Jose Gomez Cerda
Para conocer el sindicalismo dominicano
en la actualidad, es necesario hacer un análisis e interpretación de la
realidad, en forma transparente, partiendo de la experiencia en el conocimiento
y la práctica de la acción en el sindicalismo.
En los retos y desafíos del sindicalismo
dominicano existen factores exógenos, que provienen del ambiente exterior como
son las acciones de gobiernos y patronos contra el sindicalismo, nuevas
tecnologías, elevado crecimiento del sector informal, alta tasa de desempleo,
cambio en los valores de la sociedad, leyes que no protegen a las
organizaciones sindicales; estos factores externos generan la necesidad de
realizar cambios.
En cuanto a los factores endógenos, o
internos, crean la necesidad de cambiar alguna estructura o comportamiento
sindical, estos factores provienen del interior de las propias organizaciones
sindicales y sus dirigentes, son producto de la interacción de sus
participantes y de la tensión provocadas por la diferencia de objetivos e
intereses, que se reflejan en la debilidad o crisis del sindicalismo dominicano
en la actualidad.
PROBLEMAS EXTERNOS:
En la República Dominicana el Trabajo es
precario e informal, que dificulta la organización sindical.
Acciones patronales y gubernamentales
impiden el ejercicio de la libertad sindical.
Desde la caída de la dictadura de
Trujillo los gobiernos se han especializado en destruir organizaciones
sindicales, comenzando por la Federación Nacional de Maestros (FENAMA), y la
Federación Nacional de Empleados Públicos e Instituciones Autónomas (FENEPIA),
ha sido una constante de acciones gubernamentales contra el sindicalismo, que
su punto más severo fue durante los doce años del Gobierno del Presidente
Balaguer, y aún continua sutilmente.
Desde una reunión realizada por el
Consejo Nacional de Hombres de Empresas, en Jarabacoa, para destruir los
sindicatos de empresas privadas, hasta la fecha, existe una tendencia de los
patrones de acabar con las organizaciones sindicales fuertes y representativas.
Sindicatos fuertes, como fueron POASI,
UNACHOSIN, telefónicos, SITRACODE, Central Romana, sindicatos azucareros y de
las empresas del Estado (CORDE), fueron desmantelados, en contubernios entre
los gobiernos y los patronos.
Cuando la CASC hizo una huelga general
contra el intento de duplicar las cuotas de los trabajadores en el pago del
Instituto Dominicano de Seguros Sociales, en 1964, el Estado obligó a
sindicatos de empresas estatales como la Compañía Anónima Tabacalera, La
Manicera, Molinos Dominicanos, y varios de los ingenios azucareros a
desafiliarse de la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC),
decenas empresas privadas destruyeron sus sindicatos, y despidieron a cientos
de dirigentes sindicales.
Estos problemas externos han afectado el
desarrollo del sindicalismo dominicanos y desde hace alrededor de 20 años que
las organizaciones sindicales no realizan manifestaciones masivas, ni huelgas
combativas; se vive hoy lo que se ha llamado “PAZ LABORAL” por la falta de
movilizaciones de las organizaciones sindicales, la disminución de los
contratos colectivos de condiciones de trabajo y la reducción de conquistas
sindicales.
La política de “paz laboral, pregonada
por los gobiernos y los patronos, de que aquí no pasa nada, no hay
movilizaciones, ni huelgas, es enarbolada por los gobiernos en las conferencias
internacionales, especialmente en la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), se exporta a los inversionistas extranjeros, especialmente para las Zonas
Francas, que consideran que aquí pueden hacerlo lo que ellos quieran, porque
siempre estarán amparados por los gobiernos y su “paz laboral”.
Las leyes laborales dominicanas llevan
retroceso a los derechos de los trabajadores y un ejemplo es la Ley No. 187
del 2007, conocida como el “pasivo laboral” que dispone que las sumas recibidas
y aceptadas cada año por los trabajadores hasta el primero de enero de 2005, se
consideran como saldo definitivo y liberatorio por concepto de sus prestaciones
laborales; los empleadores que pagaron las prestaciones laborales anualmente a
sus trabajadores quedan liberados de toda responsabilidad civil o laboral en
cuanto a los años de servicios prestados por sus trabajadores hasta el primero
de enero del 2005.
Esta ley que apoyada por dirigentes
sindicales, una demostración de la debilidad del sindicalismo dominicano.
