La manera de hacer política dominicana
Eramis Cruz
La manera de hacer política en la Republica Dominicana viene acorde con
la mentalidad demográfica del pueblo. Desde que llegué sentí la misma
melancolía que nos afecta a todos al llegar a esta tierra. Por otro lado, la
misma tristeza, el mismo lamento, la misma pregunta. Todo un rosario de
preguntas que te dejan sin repuestas. Y otra pregunta que nos toca a los de la
Diáspora. ¿Si será por qué no estoy aquí?
No será difícil concluir que unos años atrás
estábamos aquí, y que las cosas no eran tan diferentes, ni con Balaguer ni con
don Antonio Guzmán. Lo de aquí prácticamente no dicen nada, y si dicen algo lo
hacen diciendo el pecado pero no el
pecador, el pecador es un hombre peligroso y hasta una mujer peligrosa, lleva
saco y corbata, es confiado de que no se deroguen las reglas que legalizan el
secreto bancario. El pecador tiene cara de mujer, de esas que escriben en la
prensa analizando el mundo multifacético del profesor Juan Bosch o el carácter
indomable del Doctor José Francisco Pena Gómez. El pueblo entiende que el
pecado del crimen contra el estado es tan viejo como la prostitución, que
persiste porque tiene su lado placentero.
El pecador cambia la máscara en la medida de la necesidad. Una vez se
llamo Fulgencio Batista, otra se llamaba Franco, la otra así, o asa. Uno parece
entender que la gente diga poco a pesar de tanto, y mejor lo entendía Balaguer
cuando advertía sobre la masa silente del país. Lo que no parecen entenderlo
bien son las empresas publicitarias de la encuetas políticas que reparten a las
masas en dos grupos favorables a dos partidos políticos que no se hacen
oposición ideológica sino de intereses económicos.
Se hacen encuestas, no estudio serio sobre cuál es la posición del
dominicano sobre las alternativas que demanda el país desde el punto de vista
económico, pero sobre todo cuál es la solución a los principales
problemas que tienen que ver con el agua potable, el problema sanitario, y de viviendas
para los más vulnerables del país.
Tal vez muchos de ustedes no estén informados que los hombres y mujeres
de Alianza País, incluyeron mi nombre en la propuesta conjunta de los partidos
políticos en Nueva York como uno de los jueces
de la Junta Central Electoral, una posición que demanda de neutralidad
para permitir imparcialidad frente a todos los partidos y claridad en el
proceso electoral. Es algo que agradezco a los hombres y mujeres del partido
que dirige el Doctor Guillermo Moreno.
Durante estos días he preguntado de manera general a los amigos y amigos
de amigos que de manera casual nos henos encontrado, sobre los candidatos y
sobre los partidos, y naturalmente todas las personas saben que Alianza País cuenta
con un líder serio, no es los mismo cuando se trata de otros y otras. Eso todo
el que lee lo sabe, por que existen encuestas que así lo acreditan.
Esta es una de las pocas ocasiones en las que he venido al país en el
mes de mayo, cuando el calor no es tan agresivo, aunque sé que hay muchos
sudando la gota fría debido a las elecciones del 20 mayo. Si se queda el que está,
aunque sea con otra máscara, conservaran
lo que tienen, sea el empleo, lo botella que le ofrece el estado, si se
enciende el hacho a ellos no les alumbrara, sino aquellos que gobierno viene y
gobierno va ellos siempre ganan, es el caso de Vincho Castillo, viejo zorro de
la política empresarial dominicana.
Luego que pasen las elecciones, se hará evidente que todo este tiempo los dominicanos hemos sido
pecadores imperdonables, uno por acción y otro por confabulación, nadie puede
decir que no tiene su cuota de esa manera de festival de hacer política.
Es de tontos de tantos pensar que las cosas cambiarán sin que nadie se
lo proponga, sin una actitud de compromiso, sin hacer suya la causa del país,
la necesidad de garantizar el bienestar que merecen los niños de hoy. Me han
dicho que hay empleados públicos en los municipios que no han cobrado su sueldo
por los últimos tres meses. Hay cosas que todo el mundo las sabe, pero el
problema es que al parecer nadie quiere oír.
No sólo que nadie quiere oír, sino que hay muchos que no quieren ver en
estas campañas electorales. El pueblo de San Francisco de Macorís está arropado
de afiches de colores, y la gente dice que están usando su dinero de manera
indebida. Hay camiones con altoparlantes repitiendo el mismo eslogan hasta la
ansiedad.
No más me resta decir que esperamos que Dios nos ayude, para decirlo de
manera chavista, a salir de este atolladero para que no tengamos que aplicar
aquella frase del escritor ruso Fiódor Dostoievski
"Nos ponemos a mirar al cielo cuando en la tierra todo se vuelve
oscuro". Que así no sea.