jueves, 12 de septiembre de 2013

Tiempo de inocencia y fantasía


Eramis Cruz

  
No sé si a usted le pasó lo mismo que a mí, viví un tiempo de fantasía, en el que todo se explicaba de manera diferente. En la familia no había nadie enfermo, aparte de que teníamos abuelos muy saludables, la mayoría de los nuestros eran jóvenes o éramos niños. No teníamos ni siquiera uno solo que sufriera de alguna enfermedad de esas que ahora hacen médicos millonarios en el albor de su carrera.
Pero los chicos teníamos nuestro mundo aparte en el que nos decían que Jesús nos amaba mucho, que cada uno tenía un ángel que siempre detrás, ese ángel de alas blancas hablaba por medio de la conciencia para que los niños no hiciéramos lo indebido. Uno sabía que su ángel era el mejor, podría tener aspecto masculino o apariencia de mujer, pero sin cirugía estática ni senos de silicona.
Qué bonito era el cielo de entonces, no era como el de ahora, cuando la gente hasta lo duda, aquel cielo era un lugar donde la mayoría podíamos ir, especialmente los chiquillos y los “tigueritos”.
Era cierto que sucedían cosas malas, pero eran culpa del diablo, nunca de Dios. El diablo tampoco era como ahora que no más se ve por Facebook y otros medios, en ese tiempo hasta le salía a la gente. Un encuentro sorpresivo con el diablo no era considerado improbable.
Era que la mayor virtud de los niños de aquel tiempo de fantasía era la inocencia. ¿Quién dudaba entonces de la amistad de Jesús? Uno parecía oírlo, llamando la atención de todos, con aquella autoridad con la que hablaba, pero al mismo tiempo, con aquel dulzor que destilaba de su manera de tratar a los demás. “Dejad que los niños se acerquen a mí” ―decía. Eran los niños de Jesús que querían tocarle su túnica blanca con sus manitas sucias. ¡Aquel hombre tan diferente al que conocimos después! Durante miles de años se refirió a los niños de la misma manera. No fue su culpa que luego se tornara más tolerante, y permitiera los desastres armados de los imperios y muchos niños se le fueron con Sendero Luminoso y hasta con Fidel por su parecido aunque más bien sus afueras.
Fue después que nos explicaron que Dios no era como se nos había dicho, que era mucho más grande que la propia imaginación. Que un minuto para él era como mil años, por eso pensamos que se ha ausentado por un millón de años, creyendo que para la humanidad eso no es nada. Al final las iglesias hacen el cuento y lo arreglan a su manera, usando solamente l imaginación.
Pero en ese tiempo fantástico, la gente hablaba de la misma manera, todo el mundo hablaba español, después nos dimos cuenta que existían otros idiomas, aparte del latín que era la lengua que procedía de Roma, donde San Pedro y Dios conversaban. Lo único que nadie entendía qué cosa quería decir, ni siquiera el sacristán que a veces balbuceaba algo en latín, y hasta algunas vecinas que contestaban la misa en el idioma del papa.
Pero nada, no teníamos de qué  quejarnos porque todo aquello que no sabíamos de Dios se resolvía de manera muy simple, nos decían que era un misterio y ahí terminaba sin ninguna complicación. De verdad era un buen tiempo. Todo lo malo pertenecía al diablo, incluyendo a Fidel Castro, y todo lo bueno era de Dios, incluyendo a Trujillo, a Franco, a Batista y a Anastasio Somoza. Pero ahora hay algunos que la gente no está segura a cuál de los dos pertenece, como Leonel Fernández y el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, esos sí que son dos camaradas “atrevidos” y con buen bolsillo. Uno levante el cáliz y el otro la indiferencia.
Nuestra fantasía era ciertamente una realidad porque parecía de verdad, ¿“cómo de que no”?, si la virgen, eso sí, en silencio, apareció en la Vega Real para animar a los españoles en su batalla mortal contra los indígenas. Fue después que dijeron que era una leyenda.
Fue muy inteligente del hombre que determinó que los niños nacen en el pecado y además condenados por los de sus padres, un absurdo impuesto con la amenaza del infierno. ¿De qué manera podíamos creer que gente entregada a la hostia del señor podría violar niños en pleno neoliberalismo? ¿Cómo ese Dios puede convivir en medio de tanta ignominia? Es por todo esto que muchos creen que el milagro más grande de los teólogos es Hollywood, el diablo se encargó de sus inventos más originales, la OTAN Y el FMI. Hasta ahora nadie tiene más poder que ellos, ni la ONU.