Las Leyes laborales no indican en ningún
momento alguna mejoría en las condiciones de vida y trabajo para los
trabajadores dominicanos, ahora el sector patronal quiere revisar el Código de
Trabajo para eliminar la cesantía que reciben los trabajadores legalmente por
el tiempo trabajado, además han manifestado que están opuestos a la ratificación del
convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los derechos
laborales y sociales de los trabajadores domésticos.
PROBLEMAS INTERNOS
REPRESENTATIVIDAD:
Es positivo la tolerancia entre los
dirigentes sindicales, especialmente las tres organizaciones mayoritarias
(CASC-CNTD-CNUS), en un proceso de unidad programática y de acción.
El nivel de organización sindical en el
país es muy bajo, no llega al 08%.
Hay que tomar en consideración que en la
República Dominicana el 57% de las personas que trabajan están en el sector
informal, y alrededor de un 18% de desempleados; sólo alrededor de un 25 %
están en el sector formal, que es donde generalmente se organizan los
sindicatos.
En el sindicalismo dominicano existe un
estancamiento cualitativo y cuantitativo, no crecen los números de afiliados,
ni de nuevos dirigentes, y muchos de los actuales directivos están agotados.
No hay sindicatos “grandes”, que sean
modelos en organización, educación, movilización y representatividad, tampoco
existen dirigentes que sirvan como modelos para los jóvenes trabajadores, y que
ellos pretendan imitar en el futuro.
Los sectores dinámicos de la economía
tienen un nivel muy bajo de organización sindical.
Otros sectores, como las ONG, sectores
populares y la Sociedad Civil ocupan espacios que antes eran del sindicalismo.
Para los empresarios, el sindicalismo
actual no representa ningún peligro, por el bajo nivel de organización sindical
en los sectores industriales.
Se realizan HULEGAS, organizadas por
sectores populares y barriales, por encima del sindicalismo.
Antes quienes organizaban las huelgas en
el país eran las organizaciones sindicales, pero en los últimos 20 años casi no
se realizan huelgas de trabajadores, aunque en el sector de transporte se
realizan paros de labores.
Se pierden espacios de representatividad,
ejemplo; el sistema de seguridad social, antes, en el Instituto Dominicano de
Seguros Sociales (IDSS), los trabajadores organizados representaban el 33%, en
forma tripartita, ahora son tres dentro de 17 miembros en el Consejo Nacional
de Seguridad Social.
A las organizaciones sindicales les
interesa la vigencia del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) porque
tienen fuentes de empleos, para dirigentes sindicales y familiares, además
privilegios para los dirigente sindicales que participan en el organismo de
dirección.
No existe un dinamismo sindical.-
Los contratos colectivos de condiciones
de trabajo se han reducido en un 70%, y los que existen son, en su mayoría, una
copia del código de trabajo.
No hay expectativas sobre las posiciones
del sindicalismo en los casos de crisis políticas, económicas o sociales.
POLITICA Y SINDICALISMO
Los partidos políticos no tienen
departamentos sindicales dinámicos, como antes. Los sindicalistas que actúan en
los partidos políticos sólo aparecen en las campañas electorales, no
representan alternativas ante los acontecimientos nacionales.
Los gobiernos sostienen dirigentes
sindicales que los obliga a mantenerse callados frente a las acciones
gubernamentales.
Desde el inicio del nuevo sindicalismo
dominicano, después de la muerte del dictador Rafael L. Trujillo, la política
estuvo presente en el sindicalismo.
La primera organización que se creó en
1961, el Frente Obrero Unido Pro Sindicatos Autónomos (FOUPSA), fue una
creación de Unión Cívica Nacional (UCN), en menos de tres meses se dividió por
intereses partidistas, y se crearon tres organizaciones, FOUPSA CESITRADO,
FOUPSA LIBRE y FOUPSA.
Los sindicalistas Miguel Soto y Américo
Monegro fueron diputados por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), luego en
cada elecciones surgían diputados procedentes del sindicalismo, como fueron los
casos de Jacinto de los Santos, Henry Molina, Juan Pablo Gómez, Nélsida
Marmolejos, Eulogia Familia, Fernando de la Rosa, Fernando Guante, y muchos
otros.
A excepción de Juan Hubieres, que no se
sabe si está como sindicalista, empresario o político, ningún partido político
presenta dirigentes sindicales para cargos legislativos y aun existiendo
cientos de cargos de vice Ministros, los dirigentes sindicales no son tomados
en consideración por ningún gobierno, ni por los partidos políticos.
