Eramis Cruz
Los Estados Unidos no puede con Venezuela, a pesar
de que, según Donald Trump y sus vasallos, Nicolás Maduro no es sólo un dictador,
sino que un usurpador del poder. No le funcionó Juan Guaidó, le falló la
supuesta ayuda humanitaria, y no tuvo éxito el apagón causado por el sabotaje cibernético
contra el sistema de electricidad. No le ha resultado el
apoyo de unos cincuenta países satélites, especialmente los dominados por la oligarquía traidora y vende patria de América Latina, no le ha servido hasta ahora el constante bombardeo de los medios de comunicación contra la realidad de Venezuela, medios de empresas privadas de comunicación al servicio de los más ricos que componen menos del 1% de la población.
Estados Unidos no logró el apoyo de la mayoría de
los países miembros de ONU. Ni siquiera el apoyo de la OEA que está a su
servicio. No le ha servido de nada todas las personas desinformadas que opinan
en contra de Nicolás Maduro.
Simplemente ya Estados Unidos no cuenta con el
poder absoluto del tiempo de la Guerra Fría. Ahora Donald Trump le pide el
congreso 500 millones de dólares como parte del presupuesto 2020 supuestamente
para la transición a la democracia.
Por esa política internacional el imperio
americano estadunidense se está derrumbando, porque en vez de contribuir con el
progreso de la humanidad, se ha dedicado a hacer más rico a los ricos, dejando
el mismo pueblo estadounidense a merced de los bancos y los emporios
financieros.
Lo que Donald Trump debiera explicarle al congreso
es los detalles y los métodos bajo los cuales usará esos 500 millones de dólares,
cuántas vidas costará, y cuantas instituciones serán desestabilizadas.