Tony Raful
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Publicado por GUASABARAeditor para GUASABARAeditor el 8/31/2010 05:00:00 PM
31 aniversario del Huracán DavidSe cumple este martes, el 31 aniversario de uno de los huracanes más poderosos de ese tipo que ha azotado el territorio nacional en los últimos años, el huracán David, que tocó el país alrededor de las 3 de la tarde del 31 de agosto del 1979. Este poderoso fenómeno natural entró por el sur del país, entre Bani y San Cristóbal, por Palenque. A pesar de todos los esfuerzos realizado por la autoridades y los organismos de socorro del país de ese entonces, quienes se emplearon afondo para evitar pérdidas de vidas humanas y materiales, ya que en los lugares de refugios dictaban charlas y conferencias para orientar a la gentes de cómo debían comportarse durante el inminente paso de David, el fenómeno dejó más de 3,000 personas muertas y cientos de afectados.
David se formó en las costa de Cabo Verde en África, y un día antes de su llega al país, el entonces Presidente de la República (1978-1982), Don Antonio Guzmán Fernández, envió guaguas de transporte público a las calles para llevar a la gentes a los lugares de refugios y muchas personas que vivían en lugares vulnerables, como cañadas, orilla de ríos fueron sacada de sus hogares casi por la fuerzas públicas para prevenir un desastre humano.
Se recuerda también, que el huracán David se esperaba en la madrugada del 31 de agosto, pero el fenómeno disminuyó su velocidad de traslación y ese retraso provocó que personas, ya en sus refugios volvieran a sus hogares, pensando que el ciclón no venía, pero el “poderoso fenómeno” categoría cinco se presentó en hora de la tarde con vientos por encima de 240 kilómetros por hora.
David salió a la 5 de la madrugada del territorio nacional el 1 de septiembre, por la bahía de Manzanillo de Monte Cristi, dejando destruido el sistema de distribución de electricidad, teléfonos, decenas de acueductos dañados, fueron afectadas las represas principales, se dañó casi toda la producción agrícola y decenas de miles de personas perdieron sus viviendas.
Hasta ese momento el huracán más fuerte que había azotado a Santo Domingo, la capital de la República, había sido el San Zenón, el 3 de septiembre de 1930, el cual produjo también alrededor de 3,000 muertos, según cifras de las autoridades de entonces.
San Zenón, sin embargo, llegó a tener categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson. David dejó a la familia dominicana sumida en un espanto y a la comunidad internacional conmovida, luego entró la tormenta Federico que también era un huracán pero bajo su vientos y se convirtió en tormenta.
El gobierno que encabezaba el fenecido presidente Guzmán Fernández destinó grandes recursos del presupuesto nacional para recuperar el campo destruido, el cual se recuperó nuevamente siendo el secretario de agricultura Hipólito Mejía Domínguez.
Pero nuevamente el país fue afectado por el desbastador huracán George el 22 de septiembre de 1998.
Fuente: El Nuevo Diario
JOSÉ TOBÍAS BEATO | El 3 de agosto de 1960, en una jugada política sorpresiva, Trujillo, tratando de evadir responsabilidades en el atentado contra Rómulo Betancourt, nombró presidente a Balaguer.
“Pero ahora quieren libertarnos de quien es precisamente el último de nuestros libertadores: de Trujillo… que nos ha conducido, al través de una serie de batallas ganadas a la pobreza y al intervencionismo extranjero, a nuestra condición actual, que no es la de un país que vive en el regalo y en la opulencia, pero sí la de un pueblo que dispone de recursos propios para acudir con orgullosa dignidad a sus citas presentes y a sus citas futuras con la historia”.
Así se expresaba el doctor Joaquín Balaguer, un mes antes del desembarco glorioso de los muchachos del 14 de Junio de 1959, quienes entrando por Constanza, Maimón y Estero Hondo sacrificaron sus vidas o sufrieron enormes torturas y humillaciones, a fin de que el pueblo dominicano cobrara conciencia de la necesidad de zafarse de las garras de una dictadura que sofocaba su desarrollo, que amenazaba su tranquilidad.
Eso decía quien ya para esas fechas podía soñar con cierta probabilidad de convertirse en el poder, y no ser un mero “muchacho de mandado” que obedeciera a Trujillo, verdadero poder tras el trono. Por eso, columbrando cercano el fin del tirano, que se anunciaba violento, proclamó en el mismo discurso, con voz simuladamente conmovida: “y si cae, sabrá caer como el árbol cuando lo abate el rayo para convertirlo en cenizas, y no como el árbol cuando lo corta el hacha para que sirva de leña ignominiosa. Los hombres como Trujillo, cuando caen, saben caer con las manos en alto, empuñando en ellas el asta en que la bandera nacional despliega orgullosamente a los vientos la augusta grandeza de sus colores inmortales”.
El discurso fue pronunciado en el Estadio Trujillo, luego “Quisqueya”, a raíz de celebrarse el 29 aniversario de la primera elección del General Trujillo como Presidente de la República Dominicana. Se titula “Al cabo de un cuarto de siglo” y puede leerse en La Palabra Encadenada. La cita que acabo de hacer está en la página 186, de la edición del año 1997. También, quien desee percibir el entusiasmo y al mismo tiempo la hipocresía trujillista del inefable doctor, puede verla y oírla en El poder del Jefe III del realizador cinematográfico René Fortunato.
Desde aquella época comenzó Balaguer a pensar en el panegírico fúnebre que pronunciaría supuestamente dolido ante el cadáver del dictador: “Querido Jefe: hasta luego. Tus hijos espirituales, veteranos de las campañas que libraste durante más de treinta años para engrandecer la República y estabilizar el Estado, miraremos hacia tu sepulcro como hacia un símbolo enhiesto y no omitiremos medios para impedir que se extinga la llama que tú encendiste en los altares de la República y en el alma de todos los dominicanos”. Así dijo dos años más tarde en el entierro del hombre fuerte dominicano, el 2 de junio de 1961, en la Iglesia Parroquial de San Cristóbal. Algunos aseguran que el doctor dictó de memoria la pieza oratoria, señal de que llevaba tiempo hilvanándola.
Claro, en 1959 para no ser tragado por las circunstancias, como le había sucedido hacía poco a su amigo Anselmo Paulino Álvarez, hombre sin duda alguna talentoso, cuyas habilidades Trujillo había aprovechado para la expansión de su ambicioso plan industrial, pero que no obstante ello fue a parar —aunque por breve tiempo— con todo su voluminoso cuerpo a las celdas de “La Victoria”, preso y multado de forma sorpresiva, por un Trujillo ya del todo paranoico. Balaguer tenía que extremar precauciones, pues Trujillo no vacilaba para exterminar físicamente a todo aquel que estimara un peligro o una posible competencia por el poder. Eso lo sabía Balaguer de sobra. Pero por si tenía alguna duda, vería dos meses después de su célebre discurso, el 17 de Julio de 1959, el cadáver carbonizado de su otro amigo de tertulias literarias e históricas, el del escritor Marrero Aristy y su chofer Juan Concepción, derrumbados desde las frías lomas de Constanza, en un accidente claramente simulado.
Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...