La
política y la economía, que controlan el mundo de hoy, donde la globalización
es un proceso que pretende eliminar todo debate ideológico, para que todo sea
centralizado en la economía, el mercado, la competitividad y la eficacia,
incluyendo el sindicalismo.
La
globalización plantea un nuevo sistema, con una nueva agenda, para hacer
olvidar los problemas de las clases sociales, las diferencias entre el norte y
el sur, las tensiones entre países pobres y ricos, entre el primer y el tercer
mundo, la deuda exterior y otros problemas que afectan a los sectores más
pobres del mundo.
La
globalización desea que exista « un pensamiento único », y que los que pueden
pensar sean los que detentan el poder económico.
La
historia demuestra que los trabajadores, y en especial los sindicalistas,
tenemos nuestra propia visión de los problemas sociales, políticos, económicos
y morales, aunque tenemos que admitir que actualmente el sindicalismo
dominicano no ha interpretado los tiempos modernos, y el papel de los
trabajadores frente a la globalización.
EDUCACIÓN:
Los dirigentes sindicales nacionales no
progresan en su formación personal, ni ayudan a sus afiliados a mejorar la
educación sindical.
Los secretarios de educación o formación
de las organizaciones sindicales sencillamente no hacen nada, las
organizaciones sindicales no tienen planes educativos ni culturales para sus
afiliados, aunque se interesan mucho en participar en actividades educativas
internacionales, pero luego no reflejan sus conocimientos ni siquiera en sus
propias organizaciones.
La mayoría de los dirigentes sindicales
no hacen ningún esfuerzo para capacitar a sus miembros o afiliados.
Las actividades educativas son muy
limitadas. En su mayoría se realizan cuando son patrocinadas por organizaciones
internacionales.
ANTIGÜEDAD DE LOS DIRIGENTES:
La mayoría de los dirigentes sindicales
dominicanos del año 2012, son casi los mismos de hace 20 años, no hay relevos
en la dirección, lo que motiva un estancamiento en la organización, formación y
educación de los trabajadores.
Muchos dirigentes se mantienen
indefinidamente en cargos, sin darles oportunidades a otros para desarrollar
puestos importantes en la conducción de las organizaciones sindicales a nivel
nacional.
La repetición de dirigentes es un modelo
agotado, no representan cambios en la conducción sindical.
AMBIGUEDADES EN DIRIGENTES SINDICALES
DEL TRANSPORTE
El sector de transporte es actualmente
el más dinámico dentro del sindicalismo, los dirigentes y militantes sindicales
no tienen un patrón directo que los someta a las leyes rígidas laborales, por
eso pueden hacer movilizaciones, huelgas y paros, a nivel nacional.
La mayoría de los dirigentes sindicales
del sector transporte, son además dueños de sus vehículos y en muchos casos
patronos, casi todos son también dirigentes políticos partidistas, muy
respetados en sus partidos porque garantizan movilizaciones de personas, para
actividades nacionales, especialmente en los tiempos de elecciones políticas, y
cuentan con un poder económico, que les permite realizar actividades
importantes del sindicalismo nacional.
Cuando esos líderes son al mismo tiempo
empresarios, políticos y sindicalistas, nadie sabe en cada acción cual es el
tema que ellos desempeñan.
ASPECTOS POSITIVOS:
Las principales centrales sindicales han
instalado servicios a sus afiliados que son positivos. Anteriormente el
servicio más eficaz era el ofrecido por el Instituto Nacional de Formación
agraria y Social (INFAS), organismo de la CASC, brindando servicios educativos,
ahora tanto la misma CASC como la CNTD y la CNUS han creado nuevos servicios
como son:
a) Las
Administradoras de Servicios de Salud (ARS), creados por organizaciones de
enfermerías, tanto de la CNUS como la CNTD son importantes, y cubren un área
importante en servicios de salud a los trabajadores y sus familias.
b) La
Asociación Mutual de Servicios Solidarios (AMUSSOL), de la CASC, incluye en el
sistema de seguridad social a varios sectores que aparentemente son informales,
convirtiéndolos en contributivos, junto con sus núcleos familiares.
c) La
creación de una Escuela para formar trabajadoras domesticas, de la CNTD,
profesionalizándolas en sus oficios, las capacita para tener mejores
posibilidades de trabajos.
Estos servicios constituyen aspectos
positivos para el sindicalismo dominicano. Falta ahora hacer una auditoria
social, para determinar como esos servicios aumenta la capacidad en calidad y
cantidad de las organizaciones sindicales que las patrocinan.
