lunes, 1 de octubre de 2012

Males y remedios de un paraíso


Eramis Cruz
 
Sin ánimo de cometer plagio, sino de resaltar una gran responsabilidad de toda una generación, uso una frase que ha dado vida a una canción popular, "contigo porque me matas y sin ti porque yo me muero...". Es históricamente funesto no darse cuenta cuando cambia el tiempo, cuando se da una transición de una época a otra. En el mundo se desarrollan patrones, y se usa una simbología para definir las cosas y establecer protocolo de comunicación. Mucha veces una o dos palabras describen toda una era, un modelo económico, o un sistema político. Así tenemos “guerra fría”, “neoliberalismo”, “dictadura”, “Guerra Santa”, "los Templarios", Santa Inquisición”, “Renacimiento”, “guerra civil”, "Bolos y Coludos", "Gran Depresión", "Bretton Woods", "banda colorá", "comes solos", y "llegó papa", entre otras.
Existe un país pequeño con nombre grande, pero también con una historia larga, los habitantes de este país son tan valientes que se han declarado en guerra en múltiples ocasiones sin importarles si el enemigo es un vecino o un imperio. Su historia le resulta increíble a medio mundo. Llevan sobre sus hombros la fatalidad de arreglar lo que otros les descomponen.
Nunca fuimos ni la gloria ni el infierno, sino ambos a la vez. Nos contaron cómo se maravilló Cristóbal Colon, el almirante y explorador a quien no conocimos ni siquiera en retrato, cosa que no nos sorprende ya que tampoco conocimos retrato original de Juan Pablo Duarte y Diez. Se trata de dos seres excepcionales, uno por su temple y el otro por su honestidad. Pero sabemos que Duarte fue mucho mejor que los demás juntos, fue tan bueno que hasta lo echaron del país, y ahora vivimos y sufrimos con él, reímos y lloramos con él, como dice la canción, “ni contigo ni sin ti”. Duarte es el sueño que se antepone a todas las pesadillas, que nos llegan por el norte y no por el este, como creía la gente.
 Dijeron unos turistas que pagaban con dólares y euros, que esa tierra es un paraíso, se referían a sus playas y sus mares, a sus mujeres, las cervezas frías que transpiran las caricias, su música, el sentido del humor de su gente y la manara peculiar de hacerle el juego a los vericuetos de la vida. Se referían a lo que se ve, lo que no se ve es el infierno en míseros campos y barriadas.
Esa fue la evaluación del año, todas las demás fallaron en la última década. Esa “algo más de media isla” ha caído en un estado depresivo por el uso, el desuso, el abuso, lo cóncavo y lo converso de la orografía de la especulación y el engaño del más fuerte y por los nuevos vientos que azotan desde el interior, así como el torbellino de sus contradicciones internas. Mientras las grandes potencia disminuyen las funciones del Estado, esta "algo más de media isla" la acrecienta y tiene un congreso más grande que el de un continente. Su cuerpo diplomático provoca la risa del otro medio mundo que le cree.
 Se dejó de oír el eslogan femenino de que “no son  machos pero son muchas” para ceder el paso a la violencia de género” en completa desarmonía con el logo de campaña “llegó papá” que luego fue la premonición de aguafiestas de Miguel Vargas Maldonado, que no vende su partido por 30 monedas sino por 130 millones que no iguala su fortuna. Se hunde el paraíso por no decir la isla, porque no es sólo nuestra, pero el pueblo tiene razón cuando se coge la política de "relajo" hasta que se sienta ponderado, ya que públicamente Leonel Fernández se fue con Balaguer y Daniel Vargas Maldonado se fue con Leonel para que papá Mejía no llegara a la silla de los alfileres.
Pero es tiempo de pensar diferente, hace ya algún tiempo que lo es, digo para que por lo menos hagamos otro intento, ya que pensando solamente no se resuelven las contrariedades. Nuestra historia fue la de unos cuantos, si se toma en cuenta el hábitat por kilometro cuadrado en el tiempo de los bucaneros, el presente es ahora el de diez millones de personas con sus nuevos capítulos que se animan gracias a la estática con que se reconocen los 1's y los 0's para expresar los pixeles en un millón de colores.
Sufrimos en carne viva la vulnerabilidad de la democracia, después de aguantar el oprobio de la dictadura, “ni contigo ni sin ti”, diría un fatalista empedernido, o un religioso rey en el mundo de los ciegos. Ese país hay que buscarlo en el mapamundi con la punta de un lápiz, o el cursor del ratón de Bill Gates. A quien se le hubiese ocurrido la idea de hacerse multibillonario con el uso de un ratón. Pero este país no es tan pequeño como se cree, allá fue que mandaron 42,000 marines y más, solamente a la capital, y parecían robots detrás de las alambradas, aún  no sabemos para qué mandaron tantos, ya que no venían a pelear sino a buscar a unos gringos indocumentados que allí se encontraban cuando se armó aquella “vaina” en defensa del Profesor Juan Bosch. Después, así fue, ni uno, ni el otro, ni Peña Gómez por ser negro y haitiano, ni Juan Bosch por creerlo comunista. No olvidamos que los cristianos no son hermanos de los comunistas sino de los pecadores que no son los mismos ni que se empinen, el prójimo es aquel que nos conviene, no quien pretende distribuir nuestros bienes y propiedades, la comunión nos queda grande aunque el vino embriague.
