Eramis Cruz
La palabra mitología tiene un significado muy amplio, pero nos vamos a limitar a la definición más simple que indica que es el estudio sobre los mitos, su formación, y los elementos que los constituyen. Se refiere al conjunto de mitos de una cultura, un pueblo o una religión.
La historia del descubrimiento del nuevo mundo, nombrado América, está saturada de mitos y leyendas o narrativas inventadas o parcialmente ciertas, adulteradas para reflejar intereses particulares de las potencias europeas.
En el caso muy especial de la Española, o la isla Santo Domingo, que más tarde se convirtió en dos países, República Dominicana y Haití, se cuenta un mito de rasgo religioso que narra la aparición de la Virgen de las Mercedes en medio de una batalla en el Valle de la Vega Real entre los españoles y los indios revelados contra la ocupación de sus dominios territoriales. Según se dejó saber la aparición de la virgen fue en defensa de los europeos, no de los indios.
Ese mito ha sido mantenido por mucho tiempo en los libros de historia y textos escolares, y no se presentaba como ficción sino como un suceso creíble especialmente para los educandos del país. Pero aparte de los libros de textos académicos y literarios, los mitos suelen imponerse como convicción para la fe religiosa o para la ideología predominante, y como puente cultural entre los pueblos.
Otro mito de nuestra historia es la de un indio llamado Enriquillo que se reveló contra los españoles en la Sierra de Bahoruco. Es la tercera parte de la novela de Manuel de Jesus Galván que fue publicada entre 1879 y 1882. Es la primera obra literaria de gran mérito de la República Dominicana referida al contexto histórico del principio del siglo XVI. Lo mitológico en esta novela histórica del país no se puede negar pues el autor es un novelista y no un historiador.
Definamos ahora la palabra praxis. El término quiere decir práctica, acción pero tiene una aplicación más específica que proviene de un término griego. Se trata de un concepto que se utiliza en oposición a la teoría. El término suele usarse para definir el proceso por el cual una teoría pasa a formar parte de la experiencia vivida.
Por esta razón nos referimos a la praxis del pensamiento duartiano en contra posición a los mitos que han empañado no solo su digna personalidad sino también su ideario. El general Juan Pablo Duarte sigue siendo una figura, que además de emblemática, resulta desafiante a los estamentos oficiales que se protegen usando un simulacro de sistema democrático para mantener inalterable un andamiaje sofisticado impuesto por una oligarquía económica que ha usufructuado los recursos más importantes del país, en el presente renovado con la geopolítica del neoliberalismo.
La historia de nuestra media isla es una sucesión de eventos trágicos y de grandes sacrificios. Por eso no sorprende que una película sobre la obra de Juan Pablo Duarte y la fundación de la Trinitaria en el año 1838 fuera titulada “Duarte Traición y Gloria”. Los patriotas fueron declarados traidores de la patria por el gobierno usurpador de Pedro Santana y Familias. Unos fueron perseguidos y arrestados, otros fueron ejecutados y los demás deportados, incluyendo a Juan Pablo Duarte sus padres, sus hermanos y hermanas. Ellos nunca claudicaron.
La praxis de Juan Pablo Duarte queda confirmada en la misma medida que se ha tratado de convertirlo en una mitología, cuando no en un ser místico, para depurarlo de su praxis y de sus contextos. Esa práctica esta recalcada por la crueldad con la que fue sometido con el fin de impedir que su proyecto de nación se hiciera o se haga una realidad en un país donde el 47.3 por ciento de su población vive bajo la linea de pobreza.
La fundación de la Trinitaria por Juan Pablo Duarte es la primera praxis de su pensamiento, se trataba de un serio proyecto para la separación definitiva del gobierno Haitiano. Pero tan pronto se acepta el Juramento Trinitario y se procede a dar pasos firmes, Duarte se constituye en la peligrosa llama que intenta sacar al gobierno haitiano de la parte española de la isla de Santo Domingo.
Duarte es deportado, pero muy tarde, pues gracias a su estrategia y su capacidad política ya su llama ardiente no pudo ser tenida, su grupo de hombres y mujeres, negros y blancos, extendieron su praxis e iniciaron la guerra.
Al leer la historia que nos han contado, es fácil darse cuenta que hay dos cara de la misma moneda, con la figura de Juan Pablo Duarte, quien sintetiza en su persona junto a los héroes nacionales las luchas por la emancipación del pueblo dominicano. En esta cara muestra su praxis, su práctica, su trabajo incansable y el éxito que obtiene para lograr la convicción de los buenos dominicanos. En la otra cara se muestra la mitología que es obra de los sectores que se aprovechan del él para perpetuar su dominio y la herencia de sus descendientes y hacer pagar a la gran mayoría el alto precio de la miseria y la enajenación social y económica.
La mitología, presentada como si fueran datos históricos, ha terminado en una cultura patriótica nacionalista fundamentada en el contra haitianismo y la negrofobia. De manera que mientras los líderes conservadores anexionistas apoyados por los hateros y conservadores, burlaban lo convenido por los trinitarios, en poco tiempo, mediante el monopolio del Estado, se convirtieron en los abanderados de los Padres de la Patria, especialmente de Juan Pablo Duarte. De esa manera los historiadores de los vencedores colocan a las potencias mundiales en una segunda posición para presentar a Haití como fondo y forma del problema. Crean ilusos y temerosos de invasiones cuando en realidad se trata de una migración descontrolada por conveniencia de entes escondidos en las sombras de la vergüenza.
¿Cómo resulta que ser el presidente número 22, dictador Ulises Heureux (Lilí), en el 1884 quien se ocupa del traslado desde Venezuela de los restos de Juan Pablo Duarte? Y es él también quien gestiona la designación de padres de la patria a Duarte, Sanchez y Mella. ¿Por qué fue duartista consagrado el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina?
¿Por qué es el doctor Joaquin Balaguer Ricardo quien bautiza a Duarte “Cristo de la Libertad pero luego coloca a su lado los restos de Pedro Santana en el Panteón Nacional? Del mismo modo que el recién creado Tribunal Constitucional, luego de la controversia de su sentencia TC-168-13, en la persona de su presidente, Milton Ray Guevara, ha declarado a Juan Pablo Duarte como el Primer Constitucionalista tomando como base la primera constitución escrita por el Patricio de su puño y letra mientras esa constitución duartiana ha sido ignorada, en sus aspectos esenciales, por casi todos los gobiernos del país.
El renacimiento del pensamiento duartiano es la única opción para terminar con la corrupción y la impunidad, la exclusión, y el cinismo descarado que contradicen la praxis de Juan Pablo Duarte y amenazan la existencia institucional de la nación.