QUIENES ORIENTAN AL SINDICALISMO DOMINICANO
Quienes mayormente orientan al
sindicalismo dominicano son las organizaciones internacionales como la
Confederación Sindical Internacional (CSI), antiguas CIOSL y CMT, y la
Confederación Sindical de las Américas (CSA), antiguas ORIT y CLAT, que son
procesos de unidad de organizaciones internacionales, pero en las bases
permanece la misma división.
EL MODELO DE UNIDAD SINDICAL DOMINICANO:
EL Consejo Nacional de Unidad Sindical
(CNUS) fue una experiencia de 7 años de unidad de acción y programática, entre
cuatro organizaciones sindicales nacionales:
- Confederación
Autónoma Sindical Clasistas (CASC);
- Central
General de Trabajadores (CGT),
- Confederación
Nacional de Trabajadores Dominicanos (C.N.T.D.),
- Central
de Trabajadores Unitarios (CTU).
Durante esos siete años recibieron
varios millones de dólares como colaboraciones de organizaciones sindicales de
Suecia, Finlandia y otros países nórdicos, y de la AFL-CIO, de Estados Unidos,
proceso que en principio se presentó como un modelo de organización sindical.
Sin embargo, no se lograron nuevas
organizaciones sindicales importantes, cualitativa ni cuantitativamente, tampoco
se creó un relevo para los dirigentes sindicales.
Ese proceso fracasó al intentar
formalizar una unidad orgánica, y se ha retrocedido, ahora existen tres grandes
centrales sindicales (CASC-CNUS-CNTD), y tres pequeñas (CTU-CITA-UGTD).
LA CSA.
El último Congreso de la Confederación
Sindical de las Américas (CSA), realizado en Brasil, acordó la “Renovación del
sindicalismo”, incluir al movimiento de Trabajadores organizados, como el
sector informal, los pensionados y jubilados, etc.,…Como lo había acordado la
Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) hace alrededor de 40 años, lo
cual no es ninguna renovación.
ORIENTACIONES DE LA OIT:
La Organización Internacional del
Trabajo (OIT), es otro de los organismos internacionales que orientan al sindicalismo
dominicano.
Como la mayoría de las organizaciones
sindicales de América Latina, los dirigentes sindicales dominicanos consideran
que los Convenios y Recomendaciones internacionales de la OIT son el techo de
las demandas de los trabajadores.
Las decisiones de la OIT son acuerdos
tripartitos: (Gobierno, empleadores, trabajadores), por lo tanto representan
parte del interés de cada uno de esos sectores, que en algunos casos son el
piso de las aspiraciones de los trabajadores; Una tercera parte, que se
convierte en un 100%.
Las demandas, aspiraciones y
reivindicaciones de los trabajadores no pueden ser interpretadas por las
decisiones de la OIT, porque esos acuerdos no representan todo el interés de
los trabajadores, sólo es una parte.
Igual que el proceso de globalización,
muchos dirigentes sindicales repiten el mismo lenguaje de la OIT como la máxima
aspiración de los trabajadores, por ejemplo; actualmente las organizaciones
sindicales tienen como objetivos El trabajo decente, La igualdad
de género, la Abolición del trabajo infantil, y el
piso de la protección social, orientaciones que vienen de la OIT.
Y cuál es el lenguaje propio del
sindicalismo? Lo que se pregonó durante décadas en todo el mundo: libertad
sindical, derecho de asociación, mejores condiciones de vida y trabajo, la
lucha sindical, la defensa de los más pobres…
El trabajo decente es sólo una demanda
para los trabajadores del sector formal, que cada vez son menos; el
sindicalismo representa el interés del trabajo, y nunca debe estar contra la
abolición de ningún tipo de trabajo, ni infantil ni de adultos, sino en defensa
del trabajo humano; la igualdad del género en el sindicalismo es el trabajo que
realizan las mujeres en el campo sindical, no es con cuotas igualitarias que se
realiza el sindicalismo sino con el trabajo, tanto de hombres como de mujeres;
luchar por el piso de la protección social es por lo más mínimo, y esa no es la
aspiración de los trabajadores, sino el techo en derechos y libertades, frente
a los empleadores y gobiernos.
QUE HACER:
Para renovar el sindicalismo dominicano se
debe partir de la educación de los militantes en las bases. Es posible que los
dirigentes nacionales tengan una buena formación sindical individual, pero no
la aplican para el conocimiento de los afiliados a las organizaciones de bases.
