Eramis Cruz
Apuntes de la
entrevista realizada con motivo de la publicación de la novela Por un Mejor
Mañana en memoria a Ramona Henriquez. Las entrevistas fueron realizadas el 6 de
junio de 2002 en la ciudad de San Francisco de Macorís, República Dominicana.
EC: ¿Bartola, quién
en realidad era Yoyo?
−Eulogia era
conocida por el apodo de Yoyo. Ella era descendiente de españoles ya que su
padre era un español, hombre alto, de ojos claros y de nariz perfilada y que en
sus últimos años tenía blanca la cabellera. ÉL se dedicaba al comercio y fue
muy exitoso, pero con el tiempo su empresa se fue reduciendo a la nada hasta
que se convirtió en un abuelo retirado.
EC: Todos conocimos a
Eulogia y a José Santos, yo los visitaba con mi madre cuando ya Eulogia
estaba mayor con una enfermedad la que la mantenía adherida a una
mecedora.
−Eulogia
Henriquez contrajo matrimonio con José Santos luego de vivir por muchos años
“amancevados”, así llamaban en ese tiempo a los que no estaban casados por la
iglesia Católica. Ellos aprovecharon una actividad cristiana que era conocida
como el “Jubileo” y se casaron como Dios manda.
EC: Pero ellos no vivieron
aquí desde un principio, ¿verdad?
−Eulogia primero
vivía en los Sancones y de ahí se mudó a la ciudad, exactamente a la Avenida
Caonabo. Muchos años después se mudó con su familia a la cercanía del
cementerio nuevo en una porción de terreno que bordeaba el basurero municipal.
José Santos trabajó por un tiempo en las fincas de Nasario Rizek, más acá del
río de Bijao.
EC: Ese cementerio era un problema de
sanidad y la gente no lo quería en ese lugar.
−La población
hizo esfuerzo para que el basurero fuera clausurado y finalmente fue logrado
cuando decidieron construir el nuevo cementerio de la ciudad de San Francisco
de Macorís. Las
hijas de Eulogia se habían mudado, pero siempre cerca del mismo perímetro de ese lugar que la gente conoce como “La Sabana de San Diego”. Estos son los nombres de sus hijas e hijos:
Matilde, Ramona, Juanita, Lola, Luz María, Reina Santos (Niní), Bartola, José
Santos (Chepe) y Pápa.
EC: ¿Bartola y que edad
tenías tu entonces?
−Para ese tiempo
yo tenía unos diez años, yo nací en los Sancones y me bautizaron en las Joyas.
EC: Yo siempre noté que tu
y Ramona eran muy unidas.
−Ramona y yo nunca nos separamos porque al ser
Ramona mayor, ella vivía al cuidado mío. Nosotras éramos huérfanas, una de
padre y la otra de madre. Ramona era una persona demasiado miedosa, pero
conmigo ella resaltaba más en la familia. Un día ella me dijo desde Nueva York:
Barto, yo estoy aquí, pero el día que yo amanezco con usted en la cabeza, es
llorando que me la paso −decía ella. Y
yo le decía: confórmese y venga pronto.
EC: Bartola hizo una breve
pausa y luego agregó:
−En la familia
todos son locos conmigo, no hay quien diga “Bartola no me cae bien”.
EC: Aproveché que ella hizo
otra pausa embargada por le melancolía y le pregunté:
¿Bartola, quien fue el padre de la difunta Ramona?
−El Papá de
Ramona era de apellido Bretón y la mamá de Ramona también, pero yo firmaba
Santos Henríquez.
EC: ¿Qué me puedes decir de
ti, de tu vida en esos años en la familia?
−Mi madre murió
cuando yo tenía dos años. Fue que nosotros nos criamos con nuestros abuelos,
quiero decir con Yoyo y José Santos. Yo nunca conocí papá, papá que me echó al
mundo yo nunca conocí. Yo conocí a esos dos viejos y desde entonces Ramona y yo
nos quedamos como hermanas.
EC: ¿Y qué pasó en
adelante?
−Bueno, esos dos
viejos me reconocieron como hija, me pusieron legitima en el papel de
matrimonio.
EC: ¿Bartola, que me puedes
decir de ese casamiento de Yoyo y José Santos?
−Fue que ellos se
casaron en el Jubileo, así le llamaban entonces. Si, en el Jubileo que hubo en
el 1951. Venían unos padres católicos misioneros a la iglesia a casar amancebados.
Yo se que esos padres no eran dominicanos porque venían de otro país.
EC: ¿Como era el Jubileo?
−Mira Eramis, el
Jubileo todavía se usa, pero no es como antes, porque antes era a la ciega,
ahora hay que hacer unos cursillos pre matrimoniales.
EC: Entonces nosotros si
somos apellido Bretón ¿o no?
−Los Bretón, yo
en realidad casi nunca me alié con ellos, porque nunca lo llegué a conocer
bien.