Venimos descifrando los dilemas y atando los cabos sueltos para concluir que nos “jodieron” los caudillos, tanto los buenos como los malos, ellos nos dejaron pichones de dictadores, ladrones bien educados, y una idiosincrasia con tendencia de “aprovéchate de lo que no es tuyo”. En aquella “algo más de media isla”, casi todo el mundo es un buen político que confunde la democracia con el sectarismo y su resultado con el patrimonio personal.
Después de 1965 la juventud paso a ser rebelde sin causa. Mentira, eran los únicos con la razón. Ellos leyeron la historia y lo descubrieron todo. Que nos impusieron lo de dominicanos por los dominicos, la democracia por el capitalismo, la religión por la Iglesia Católica. Todo para no darnos el crédito sino el delito, que si hablábamos francés nos llaman haitianos, y si hablamos ingles dominican-york, para el colmo el español no era nuestro sino de España, pero el castellano también era de ellos." Esas aguas trajeron estos lodos", estuvo lloviendo desde el tiempo de la restauración, algo que evidencia la rabiosa valentía del bravo general Gregorio Luperón, a ese no lo mató nadie porque no creía en esa vacilación de “contigo ni sin ti”, o está con Dios o está con el Fondo Monetario Internacional.
En ese paraíso el pueblo se define como un gentío o un grupo de “pendejos” que gana los conflictos para beneficio de otros, algunos egresados de la UASD o de la Madre y Maestra neoliberalita, o el que escala al palacio, al congreso, a un ministerio, o escala la dirección de un organismo del partido, como el Revolucionario que no revoluciona o el de la  Liberación que no libera, “ni contigo ni sin ti”, diría el cardenal Nicolás López Rodríguez, un partidario de que manden a los niños criminales a las cárceles, esos que no son vistos como pecadores, los pecadores no son criminales, debido a que los pecadores van a las iglesias a pedir el perdón del día después y admiran al cardenal, los criminales matan a pecadores e inocente por igual.  “Dejad que los niños se acerquen a mí”, pero que no sean traficantes ni han de estar armados, diría el señor desde la basílica de Higuey. Y para que nos sirven los millones invertidos en la educación dizque para educar a los niños, incluyendo los colegios del cardenal. La opinión del cardenal es el juicio de un reaccionario que no se pierde en los estamentos del poder, después será fácil justificarse como lo hizo recientemente el padre Rafael Marcial Silva.
El pueblo sabe que el gobierno no funciona, pero también sabe que no funcionó antes, y el pueblo aguarda el momento oportuno, una vez esperó 22 años, otra vez lo hizo por treinta años. Ahora no se sabe por cuantos, Leonel Fernández tomó unas vacaciones luego que le aseguró  el empleo a su señora. Se va de viaje al exterior, él necesita renovarse, recibir títulos y aplausos para mantener la vigencia. El es el último caudillo, no es dictador pero lo controla todo porque lo sabe casi todo, inclusive que la memoria colectiva no existe para él.
Ahora todo es sostenido, inclusive la corrupción y uno se pregunta y los líderes dónde han estado, y los periodistas, dónde han estado, los sindicalistas, dónde los revolucionarios del proletariado, le dejaron los fusiles a los narcotraficantes mejicanos. Extrañamos los héroes que no murieron en la guerra, todo este tiempo dónde se ha ido tanta gente. Todos sabemos donde está  cada uno, uno en el silencio, otros sobreviviendo, otro compartiendo lo que se pueda. Todavía el coronel no tiene quien le escriba un e-mail.
Es fácil entenderlo, que hay mucha gente hablando en parábola, sin especificar casos ni nexos, o escribiendo metáforas bellas y profundas, como quien dice mucho sin decir nada. A unos les llaman resentidos sociales y a otros políticos rancios, y hay los que se llaman millonarios funcionarios o millonarios sin funciones.
Resta el otro subconjunto del conjunto, esos son los melancólicos, enfermos del pasado, que buscan la libertad que no tuvieron, que no renuncian a su egocentrismo, no caben dentro de sí, viven como “el coronel que no tiene ni Twitter ni Facebook”, esperando con paciencia la muerte, tal vez su nombre salga en un periodiquito digital o en “Vainas Dominicanas”. Uno tiene que aplicarse su medicina, el tiempo ha cambiado, y hoy vivimos con una nueva generación que merece un cambio de actitud para prepararlos para sus nuevas responsabilidades, uno no puede vivir prisionero del pasado, a pesar de quererle tanto, “contigo porque me matas y sin ti porque yo me muero”.

La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...