Eramis Cruz
Cada año llega una nueva esperanza para muchos,
algunos realizan sus resoluciones, a medias o completas, otros hacen ajustes
necesarios para sobrevivir de la manera que sea posible. Estos últimos son los
que existen al margen. Al margen de muchas cosas, pero definitivamente, para el
que vive determinado por el miedo, no le queda otro camino.
Es el miedo a levantarse más temprano para
caminar media hora de ejercicio antes de ir al trabajo, miedo a la oscuridad,
al criminal que no duerme. Miedo a comenzar un curso de inglés para hacer la
vida más fácil en este país. “Ese English a mí no me entra”, es la excusa más común.
Luego sigue el miedo a la ciudadanía. Pero estos miedos perduran hasta el día
que se toma una decisión para desafiar a quien sea y a lo que sea.
Sin embargo, no es aconsejable esperar el
fin de año para tomar nuevas iniciativas, las iniciativas se toman cuando es el
tiempo apropiado y se cuenta con los recursos para comenzar la marcha. Para
mucha gente el recurso más urgente es el tiempo, algo que muchos tenemos sin precisar
pagar un alto precio por él.
Creo que la mayoría de la gente tiene una idea
equivocada sobre el tiempo, aunque debo de reconocer que no es placentero darle
a todo una explicación filosófica, tener que pensar en la teoría desde
diferentes ángulos para darse una explicación de algo que aparenta ser tan real
para todos.
Sería, inclusive, justo preguntarse para qué
nos sirve la experiencia, esa manera práctica del devenir de la vida. Sin
embargo es importante tener en cuenta los recursos disponibles para alcanzar
una meta o lograr un objetico. Aunque no está demás reconocer que para mucha
gente no existe la necesidad de cambiar nada, el mundo está perfecto para ella.
Para otra gente no es así, porque para ella la vida es mucho más que caminar
para cansarse.
Al final, simplemente es usted quien
define en cuál lado del camino está, si espera que aparezca alguien a quien
seguir, o por el contrario, decide ir avanzando para llegar más temprano, el
tiempo es un recurso y hay que aprovecharlo al máximo. Las cosas no terminan con
el año, nada va comenzar con el año nievo, lo que sucede es que a la gente nos
gusta hacernos ilusiones. Para las ejecutorias cualquier tiempo es una buena
oportunidad.
Uno decide cambiar el empleo cuando el
jornal no es suficiente, o determina mantener el que tiene porque las ofertas
no son competidoras. Es cuestión de tomar decisiones apropiadas, luego se
impone la necesidad de tomar una iniciativa, un cambio en la rutina, cambiar
algo que necesita superarse.
Acomodarse es definitivamente un problema,
acostumbrarse, hacerse adicto, a dejarse llevar por la corriente, a posponerlo
todo, pensando que aún hay tiempo. Eso es fatal. Es mejor estar dispuesto a
cambiar por lo que es mejor, y no necesariamente para uno, no siempre las cosas
que queremos son de carácter personal, tenemos una familia, tenemos una calle,
un barrio, una comunidad, un país, un planeta y hasta un universo que cuenta uno,
por lo menos para que reconozca que existe.
Entonces llega el momento de pensar, es lo
primero que hay que hacer, ya que uno es lo que piensa, y hay que cuestionar la
lógica de qué es lo uno tiene en la cabeza. Las ideas llegan de cualquier lado,
y nos siempre las fuentes son confiables. Es imperante pensar que uno vive en
una relación de espacio y tiempo, en una relación de elementos que demandan sus
propios intereses, no es bueno resultar ser victimas desprevenidas.
El espacio no siempre es el mismo, podemos
decir que nunca es el mismo. Ya que nuestro concepto de espacio está
determinado por la relación de los elementos colocados en él. Elemento en casa
de uno, elemento en las casas de lo demás. Esto uno lo siente cuando cierran
una estación de gasolina, o un lavadero de automóviles, entonces hay que ir más
lejos para obtener el servicio.
De esta manera el espacio viene a influir
en el tiempo que disponemos y en ambos factores cuentan los elementos y la relación
que estos tienen unos con otros. No se trata de elementos estáticos, al contrario,
estos elementos son dinámicos, en otras palabras son históricos.
Así, llegamos a la conclusión de que el
factor tiempo esta más bien determinado por el espacio y sus elementos en relación.
Esta fuerza es muy importante, ya que determina la dinámica del cambio, y es así
como el mundo avanza haciendo historia a través de un proceso renovador, que
nada tiene que ver con un año que viene o un año que se va, visto desde el ámbito
tradicional.
Pero es un error aplicar la misma fórmula
a todas las cosas, pensar que todas las cosas pueden desarrollarse bajo el
concepto de un año. Parece lógico, ya que la vida de uno se mide por la edad, y
hay personas que esperan a cierta edad para realizar una cosa o la otra.
Pero que no se engañe nadie no, que luego
tendremos que ceder al factor llamado conciencia. Si realmente uno está consciente
de lo que hace y de lo que le hacen hacer. Es aquí donde la educación juega un papel muy
importante, ya que muchas cosas de las que hacemos y de las que nos hacen hacer
están determinadas por formulas. Estas formulas no son simples para quien no
tenga una idea de los elementos que las componen.
Millones de inmigrantes en los Estados Unidos
llegaron a este país precedentes de sociedades en la que una persona de
limitado recurso no tenía que pagar impuestos. Durante los años que viví en mi país
recuerdo que el único impuesto que pagué fue un estampilla en la cedula de identidad.
Recuerdo que cuando regresé varios años después, pagué todo lo que debía.
Cuando asistí a la universidad aquí en los
Estados Unidos tomé un semestre sobre los impuestos federales y locales, de ahí
puedo deducir que la mayoría de los inmigrantes no entienden los aspectos que
definen las planillas de los impuestos del gobierno, pero para eso están los
expertos, para que asistan, aunque lo ideal sería que todo el mundo supiera que
es lo que paga y si en realidad le devuelven dinero a la gente.
Esto es para dar un ejemplo de la manera
en que muchas personas optan por una actitud pasiva frente a la sociedad, unas
veces por conveniencia y otras veces por ignorancia, cuando uno no sabe otros son
los que determinan.
Lo
que si debemos entender es que es indispensable estar consciente de que
contamos con un tiempo y vivimos en un espacio, y que ni uno ni otro está estático,
por tal razón, debemos saber que vivir es divertirse con ellos, sacando el
mejor provecho por el bien de todos, ya que todos somos elementos relacionados
de alguna manera, aunque a simple vista así no lo parezca. El tiempo es un
recurso, y el espacio el mundo para vivirlo. Cuando se pierde el tiempo, se hace
de la vida un desperdicio.