Las organizaciones de base, intermedias y
superiores ( sindicatos, federaciones y Confederaciones), deben elaborar planes
educativos, para despertar la conciencia crítica y política de los
sindicalistas dominicanos, con contenidos basados en principios, valores y
ética sindical, para superar la conciencia mágica e ingenua, además abordar los
problemas, aspiraciones y objetivos de la clase trabajadora dominicana.
La educción no debe depender sólo de los
eventos que patrocinan organismos internacionales, sino a partir de los
intereses de los trabajadores.
¡Enseñar sindicalismo a los trabajadores
es una profesión! Además del conocimiento de la disciplina, hay una competencia
específica que tiene que ver con la transmisión del conocimiento y con el
respeto por los principios, los valores y la ética sindical.
La organización de los sindicatos deben
ser frutos de planes de organización, formación y acción sindical, partiendo de
organizar a los sectores dinámicos de la economía nacional.
Las acciones, planes de luchas y
reivindicaciones deben llevar a la confrontación con los poderes, tanto
gubernamentales como patronos privados, siempre en defensa de los trabajadores,
sin importar las ideas o partidarismo político, pensando que el sindicalismo es
una organización mono clasista, que representa a la clase trabajadora.
Los dirigentes sindicales que tienen
muchos años en cargos deben ellos mismos promover nuevos dirigentes que tengan
capacidad para sustituirlos, se debe establecer un máximo de tiempo en los
cargos directivos, por ejemplo que no duren más de dos periodos, sin poder ser
reelectos.
Aunque cada dirigente debe tener plena
libertad para pertenecer a un partido político, debe prohibirse la dualidad de
ser dirigente sindical y tener un cargo en cualquier partido político.
Los sindicatos dominicanos
perdieron importantes vínculos con otros sectores de la sociedad. También
perdieron los planes de educación, sus bibliotecas, se tiraron los archivos
porque eran viejos papeles, etcétera. Ahora estamos pagando un alto precio,
porque el vacío que hemos dejado fue ocupado por las ONG, la sociedad civil y
los movimientos populares, que hacen las tareas que realizaban las
organizaciones auxiliares del sindicalismo.
El sindicalismo dominicano ha sido hasta
ahora un instrumento para defender a los trabajadores como productores, pero ha
olvidado que también son consumidores. El nuevo sindicalismo debe ser un
instrumento que defienda el costo de la vida, los precios de los artículos de consumo
de primera necesidad, los salarios, etc. Defender a los trabajadores como
consumidores.
El
rejuvenecimiento del mercado laboral, los cambios culturales en la mentalidad
obrera, y la particular inclusión de los jóvenes en el mundo del trabajo, son
tres pilares básicos nuevos e imperantes del mundo laboral actual que hacen
reflexionar y plantear una renovación del sindicalismo en sus propuestas y sus
estilos; el sindicalismo debe incluir a los jóvenes trabajadores, tanto hombres
como mujeres, y hacer énfasis en los nuevos puestos de trabajo como son los
trabajos digitales, las comunicaciones y otros trabajos especializados para
jóvenes.
No se puede
ser optimista en este momento. Todo parece indicar que en el corto y mediano
plazo, el sindicalismo dominicano seguirá por el mismo camino tortuoso, los
hechos demuestran que las fuerzas que puedan renovar el sindicalismo no
aparecen, y los actuales dirigentes no se preocupan demasiado en buscar
cambios, las perspectivas no pueden ser más negativas, pero llegará ese momento
y contará con muchas mujeres, jóvenes y militantes sindicales dispuestos a
renovar el sindicalismo.
En el
sindicalismo dominicano es necesario reorientar los esfuerzos de reflexión,
elaboración ideológica y estratégica; las políticas de formación de afiliados y
cuadros, así como toda su acción sindical, en la dirección de potenciar su
convicción y capacidad de que es posible y necesario, construir un PROYECTO
ALTERNATIVO, desde la realidad cotidiana y de base, fundado en las aspiraciones
reales, los derechos y la dignidad de las mayorías trabajadoras y populares,
instrumentando racionalmente para ello los recursos de la economía y un
desarrollo científico y técnico sin precedentes, para interpretar correctamente
los intereses, aspiraciones y problemas de los trabajadores, y ofrecer un
sindicalismo dinámico y alternativo, que supere la etapa actual.
- José
Gómez Cerda es Presidente de la Asociación Dominicana de Periodistas y
Escritores (ADPE), y Presidente de la Central Latinoamericana y del Caribe de
Trabajadores Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores (CLATJUPAM).
Santo
Domingo, Julio 2012