martes, 16 de octubre de 2018

El hombre en medio de la bruma de la historia


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Eramis Cruz



Para considerarte un triunfador no es necesario haber derrotado a nadie, sino sentir que has logrado tus expectativas, sean 茅stas materiales o espirituales. La peor de las bancarrotas es la de tipo moral, cuando es vestigio de un retardo irreversible. Se puede ser un viejo a cualquiera edad, lo mismo que un joven aguerrido. Est谩 comprobado que la mente es m谩s fuerte que el cuerpo, a煤n levantes pesas para campeones en el gimnasio.
Pero si nos vemos desde un 谩ngulo de la historia, descubriremos que nuestra suerte ha estado marcada por el trayecto que hemos transcurrido en t茅rmino de los conflictos que ha vivido la humanidad, como dijo el filosofo Publio Terencio Africano, “nada humano me es ajeno”. Por naturaleza aprendemos a vivir embebidos en lo inmediato, tratando de resolver la cotidianidad, las necesidades b谩sicas. Cuando despertamos es demasiado tarde ante la urgencia de retroversi贸n.  
Lo simple no es tan simple como parece. La mayor铆a de las veces los ni帽os no lloran por dolor, sino que lo hacen como un medio para comunicar su necesidad. Los animales podr谩n ser menos inteligentes que el hombre, pero tienen los sentidos mucho m谩s desarrollados. El hombre se pierde en el bosque con una facilidad incre铆ble, avanza en c铆rculo y vuelve al punto de partida, algo que el perro nunca hace.
Inventamos la br煤jula para no extraviarnos navegando el mar, algo que las aves hacen desde miles de a帽os. Ni siquiera en la vida moderna podemos conducir un autom贸vil sin el auxilio de un GPS para transitar ciudades que nosotros mismos construimos en las que posiblemente hemos nacido.
Decimos que Dios nos cre贸 a su imagen y semejanza, pero si al burro le permitieran hablar, seguro que argumentar铆a que no, que fue semejante a la suya, y con todo derecho, como en el film “El planeta de los simios”.
Nos creemos maestros de la tierra y creaci贸n especial del universo, sin embargo, ninguna otra especie ha sido tan destructiva de la naturaleza como el hombre. Los volcanes y los terremotos no son un castigo de Dios, son procesos naturales de la tierra para modificar sus estructuras, igual que cualquier ser vivo, semejante a nosotros que tenemos que hacer ejercicios f铆sicos para funcionar eficientemente.
La tierra siempre est谩 temblando porque continuamente se mueven sus fallas tect贸nicas, no importa si lo percibimos o no, para ella somos un elemento m谩s en su superficie redonda. Pero lanzar una bomba at贸mica sobre un pa铆s, sin considerar que aquellos eran semejantes, a煤n m谩s, semejantes a la imagen del Creador, se sale de lo ordinario y nos convierte en algo alejados de los nobles animales.
La historia nos demuestra que hemos vivido y vivimos una cultura de violencia, y detr谩s de ella se ocultan los intereses mezquinos de quienes quieren vivir explotando el recurso ajeno. Como remanente gen茅tico del modo de sobrevivencia y evoluci贸n, en cada hombre vive un virtual gigante, escondido en la madriguera de su inmoralidad y lo peor es que crea que su fatalismo es producto de su pecado.
La peor concepci贸n de la humanidad ha sido el pecado, porque con el pecado se justifica la idea del perd贸n, cuando en realidad, es juicioso que el individuo se reivindique de sus crimines asumiendo las consciencias de manera responsable ante la sociedad a la que ha perjudicado. Sin embargo, es del dominio de todos, que la fe se ubica por encima de la ciencia o la raz贸n. Millones de seres humanos renuncia a su espacio vital de su limitada vida con la esperanza de ser recompensados despu茅s de la muerte. No importa si fuera la intenci贸n, pero esa ideolog铆a beneficia y perpetua la miseria, que es el peor de los pecados.
Una cosa lleva a la otra, despu茅s de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, las potencias envueltas en tal genocidio, llamaron a los pa铆ses vencidos y a los neutrales, a los pobres y a los ricos, con el fin de justificar manera para evitar tales cat谩strofes a la humanidad, pero no lo hicieron sanamente, sino que establecieron organizaciones mundiales, entre ellas, la ONU, La FAO, El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Estas tuvieron la misi贸n de evitar eventos como la gran depresi贸n de 1929, pero no pudieron evitar las guerras, porque siempre pusieron primero los intereses, los grandes capitales y en segundo plano, la miseria del hombre en pa铆ses pobres y ricos.
As铆 terminamos en la presente 茅poca con el modelo neoliberal, en el que las guerras son iguales a las de antes, provocadas por el capital, d贸lares, petrod贸lares, u oro de Jap贸n, Rusia, China, los Estados Unidos de Am茅rica, sin dejar de lado a Inglaterra, Canad谩 y Brasil.

Lo que indica que a pesar de la prisi贸n que sufri贸 Nelson Mandela, el asesinato de Martin Luther King, Gandhi y otros m谩rtires, a pesar de la revoluci贸n cubana, a pesar de creernos hijos de Dios, continuamos en el v茅rtice de la muerte, hasta tanto, como hombre comprendamos, que nuestros caminos demandan nuevos y profundos recodos.


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La reuni贸n privada entre Kissinger y Pinochet en Chile

Fuente: https://elpais.com/chile/2023-05-26/la-reunion-privada-entre-kissinger-y-pinochet-en-chile-queremos-ayudarlo.html?outputType=amp La ...