sábado, 8 de septiembre de 2012

Disfunciolidad del estado no motiva la lectura


Eramis Cruz


Los medios han reportado un alto índice de dominicanos que no leen. Es una lástima, y lo que más  duele es saber que es cierto. Podríamos defendernos diciendo que no somos los únicos, pero no vale la pena, mal de otro consuelo de tonto, dice el dicho. ¿Y por qué no nos decidimos y comenzamos a leer de una vez por todas? Hoy más que nunca hay más libros acaparando polvo en los estantes, y a pesar de que para algunos los precios son prohibidos, también es cierto que hay bibliotecas y otros medios donde se puede leer. “Si se quiere se puede”.
Como una imposición del sistema educativo elitista, piramidal y comercial, existe una concepción equivocada del proceso educativo en el que se asume que los centros académicos son los únicos en capacidad de enseñarnos y educarnos, dejando al margen la autoformación. Ninguna academia enseña a nadie todo cuando debe o tiene que saber, de ahí surge el autodidacta, pero también todo aquel que se supera más allá de los parámetros de su educación acreditada.
Hay que decir que una parte no lee porque no sabe, otra por falta de voluntad, y otra porque nunca hace nada que le exija algún sacrificio para interactuar en beneficio del conglomerado. Estos últimos son los egocentristas, los oportunistas y vividores del sudor ajeno, lo que no leen para que nadie escriba. Aun nos quedan esos remanentes trujillistas, ese megalómano que quería alfabetizar a sabiendas que pocos se atrevería a escribir por su propia determinación en esa era cuando el nacionalismo era él.
No se puede culpar al pueblo, fueron 12 años de dictadura de Ulises Hilarión Heuraux Lebert (Lilí), más 30 años de férrea dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina (Chapita), más 12 años de dictadura ilustrada de Joaquín Balaguer Ricardo (muñequito de papel), más los años alternados de los gobiernos bipartidistas (PRD, PLD), que han sido incapaces de superar el analfabetismo ni motivar la lectura. En países como el nuestro enseñar el pueblo a leer es considerado siempre un acto conspirativo en contra de los intereses de partidos abanderados del modelo económico neo liberal. No lo dicen pero lo creen.
Aunque no vamos a permitir que nos ofendan generalizando una condición que existe en todas partes, debemos admitir que la mejor manera para resolver un problema es reconociendo que existe y mirando la consecuencia que acarrea.
La lectura tiene consigo una magia que solo se puede descubrir leyendo las fuentes que contienen esa maravilla, esa que está en la universalidad de la lectura, es que los libros y los medios de lectura se combinan para enseñarnos, para informarnos, y para formarnos. Lo lamentable es que durante la niñez se pierda la oportunidad de adquirir el hábito de leer y la mejor etapa de la vida para la asimilación.
Qué en un país un alto porcentaje de la población no lea, eso constituye en un problema social de alta envergadura. Porque de ahí se deprenden otros problemas sociales que están directamente vinculados con las condiciones económicas y el nivel de vida de la población. Especialmente en países con el llamado desarrollo sostenido, sostenido en beneficio de una minoría carente del sentido del bien colectivo. Y lo peor del caso es que no leen, inclusive, muchos con la capacidad de hacerlo.
El ex presidente Bill Clinton en su discurso de proclamación de la candidatura del Presidente Barack Obama, dijo que en los Estados Unidos hay empleos disponibles que no están ocupados debido a que hay que muchos trabajadores que no están técnicamente preparados para ellos, y eso que se trata de los Estados Unidos del Norte de América, imagínese, y nosotros ocupados con el habito de leer.
En el caso de nuestro país, lo más preocupante es que es sabido que este problema se viene arrastrando desde hace décadas y ni el Estado, ni las instituciones relacionadas por sus incidencias sociales muestran contar con un plan real para elevar el nivel educativo de la presente y la futura generación. El nuevo gobierno, y los gobiernos que vendrán, deben retomar este desafío.
Quisiéramos distinguir entre la educación formal y el hábito de la lectura. Pero no todo el mundo está en la capacidad y tiene la motivación de aprender a leer por sí solo. Si la gente se motivara a leer, estoy seguro que en poco tiempo la diferencia sería notable.
  Sin embargo debemos de reconocer que entre los que no leen se encuentran muchos profesionales. Y después están aquellos que leen, pero carecen de sensibilidad para vivir en una sociedad que necesita el apoyo de los profesionales.
 Cuando se habla de la inversión de por lo menos el 4% del producto interno bruto, se acepta la expectativa de la sociedad, que hace este esfuerzo por medio del Estado, reciba en cambio algún beneficio de parte de los graduados.
Parece irónico que muchos se hagan profesionales con la educación gratuita universitaria y luego se conviertan en seres prepotentes e inconsecuentes frente al ciudadano de menos recurso, pero que renunció al beneficio de los impuestos para hacer posible la educación de otros. Esta es una acción política de altura de parte de la ciudadanía, aunque no lea lo suficiente.
Necesitamos que se lleve a la práctica un proyecto combinado para descentralizar los medios y los recursos humanos y materiales de las grandes ciudades hacia todo el perímetro nacional.
Sin la pasión por la lectura, sin la motivación por la superación, sin el anhelo por ser mejor cada día, sin el empeño por saber cómo ayudar y como ayudarse, no hay forma de elevar el nivel de cultura a través de la lectura misma.
Esta científicamente demostrado que el ser humano necesita satisfacer sus necesidades elementales para luego ocuparse de lo que esta supuesto a venir por añadidura. Un padre de familia sin empleo, mal alimentado, en medio de la violencia callejera, inseguro de que unos de sus hijos pueda perder la vida en una esquina, en uno de los famosos intercambio de disparos, no va a pensar en leer, no puede leer, no tiene la estabilidad emocional para eso. Hay cosas que son más fácil de decir, pero son completamente difíciles para quien en realidad las vive. Contamos con una policía que ha cometidos más de 4,000 ejecuciones extrajudiciales  en los últimos años, impunemente. ¿Donde está la articulación entre la educación y el orden del desorden?
No hemos sido capaces de romper las cadenas, aquellas nos atan a la pobreza, a la marginación de esa gente maravillosa conglomeradas en los barrios de las ciudades. Ellos han tenido la fe de que un día llueva milagros, que llueva café, que llueva dólares green(go) home, pero al contrario, ha crecido el hueco entre los más ricos y los más pobres, dirán que para qué leer libros y escuchar operas de Luciano Pavarotti, si las telenovelas son gratuitas y gratificantes, no excuse la ironía.
Contrasta esta situación con la propuesta de Monseñor Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez para que por ley se reconozca en el país el día de los Santos Reyes. ¿Para qué leer?, mejor que nos traigan los Santos Reyes la canasta familiar y que la coloquen en la despensa de la cocina, pero que no vengan en camellos, ya en la capital no se puede andar en esos animales. Uno no concibe a Melchor con un GPS en la mano montado en un camello por uno de nuestros elevados. Mejor que haga la orden usando amazon.com. Pero que no traiga “tirijalas”, ni muñequitas que no hacen nada, aquí ya los niños no creen en ese cuento, a pesar de que lean poco o no lean nada.

La reunión privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...