EC: Pero tu si conociste
bien a la vieja Julia, ella era como una matriarca en la familia.
−Oh si, pero a la
vieja Julia yo la conocí después de grande, pero yo nunca venía adonde ellos,
digo los Bretón. Fíjate que al papá que me echó en el mundo yo lo conocí a los
42 años de edad, pero yo no lo quería, no me salía de aquí besarle la mano ni
decirle papá.
EC: El día siguiente yo me trasladé a la
casa de Matilde pare conversar con
ella y con su hija Ramonita. Ya Matilde vivía más en la cama, siempre al cuidado de Ramonita y las atenciones
de sus demás hijos. Cuando yo formulaba una pregunta
las dos intervenían para contestarla.
EC: ¿Que me pueden decir de
esta larga historia que queremos conservar para nuestros descendientes? Es Matilde
la que arranca:
−Yo vivía en la
Marga. Recuerdo que en la Marga estaban tumbando los palos para sembrar pangola
para el ganado. Fue aquí que Emiliano conoció a Eulogia. Ella era una mujer muy
bella y él hasta le compuso una décima. Dos años después se casaron, pero
Emiliano murió muy joven.
EC: ¿Ramonita qué tu recuerdas
de esa corta convivencia de Eulogio y Emiliano?
−Bueno, mientras
Yoyo trabajaba, un día Emiliano vino y se llevó a su hijo Negro y a su hija
Matilde de diez años de edad. Se fue hasta los Arroyos detrás de su hermano.
Ellos eran tres hermanos. Negro murió siendo ya un hombre, pero él era el más
chiquito.
EC: ¿Y dónde Matilde
conoció a quien fue su marido de la vida entera?
−Lo que paso fue
que Nene era del Ciguelillo, y Matilde vivía en esa localidad entonces.
EC: Siempre oímos a los
mayores hablar del mal tiempo del llamado Centenario,
claro que esa era una referencia al aniversario de los primeros cien años de
independencia de la república ¿Qué recuerdas Matilde?
−Para el
Centenario yo tenía a Ramonita chiquita y a Pura, estaba embarazada de Jando
que nació en el año 1945. El Centenario fue a fines de 1944. Hubo una gran
sequía y no se hallaba que comprar para comer. No se conseguía un plátano, sino
casabe que hacían de una planta que se parece a la yautía y que abunda en los
montes. Había tanta escasez de comida que muchas familias hervían las
guanábanas nuevas. Entonces se comía mucha harina de maíz con habichuelas; se
comía el tallo de la mata de lechosa sancochado. Era que no se conseguía arroz
en ninguna parte. Era una cosa increíble, uno con esos muchachitos sin
encontrar que comprar.
EC: ¿Y que hizo el gobierno
de Trujillo?
−Ese no hizo
nada. Si hubiese sido otro gobierno quizás hubiese pedido ayuda para el país
desde algún sitio del extranjero. Era tan seria la sequía que uno no encontraba
ni agua para tomar. Después fue que vino el terremoto, para acabarnos de
arreglar. Para ese tiempo fue que se hundió la iglesia de aquí, de San
Francisco de Macorís.
EC: Matilde, quiero que me
digas algo más de José Santo, de Ramona y alguien que fue muy conocido en Macorís y que
llamaban Juan sin Miedo.
−Te digo que José
Santos era un hombre tranquilo y muy trabajador que después que se casó con
Eulogia, o sea con Yoyo, él más bien se dedicó al hogar y cuidar a su mujer y
fue padre de sus hijos y de los de ella. José Santos primero vivía en la Vega y
trabajaba para Trifón Munnnez. Ramona era Bretón, igual que Bartola, Chepe y
Negro, aunque Negro murió muy joven. No todas las hermanas éramos hermanas de
padre y de madre, pero Ramona no hacía diferencia, ella nos trataba a todos
igual.
EC: Matide o Ramonita, no
se olviden de hablarme de Juan Sin Miedo.
−Los Breton eran
de los Arroyos y se mudaron a la Rivera del Jaya. Juan Sin Miedo, como le
decían por guapo, era hermano de Macheo. A ella todo el mundo la conoció como Macheo. Su nombre verdadero era Juan Bretón. Su esposo se llamaba Manuel Bretón.
El era un hombre alto y mestizo de piel. Juan Bretón murió después de una vida
afanosa y de muchos pleitos. Él era medio rabioso y no toleraba insultos
personales, ni que le faltaran el respeto a él o a los suyos. El murió, pero
nadie supo de qué, nadie supo calificar su muerte. Aquí, en el hospital le
dieron por muerto. Era como las seis de la tarde cuando dijeron que había
muerto, entonces disque que por la noche estaba sudando. Por esta razón se
extendió el rumor de que lo habían enterrado vivo.
Matilde y su esposo Nene
Ramona Henriquez
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