la urgente necesidad de un llamado al despertar, de un salto a la realidad, de un llamado a la conciencia, un cambio de actitud de dominicanos. Aquellos que están siendo considerados como masa silente e inerte. Es imperante renunciar a la indiferencia, al consumo de lo inútil, al adormecimiento que produce la inyección de bachatas, deportes televisivos y novelas de banalidades.
Nunca antes el pueblo estuvo corriendo un mayor riesgo de que una minoría poderosa secuestre el Estado y sus instituciones. Leonel Fernández Reyna, igual que Rafael Trujillo Molinas, escaló al poder para convertirse en una persona despreciable, ambicioso de poder, insensible y prepotente, por eso su silencio, esperando como serpiente en acecho, la oportunidad de la campaña electoral para lanzar sus millones de pesos a las calles y comprar los votos de los dominicanos pobres y alcahuetes.
Del mismo modo que lo hizo Duarte, cada dominicano necesita cambiar de actitud, adoptar una posición responsable y rechazar de raíz esa desfachatez con la que pretenden desgobernarnos. Sabemos que somos un país digno de mejor suerte, pero no llegaremos a buen término mientras tantos dominicanos se comporten como ignorante.
Solamente unidos será posible contrarrestar esta nueva envestida contra la democracia del pueblo dominicano. Recuérdese que cuando la anexión a España de nuestro país, al pueblo se le hizo creer que bajo el dominio de la madre patria todo iba a cambiar. Y que inclusive, con el inicio de lucha restauradora, el triunfo contra la fuerza del imperio se veía plagado de limitaciones, sin embargo fue el mismo pueblo dominicano quien directamente confió en su capacidad para hacer el país libre e independiente de nuevo. Pero nuestro gran error histórico ha sido siempre ignorar que quienes realmente no creen en el pueblo dominicano son elementos enquistado en las mismas instituciones del estado y del estado en sí.
Hemos hecho revoluciones para dejar las súper estructuras en mano de una oligarquía traidora. Del mismo modo que Pedro Santana y sus secuaces sirvieron a los intereses más negros contra la instauración luminosa de la Republica Dominicana, así mismo el PLD, ha traicionado el pensamiento
de su líder y fundador, Prof. Juan Bosch, y se ha colocado del lado de la corrupción y la tergiversación. No debería de carecer de motivación e entereza un partido fundado en los albores de la salida de la dictadura, los golpeos contra el pueblo del balaguerismo, y los vaivenes dudosos del PRD que provocaron la salida de su líder y fundador.  Para nadie debió ser más claro el camino y la razón de la marcha.
Estos millonarios políticos, ladrones del los recursos del pueblo, han aprovechado los efectos del llamado neoliberalismo que pretende convertir el planeta en una factoría productiva, donde el capital y quienes lo apropian sean los amos de la humanidad. Pretenden hacer creer que la clase trabajadora no existe, que las organizaciones populares no existen, que las conquistas que con esfuerzo fueron arrancadas a las grandes empresas por los sindicatos y federaciones son excesivas e innecesarias. Y para lo peor, pretenden debilitar el papel del Estado en su relación de poder para actuar en defensa de la ciudadanía en término de empleo, inversión, e iniciativas de proyectos empresariales. Se cambia el papel impulsor del Estado para convertirlo en simple contratistas de las grandes corporaciones. Para estos se están modificando las leyes en muchos países, se cambia la constitución y se crea instrumento de alta investidura, como el caso del Tribunal Constitucional en la Republica Dominicana.
En este contexto de neoliberalismos el gran capital ha cedido una miseria, o dejado caer brizna de la mesa de sus caudales para crear la impresión de que todo el mundo vive bien, un estado de enajenación motivado además por los medios de comunicación.
Frente a esta situación lo única salvedad es la participación consciente del pueblo, la creación de alianzas de las fuerzas políticas, de las organizaciones populares para contrarrestar con la fuerza necesaria y el vigor indispensable las medidas que se están tomando a modo de conspiración a voces contra la democracia y contra los derechos naturales y positivos de la ciudadanía.
Debemos finalmente comprender que aquellas revoluciones, aquellas guerras por la
independencia de los países de América, fueron actos heroicos de los pueblos. Pero en eso tiempo se trataba de crear la patria, de establecer la nación para una clase social que no conocía otro sistema que el de la clase burguesa de Europa. Por eso nunca hemos tenido éxito rotundo, porque es necesario ahora hacer la diferencia. Son esas mismas clases sociales las que se han renovado, ellas son las dueñas de los bancos que forman el FMI, y el Banco Mundial. Ellos no ven de otro modo que no sea por el hueco de sus interese, no por los sentidos de los pueblos sufridos de América.
Las grandes masas adormecidas que conforman los grandes partidos del país, deben salir de allí, todos esos partidos ya han gobernado y no han sido capaces de solucionar los graves problemas del país. El pueblo no tiene nada que buscar en el PLD, ni en el PRD, y mucho menos en el PRSC. Hoy por hoy, o actuamos como seres inteligentes, en defensa de los nobles intereses del pueblo dominicano, o el PLD gobernará hasta quien sabe hasta qué año.

La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...