Eramis Cruz
La comunidad dominicana en los Estados Unidos, y esta vez,
específicamente en la ciudad de Nueva York necesita contar con un organismo
cultural fuerte y autónomo, independiente del gobierno en la Republica
Dominicana. Para colmo, tanto el Comisionado Dominicano de cultura como el Desfile
Nacional Dominicano carecen de capacidad moral para representar con
autenticidad a la comunidad.
Esto quiere decir que carecen de capacidad para tomar decisiones por cuenta
propia y de acuerdo a las necesidades e intereses de los dominicanos y sus
instituciones de base.
En el caso del Desfile Dominicano, es de conocimiento público que este
está secuestrado por Nelson Peña y un grupito que el controla con el apoyo de
Alcalde de la ciudad. A esto se le arrima los problemas confrontado por Alianza Dominicana, para
empeorar la situación del panorama que presentamos frente a las demás
comunidades y el mundo político y diplomático.
Es evidente que el cordón umbilical del Comisionado Dominicano de
Cultura en los Estados Unidos y el Partido de la Liberación Dominicana es
prácticamente una instrumentalización política que marcha acorde con los males
de la Republica Dominicana en término de la disfunciolinalidad institucional y
los desafueros legales de las funciones administrativas del gobierno saliente,
del entrante no sabemos aun.
Al arte, la literatura, los escritores, y la propia comunidad son tomados
como instrumento para darles autenticidad a personajes cuestionados moralmente
por su comportamiento y el
enriquecimiento ilícito aprovechando sus posiciones políticas y
administrativas en el estado.
Nos referimos de manera directamente a la participación del doctor
Euclides Gutiérrez Félix y exactamente para disertar sobre una temática
relacionada al padre la nación dominicana, Juan Pablo Duarte. Pero hay otros
también vinculado a estos programas que pescan en rio revuelto.
La VI Feria del Libro Dominicano puede ser aceptada como una actividad
puramente gubernamental, pero no necesariamente esa sería la mejor manera de
hacerla, ya que no todo el que escribe, hace arte o disfruta de él está de
acuerdo con la justificación de un gobierno que ha funcionado alejado de los
intereses del pueblo dominicano para favorecer a personas, instituciones con
los recursos del estado supuestamente destinados al bienestar general del país.
Esto quiere decir que hay muchos en la comunidad que se presentan como
reformadores y demandan cambios, pero cuando hay que demostrar una actitud
coherente con su táctica política, fallan bajo el “pretexto de que no hay de
otra”.
La razón por la que el Comisionado Dominicano de Cultura se ha librado
de los recovecos de sus propias contradicciones, a partir de la fuente de los
recursos, se debe al largo periodo de gobierno del PLD, una situación que
aparenta darle una característica de estabilidad a la vulnerable institución
cultural. Una cosa es la cultura, otra cosas el gobierno, una cosas es aportar
recursos, y otra cosa my diferente es la autonomía.
Inclusive, estamos convencidos de que la razón por la que el Comisionado
Dominicano de Cultura existe como punto de gestión cultural de mayor perfil se
debe a la debilidad de la comunidad dominicana en término de una consolidación
institucional con vista al bienestar cultural. Especialmente porque nuestro
empresariado no se inclina en el patrocinio de mayor inversión por temor el
oportunismo o carencia de visión corporativa en el sistema fiscal
norteamericano.
Es esta irregularidad y distorsión la que permite que Fernando Mateo
represente a los taxistas de Nueva York, el ex concejal Miguel Martínez en
prisión, y Guillermo Linares apoyara al congresista Charles Rangel en las
pasadas elecciones. Es un indicador de que estos problemas son nuestros, y son
de aquí, que por debajo deja un el vacío utilizado por el mejor postor.
No hay nada mal con el evento como actividad cultural comunitaria, pero
molesta que tanto La Feria del Libro Dominicano como Desfile Nacional Dominicano
en los Estado Unidos estén secuestrados
con el apoyo de entidades gubernamentales.
La propuesta es que ambas entidades en cuestión se constituyan en
autónomas e independientes para que sean auténticas y aptas para todos los
artistas y la comunidad del libro en general.