Recuerdo que todas las mujeres del pueblo querían ser como María, que según nos dijeron fue la madre de Jesús. Los misterios de María eran los más extraños, primero era la que más nombres tenía, y después su marido era un hombre inocente que su propio hijo. Los niños no queríamos complicarnos la vida con los misterios, después de todo, no valía la pena si nadie los iba a entender. Fue por medio del niño Jesús que terminé asociando a la virgen, que además entre todas las mujeres, era la más linda, eso se podía ver a lo lejos. Pero aún siendo niño, me preguntaba la razón de su silencio, siempre eran los demás los que hablaban por ella, ni siquiera una palabra, exactamente como las mujeres sumisas a los horrores de la violencia de género. Me decepcioné mucho cuando supe que la foto no era verdaderamente suya, que la hizo un pintor. ¡Cómo le mienten a uno! Hasta la imagen de nuestro querido Jesucristo era falsa, el hombre era de gente de color, de esos predios de Saddam Husein.
Ahora me pueden caer encima, ya no soy un niño como cuando me engañaron, y me metieron de bruces a católico sin saberlo, aprovechándose de mi inocencia. A mí solamente me gustaba la virgen María y no me importaba si el cuadro era falso, al fin ella era la única en cielo tal como era y también gustaba de su hijo, más por su inteligencia y talento que por las cosas que después le atribuyeron, escribiendo de él a diestra y siniestra lo que le dio la gana. Yo por lo menos reconozco un derecho: ¿Por qué no ha de tener derecho el burro a crear a su dios a su imagen y semejanza, del mismo modo que lo teólogos? Aprovechando que Dios no está, que se fue por un rato, lo presentan apoyando a la derecha, en contra de los oprimidos, con una biblia que eterniza la esclavitud. Por eso más de medio mundo no le cree.
Pero como siempre pasa, todos los reinos caen, de la misma manera, todos los tiempos pasan, especialmente aquellos considerados fantásticos. Aunque debo reconocer que los tiempos no pasan para todo el mundo, en término virtual. Sin embargo aquellos incapaces de perder la inocencia, siguen siendo como los niños, y siguen escuchando a Jesús, pidiéndoles a los soldados del papa y Barack Obama que dejen que los inocentes lleguen a la verdad. Que dejen tranquila la tierra donde nació Jesús.
Pero le recuerdo al lector que este asunto de la inocencia es más serio de lo que uno se imagina. Y parece que es más fácil a los inocentes entrar al reino de los cielos aunque no tengan una residencia o una tarjeta de crédito para pagar los costos del Vaticano.
Otro que perdió la inocencia fue Lucifer, el ángel más querido de Dios. Quiso reclamar parte del poder después de leer sobre el funcionamiento de la democracia, creyendo que Dios lo iba a escuchar, y pensando que tenía las agallas de Fidel Castro o Hugo Chaves Frías, un chance que no se corrió Danilo Medina cuando Leonel Fernández era el presidente del paraíso dominicano.
De esta manera uno se da cuenta que la democracia es un sistema que no funciona ni el cielo ni en la tierra, en el cielo porque lo que existe es la teocracia y solo hay un jefe, y en la tierra porque hay muchos jefes y ninguno cede lo que tiene ni para dárselo a los niños de Jesús.
Para quienes perdimos la inocencia se nos acabó la fantasía, a pesar de tantos que hablan de lo contrario. Sin embargo estos son procesos normales y parte del crecimiento del ser humano, pero debo confesar que es bastante caro vencer las cosas de la inocencia, la ingenuidad de la religión, los cuentos que no le dejan saber a nadie que se trata de una ficción, y luego pasa como mentiras ideológicas y sin un desenlace que compense el valor del arte.
Aunque le resulte difícil a muchos fanáticos pervertidos, todos los hombres y mujeres de este mundo tienen vocación para ser libres, y existe una estrecha relación entre la libertad y la verdad. Uno no es libre mientras sea una manipulación de quienes pretenden disfrazar la realidad para prolongar sobre el mundo el dominio del universo dizque por designio divino. Dejad que los niños alejen de los malvados, permitan que vengan a mí, diría Jesús, no quiero más hombres de rodillas, no más gente inocente, incapaz de elevar su voz en defensa propia. Que venga otra vez a desmentir los misterios, que la virgen no pudo ser madre del hijo y del padre al mismo tiempo al menos que practicara el incesto que prohíbe.
Ella misma lo denuncia con su silencio, por ser la más sufrida de todas las mujeres sobre la tierra. Su hijo fue el más grande de los hombres, y no lo mataron en la cruz como muchos creen, tal vez le mataron el cuerpo, pero no el alma. Lo mataron el día que lo hicieron hijo de los duendes para echarle a perder el proyecto que tanto sacrificio le había costado. Por eso ella no dice nada, ni por su boca ni por la ajena, pero el silencio también habla, cuando la gente quiere oír. Hace tiempo que nos dimos cuenta de la jugada contra los inocentes, al final son los astutos y maliciosos los beatificados. Quieren hacer santos a todos, incluyendo a María, al negro San Martin, a Juan Pablo Duarte, a todos para que vuelvan a ser como los niños, la inocencia les ha dado muy buenos resultados a los G20 y sus comparsas.  

La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...