Es bueno tener claro que se puede ser buen
político, sin caer en la inmoralidad, y que se puede ser honesto en la
política, pero cuando se escala una posición del Estado hay mayores riesgos y
tentaciones, por los que muchos despeñan con facilidad debido a un sistema que
han sido diseñado para dejar abiertas las puertas traseras por las que se
incurre en el engañó y la charlatanería. Esas puertas son defendidas por los
que necesitan de la libre empresa con fin de utilizar medios reñidos con las
leyes para acrecentar sus capitales.
Definitivamente la comunidad dominicana ha
venido sufriendo las consecuencias de los errores y engañifas de políticos y
líderes comunitarios irresponsables, ambiciosos y oportunistas, aquí Nueva York
como en la misma República Dominicana.
Allá lo demuestra la demanda interpuesta
por Guillermo Moreno contra el ex presidente Leonel Fernández y su Funglode.
Aquí, dos jóvenes pudieron ser nuestras
dos más grandes figuras políticas, Miguel Martínez y Nelson Castro, no tengo
dudas de que el pueblo les hubiese garantizado el triunfo y tal vez el avance
hasta el congreso nacional, pero lamentablemente ambos fueron educados por el
liderazgo de un sistema corrompido.
¿Cómo se invierten miles y hasta millones
de dólares en una campaña política que termina en una position con una paga que
solo permite vivir decentemente? ¿Cómo Guillermo Linares y Adriano Espaillat
generan pupilos que luego caen en la tentación del beneficio indebido? Pero
sobre todo ¿cómo ambos son conspiradores en el silencio? Creo que huyen de la
tapa caliente que le hace sudar la gota fría. En política no hay que ser
culpable o inocente, basta con perder la confianza y el respeto de la gente.
Muchos de nosotros también tenemos la
capacidad para seguir el hilo conductor hacia un puesto de jerarquía política,
pero sabemos que no podríamos sobrevivir al lado de un caudillo o pichón de
dictador. No por lo menos en las actuales circunstancias de la llamada
diáspora, una palabra que nos queda enana.
Para tener éxito fecundo es necesario ser
honesto consigo mismo, y al mismo tiempo con los demás, trabajar como los
demás, como aquellos que apenas logran un salario mínimo, esos que se afanan
para pagar sus rentas y sus impuestos. Todos tenemos una voz en la conciencia
que nos grita un susurro, a veces hasta perturbador, cada vez que pensamos en
algo que no está correcto, eso todo el mundo lo reconoce. Además, cada vez que
pensamos algo, consciente o no, escogemos entre miles de alternativas, y entre
ellas quedan descartadas las que carecen de sentido.
No recuerdo por cuantos años fui a
impartir clase de computadora a aquel lugar pequeño, con un nombre largo en la
calle 185 y la Duarte Boulevard. Al principio aquellas no eran computadoras,
eran unos aparatos remanentes de lo que habían sido. Las cosas cambiaron cuando
por gestión del congresista se instaló un moderno laboratorio. Pero como poco
dura la alegría en casa de pobre, la comunidad perdió aquel punto referente de
lo que pudo ser un centro de servicios para la comunidad. Llegaron las malas
nuevas para todos, una investigación por incorrecta inversión de fundos
públicos. Fue por una razón similar que el mayor proyecto del alto Manhattan
fracasó, Alianza Dominicana.
Como siempre sucede, la Coalición del
Norte de Manhattan para el Desarrollo Económico, tenía la apariencia de un buen
proyecto, con objetivos claros, pero es así que se establece una agencia
comunitaria si se quieren garantizar fundos públicos para ella. Lo que me llamó
mucho la atención fue que Adriano Espaillat nunca vino a una de mis clases, él
es uno de esos políticos sagaces, igual que Guillermo Linares, que saben nadar
y esconder la ropa. Los anima el hecho de que sea común que lo ingenuos
consideren la habilidad de no ser sincero, y de hacer triquiñuelas por debajo
de la mesa, una virtud de políticos inteligentes del maquiavelismo.
En
realidad no sé si Adriano Espaillat o Guillermo Linares puedan decir conocer a
un Eramis Cruz, al final ellos no son los únicos, pero debo confesar que me acostumbré
a eso que más que una sonrisa es una mueca, como por si las moscas, ellos nunca
saben a quién están saludando que les pueda garantizar unos cuantos votos, aun
sea dentro del ámbito familiar. Soy un amante del bajo perfil, y prefiero
escribir mis artículos a un medio más directo, entiendo que la escritura
adquiere alas propias, es como una paloma mensajera que se lanza al viento.
Estoy convencido que Dios esta más a la derecha que a la izquierda y que es por
eso que la derecha tiene tantos éxitos. Me refiero al Dios que la gente se
inventa.
Igual que a Miguel Martínez, a Nelson
Castro lo conocí como un joven de proceder humilde, siempre acorralado en un
silencio gráfico, las veces que visité Albany en función de mí empleo en la
Autoridad de la Vivienda Pública, NYCHA. Para entonces Nelson usaba publicar su
foto en revistas comunitarias, una foto con su nombre y nada más. Un día de eso
que dejó tranquilo el celular para tomar un respiro, le expresé que ya era
tiempo para que dijera algo. Luego resultó electo al puesto en medio del
escándalo, creo que mucha gente aún no le conocía.
Entiéndase que es difícil trabajar con
estos políticos, ellos son unos controladores malvados, no obedecen a nada ni a
nadie que no esté vinculado a sus intereses, y conocen con nombre y apellido a
todo aquel que le aporta algún beneficio a sus propósitos maquiavélicos. Con
ellos tú no tienes a quien acudir de surgir un conflicto que marcara los
ámbitos de su hábitat. Esta ha sido la position de Nurys de O’leo y otros
políticos o trabajadores envueltos en labores políticas.
Pero todo tiene su tiempo y su lugar, a
quien no le mata la ambición, le llama el degaste la hora final indicada por el
reloj biológico, hay quien mueren antes de la muerte.
Mientras otros tantos prefieren el
anonimato, para hacer su aporte de la manera que sea posible, ya que no están
dispuestos a rendir cuentas a un político que cuando le venga en gana corte el cordón
umbilical, especialmente en los momentos de decisiones turbias para beneficiar
interese personales o de particulares. Una cosa muy de moda en el país de
Duarte.
Muchos de ellos saben bien lo que hacen, saben
extraerle el oxigeno al más pequeño hasta asfixiarle poco a poco, saben dejar
el otro correr el pasillo que conduce al abismo, sin el menor remordimiento y
los demás se preguntan ¿Cómo pueden reconciliar el sueño? Lo escribimos una vez
…que dolor, que dolor, que pena. El primero que lo dijo fue Erasmo Lara,
haciendo un referente a Miguel Martínez. Este artículo termina aquí, pero no el
maquiavelismo dominicano, manténgase atento, que para bien de muchos hay quien
cae por su propio peso.